Capitulo 3 (Amaris)

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Cuarta carta.

Valdivia, Chile.

10 de octubre.

Hola Ortega.

Ya sacamos las cosas de mi abuelo, ósea, despejamos su habitación. La decidimos pintar para cambiarle el blanco que tenía. Ahora está de un rosa pastel, tampoco quería algo exagerado porque ¿Qué pasa si no le gusta el rosa? O ¿Si le gustan los colores fuertes? ¿Crees que me equivoque con el color? Porque, si, yo lo elegí. Solecito solo pinto, cosa que quedo más pintado él que las paredes, pero eso es otro tema. Al final termine pintando yo.

¿Sabes?

Ayer me entere que tus padres también se fueron y tu hermano, tu madre vino a despedirse. Quería hablar de ti, pero yo no quise, aun no estoy lista para hacerlo. No estoy lista para sentir ese dolor.

Ya tuve suficiente el otro día con el dolor de mi abuelo para tener que ahora sentir el tuyo, no estoy lista todavía.

Naim ahora está estudiando en nuestra universidad, ayer conocimos a nuestro otro hermane. Con E porque no sabemos que es, aunque yo ahora si estoy segura que es niño.

Yo sigo con mis estudios, aunque sigo con el arte, ayer hasta pinte un cuadro y estoy pensando en venderlo. ¿Crees que me vaya bien? ¿Qué alguien realmente quiera ver mis dibujos?

Siento que estar en una galería es una meta casi imposible y la verdad es que la veo muy lejos pero tampoco es imposible.

Ojalá estés enfermo del estómago en estos momentos.

Amaris.

Seis días después

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Seis días después.

Miro con el ceño fruncido como todos abrazan a María y le tocan el vientre.

Yo estoy apoyada en el umbral de la salida al patio trasero mientras bebo mi licor.

-Se acabo la diversión- Digo y Catalina coloca los ojos en blanco.

-¿Por qué caragos estas bebiendo?- pregunta y se sienta en el sofá que está al lado del umbral.

Yo suspiro antes de darle otro sorbo.

-Naim viajo a buscar sus cosas, la bebé aun no nace y tú no eres mi tipo de persona que es igual a diversión- Le digo antes de darle otro sorbo -¿Alguna duda?

Ella me mira detalladamente y es cuando amo su color de cabello porque se ve lindo con el brillo del sol.

-¿Has sabido algo de Mat...?- La interrumpo antes de que termine.

-Ni se te ocurra terminar esa frase ni mencionar ese nombre en mi presencia por favor- Le pido y me voy al interior de la casa, con ella pisándome los talones.

-Se que te hizo daño, pero tuvo sus motivos- La escucho decir cuando llego a la escalera.

-Si lo sé, tuvo muchos motivos y yo ayude a que tenga muchos más- Le digo, rogándole en silencio para que termine esta conversación -Él no confiaba en mí y me basta.

Intento subir, pero me toma de la muñeca.

-Tuvo motivos para no hacerlo Amaris- Dice con el ceño fruncido -¿Por qué no le dijiste que era adoptado?

-Porque no me correspondía- le digo, subiendo la escalera y ella detrás.

-Eras su novia- dice cuando llego a mi habitación -¿Es por lo de tú madre?

Me doy vuelta y la miro a los ojos.

-Amaris, él confiaba en ti. Te amaba con toda su vida y tú lo traicionaste.

Yo niego.

-Si me hubiera amado no me habrá mentido como la primera vez, me habría dado tiempo de explicar el porqué de todo, pero no, el solo me hizo la ley del hielo tomo sus cosas y se fue ¿Con que? ¿Con un discurso de "¿Te ame, pero ya acabo porque me mentiste y no tienes la oportunidad de explicarte por qué paso todo"?

-¿Tú le darías la oportunidad de hablar?- Me pregunta y yo suspiro intentando controlarme.

-Catalina, por el hermane que viene en camino te pido que dejemos esto acá- Le pido ella suaviza su mirada -tú me viste el cómo me puse cuando él se fue, cuando no me dio tiempo de explicarle el porqué.

-¿Por qué no lo buscaste?- Me pregunta y es cuando comienzo a perder la paciencia.

- ¿Cómo crees que estuve? ¿Feliz? Tuve que jurar no decir nada porque, el cómo lo adoptaron, no es una historia bonita Catalina, su madre murió por una hemorragia producida por el papá de Mateo- Ella palidece.

-Ella murió en el parto- Me afirma, pero niego.

-Ella tuvo un parto prematuro. Su esposo la golpeo hasta dejarla inconsciente, cuando ella murió él fue llevado a prisión- Le digo enojada.

Ella me mira como si me hubieran salido dos cabezas y decido terminar esta conversación.

-No le digas- Ella me mira a los ojos -Los detalles son aún peor.

Y con eso, doy media vuelta y me encierro en mi habitación. Hace mucho no estaba aquí, pero esta igual que la última vez.

Veo los asientos de la ventana la manta y el libro, me coloco el pijama y me acuesto de los asientos de la ventana.

Luna llena.

Qué curioso.

La miro con admiración, con el deseo de poder preguntarle por qué paso todo. Él porque tuve que mentir.

Su mirada no sale de mi mente, sus ojos, incluyendo sus ojos. Como él se fijaba en los míos yo lo hacían con los de él, ese esmeralda que siempre me alegraba el día pero que al final me rompieron. Aunque yo los rompí primero.

Entro a su chat y veo los últimos mensajes. Todos mío, pidiéndole que me escuchara. Sigo subiendo y sigo recordando todo lo que vivimos. Y pensar que él empezó todo y él fue quien lo termino.

Joder, sé que yo tuve la culpa, pero no puedo con esto.

Lo extraño demasiado.

Lo extraño demasiado

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Your Eyes (Los chicos del destino)Where stories live. Discover now