" Chapter four "

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MARATÓN 2/?

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MARATÓN 2/?

Capítulo cuatro:
La oscuridad del bosque.

No solo sus padres actuaban extraño, sino que casi todos los adultos también lo hacían, y para la mala suerte de Alexandra, esta vez su curiosidad no iba a ser saciada

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No solo sus padres actuaban extraño, sino que casi todos los adultos también lo hacían, y para la mala suerte de Alexandra, esta vez su curiosidad no iba a ser saciada. Desde que regreso del departamento de Peter Hale, sus padres habían estado al pendiente de su hermana y de ella, por no decir que constantemente estaban viendo dónde estaban y que hacían.

Estaba sentada en el borde de la incómoda silla de la sala de espera, al parecer su mala suerte continuaba, y ahora estaba a la espera de ser atendida por una psicóloga. Su padre estaba sentado justo a su lado, mirando de reojo toda la pequeña habitación.

-Alexandra -escuchó su nombre resonar en el espacio.

La castaña levantó su vista del suelo y miró atentamente a la mujer de bata blanca y gafas anchas que la esperaba al pie del umbral de la puerta. Por breves segundos, Alex miró a su padre para luego levantarse de la silla y se encaminó hacia la mujer que la esperaba. Una vez que ingreso a la habitación, notó que se sentía nerviosa.

Era una habitación cálida, de paredes celestes y muebles blancos, en medio de esta había una silla giratoria y un sofá de cuatro cuerpos. Esperó de pie junto a la puerta, mientras la mujer cerraba la misma y pasaba a su lado.

-Por favor, toma asiento -dijo la mujer, señalando el sofá.

Alex, con pasos lentos, se acercó al dichoso sofá y se sentó junto al apoya brazos, cruzando sus piernas y sus brazos, recargando su espalda sobre el cómodo cojín que estaba detrás suyo. La mujer rápidamente se sentó en la silla giratoria, con una pequeña libreta y un bolígrafo en sus manos.

-De acuerdo, -comenzó la mujer, acomodándose en su sitio, mirando a la joven atra vez de sus gafas redondas.- tu psicóloga de San Francisco me ha comentado sobre tus terapias, y cómo no has avanzado en estas. ¿Quieres decirme por qué?.

-Pensé que ustedes, los psicólogos, no hablaban de sus pacientes -respondió Alex, mordaz.

La mujer sonrió levemente y negó con su cabeza. Alex le miró con una ceja levantada.

Darkside, teen wolfWhere stories live. Discover now