Harry muere en un accidente de pociones tras toda una vida de investigación experimental y, para su sorpresa y disgusto, se despierta encerrado en un armario del número 4 de Privet Drive. Esta es la historia de lo que ocurre después de ese desafortu...
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Despertándose sobresaltado, Harry agitó la mano y miró los números brillantes que aparecían, buscando a tientas sus odiadas gafas. 4:55. Perfecto. Saltó de la cama y se apresuró a bajar las escaleras y deslizarse en el laboratorio de pociones, pasando un ojo practicante sobre los rizos de vapor que salían de ambos calderos. Perfecto. Sonrió.
Se dirigió a la poción de envejecimiento permanente, decantó una dosis en un vial y olfateó. Debería ser lo bastante fuerte, más o menos unos meses.
Agitando la mano sobre el caldero y lanzando un ligero encantamiento de estasis, se llevó el vial a los labios y lo vertió sin pensarlo mejor, cayendo al suelo desmayado.
Al volver en sí, miró confuso a su alrededor. ¿Por qué estaba en el suelo? ¿Qué demonios llevaba puesto? Luego gimió, golpeándose la frente con una mano (de tamaño mucho más apropiado). Potter, imbécil. No te has quitado el pijama. El pijama le rodeaba ahora las extremidades, mucho mas largas, y esta vez era de seda granate, amenazando con desgarrarse sobre la turgencia de los muslos y pellizcando incómodamente la ingle.
Aguantando la incomodidad, Harry respiro profundamente tres veces y sonrio al ver su castillo sin cambios. Avanzando a grandes zancadas, abrió las puertas principales y entró directamente en las mazmorras, sintiendo el calor que latía en su interior bañándole la cara. Así me gusta más.
Al atravesar la puerta de hierro, vio que su núcleo tenía ahora un aspecto mucho más parecido al que había tenido en la edad adulta. Pero ahora estaba fuera de su sitio, la esfera oblonga y abultada en un extremo, los zarcillos del horrocrux ahora de un negro crudo contra un brillo dorado tan fuerte que sintió la necesidad de levantar la mano contra él.
Harry observo la oscura constriccion con ojo clinico. No era nada que hubiera visto antes; para cuando había dominado el palacio de la memoria, Voldemort y todos sus vestigios hacía tiempo que habían desaparecido. Pero si entrecerraba los ojos, podía ver las cicatrices que llevaría su futuro núcleo. Tal vez, con un trabajo constante, podría eliminarlas. Otra perspectiva emocionante.
Volviendo a salir por la puerta y dejando que se cerrara contra el flujo de poder, atravesó la mazmorra, respiró de vuelta al frente del castillo y abrió los ojos para ver a Kreacher mirándolo con odio.
"El Joven Maestro debería advertir a Kreacher antes de que tome pociones. ¿Y si algo hubiera salido mal?"
Harry sonrió. "Pero nada salió mal, Kreacher". Su voz era octavas más grave, y podía sentir cómo la sonrisa se hacía más profunda, dibujándole un hoyuelo en la mejilla derecha. "Todo está muy bien. ¿Podrías traerme ropa que me quede bien, por favor?"
Kreacher olfateó y chasqueó los dedos, y Harry se vistió con la versión adulta del pijama que había llevado antes, pero los pantalones habían desaparecido. El elfo lo fulminó con la mirada mientras se ponía en pie.
"El señorito puede ponerse sus propios pantalones. Kreacher no tiene por qué hacerlo todo por él".
Sacudiendo la cabeza, Harry caminó hacia la poción de visión y miró dentro del caldero, levantando la estasis de la poción envejecida detrás de él con un pensamiento y enviándola tintineando a las botellas. No desperdicies, no quieras.
"Kreacher, esta es una poción reparadora de visión permanente de mi propia creación. Ahora tomaré una dosis. Ya la he tomado antes y no debería tener efectos secundarios, pero si te fijas", dijo Harry con cierto humor mientras el elfo asentía solemnemente y se colocaba cerca de él con una mano extendida.
"Pociones no es cosa de risa, joven amo", dijo solemnemente, y Harry resopló.
"Claro que no, Kreacher. Desde luego que no". Al ver cómo una dosis de poción de la visión salía del caldero y caía en una ampolla, Harry cerró los ojos de placer. Era estupendo recuperar toda su magia, o casi.
Al verter la poción, de un atractivo color plateado claro, Harry sintió la presión característica en la parte posterior de los globos oculares, donde la poción interactuaba con el nervio óptico. Todo como debe ser, bien, bien.
Éste había sido su primer avance, combinar la biología muggle y la comprensión de la anatomía con el potencial de las pociones para efectuar una transfiguración permanente. Una de las pociones que lo habían convertido en la persona más rica del mundo mágico, o probablemente del mundo muggle por lo que él sabía. Le importaba poco el dinero en sí mismo y no le interesaba llevar la cuenta.
La presión aumentó bruscamente y luego disminuyó, dejándole un ligero dolor de cabeza. Abriendo los ojos, miró a su alrededor, viendo cada fino arañazo en los mostradores de piedra y los granos de polvo que se asentaban en las paredes. Excelente.
Mirando a Kreacher y viendo claramente al elfo, sonrió ante la expresión suspicaz. "Estoy bien, Kreacher. Mejor que bien. ¿Me acompañas a desayunar al salón? Me gustaría discutir mis planes futuros contigo".
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