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Los ruidos de afuera del cuarto fueron los que despertaron al ninfo, se tallo los ojos para adaptarse a la luz y sonrió al voltear.
El príncipe estaba completamente dormido, había sido una buena noche, no había regresado la cena ni tenía fiebre y solo estaba con los labios en un ligero puchero y la respiración tranquila.

En pocas palabras, se veía hermoso, tranquilo... Sano.

Por otro lado Jun se sentía más cansado que la noche anterior, le pesaban los brazos, sentía algo punzando en su cabeza y aún tenía los párpados suplicando por más sueño.
Otro ruido de algo cayendo fuera del cuarto lo despabilo, se frotó aún mejor la cara y con cuidado de no despertar a Minghao se levantó de la cama, abrió un poco la puerta y vio a un montón de personas arriba de escaleras colocando adornos de flores en las paredes, cortinas y hasta en los candelabros.
Los preparativos para el baile comenzaban desde temprano y no solo dentro del castillo, estaba seguro que en el pueblo ya estaban listos para comenzar esta noche.

Jun bostezó un poco y se detuvo cuando vio a la princesa en un vestido ligero verde y con pasos decididos iba hacia el cuarto. Ambos se vieron por unos segundos y Jun solo pudo cerrar la puerta, esperaba que pasará de largo cuando escucho tres golpes en la puerta.

— Diablos... — el príncipe seguía dormido así que sería más fácil solo alejar a la princesa. Abrió la puerta y recibió una sonrisa muy bien actuada. — Alteza.

— Ninfo ¿Dónde está Minghao?

— Sigue dormido

— Ya es muy tarde, ya debería desayunar — en eso tenía razón, volteo a ver al chico pero seguía muy dormido, no tenía el corazón para despertarlo.

— Lo llevaré a comer algo en cuanto despierte. ¿Algo más? — la princesa dejo sus intentos por ver hacia adentro de la habitación, dio unas rápidas miradas a su alrededor y volvió la vista al ninfo.

— ¿Cómo esta tu hermano? —Jun aguanto las ganas de rodar los ojos y se limito a contestar de manera tajante.

— Bien alteza, gracias por preguntar — sabía que no lo hacía por amabilidad, solo quería saber que tal iban sus retorcidos planes de hacerle daño.

— Tal vez deberías cuidarlo más de cerca, no queremos que su futuro esposo se quede viudo tan pronto. ¿O si? — Jun pudo contestar cualquier cosa pero prefirió cerrar la puerta de un solo golpe, se arrepintió al momento. Volteo y el príncipe ya estaba levantándose mientras se tallaba los ojos, Hao lo vio y le sonrió con una sonrisa adormilada.

— Hola Jun — se estiro, el Ninfo se acercó y peino un poco del cabello del príncipe. Minghao parecía más cansado de lo normal y aunque no tenía fiebre se sentía caliente.

— ¿Cómo te sientes?

— Tengo sueño — volvió a bostezar y Jun le recogió los mechones de la cara con cariño — Quiero dormir un rato más...

— Pero debes desayunar Hao, además, hoy empieza el festival.

— Está bien — volvió a tallarse los ojos e intento levantarse, sus piernas fallaron por un segundo y fue Jun el que lo tomo por los brazos.

— ¿Seguro te sientes bien?

— Solo estoy cansado, siempre pasa cada que se acerca mi cumpleaños. Es normal.

— Para mi no es normal — Jun lo levanto por las piernas y lo llevo al lavabo del baño, con una mayor entrada de luz observo con detenimiento al príncipe. No tenía nada, ni fiebre, ni manchas azules y al parecer su toque no le dolía. Minghao recargo sus manos en su hombros y su cabeza en su pecho, recorrió parte de este con su nariz e inhaló el aroma a primavera — ¿Seguro no es una excusa para tocarme?

Tuyo De Nuevo.  ~El Príncipe y El Ninfo~Where stories live. Discover now