Eres perfecta

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Evelin

Pasado.

Entro a la casa arrastrando los pies, fue un mal día en el colegio. Hago parecer que no me afecta, pero no me siento bien cuando me llaman gorda. El otro día vi un programa en que una chica era criticada por su físico y ella les respondía que tenía un muy lindo espejo en su casa y no necesitaba que le recordaran cómo se veía. Algo así me siento, todas las mañanas me miro al espejo y sé que me veo gorda, no necesito que me lo recuerden.

—Llegué, mamá — anuncio en tono bajo, pasando de largo la cocina para subir a mi habitación.

El teléfono fijo suena en la pequeña mesa junto a las escaleras, miro el identificador y aparece el número de la casa de Malcom. Me fui sin despedirme o esperarlo, si notaba que estoy triste no pararía hasta sacarme porqué y luego iría a defenderme de esos chicos, lo que puede, o no, acabar mal. No quiero que se meta en problemas, el tío Jhon le ha dicho que si sigue metiéndose en problemas lo cambiará de colegio, no quiero eso.

Suspirando paso junto al teléfono y subo las escaleras escuchando a mamá salir de la cocina para atenderlo.

—Gaby, cariño creí que pasarías a saludarme a la cocina — comenta y levanta el teléfono.

—Necesito ir al baño, enseguida bajo— respondo y subo las escaleras más rápido.

—Malcom, mi niño ¿cómo estás? — la escucho contestar el teléfono y me apresuro a encerrarme en mi habitación.

Dejo la mochila en mi escritorio y paso al armario, busco el pijama que me regaló mi abuela dejándolo sobre la cama al salir, me deshago del uniforme colocándolo en la cesta de ropa por lavar que le llevaré a mamá más tarde para que me diga cómo encender la lavadora. Me meto en la ducha tomando respiraciones profundas.

No debo dejar que me afecte. Sí, estoy gorda ¿y eso qué? La abuela dice que, con el tiempo, el desarrollo me hará perder peso y le creo, mi abuela sabe muchas cosas. Siempre dice "Mas sabe el diablo por viejo que por diablo" me río, pero tiene razón.

Me termino de duchar rápidamente y cuando salgo del baño envuelta en una toalla, mamá me está esperando sentada en mi cama. Seguro Malcom le dijo que me fui sin avisarle. Mi madre sabe sobre mi enamoramiento hacia Malcom y como hago de todo por pasar tiempo a su lado, el que me haya ido sin decirle enciende una alarma en su cabeza.

— ¿Pasó algo en el colegio, Gaby? — pregunta con calma y suspiro.

—Lo mismo de siempre, mami. Manuel diciéndome cosas que ya sé — empiezo a colocarme el pijama y espera que termine antes de hacer que me siente junto a ella en la cama.

— ¿Cosas como qué, cariño? — entrelazo mis manos sobre mi regazo y juego con mis dedos.

—Que estoy gorda, que por eso no le gusto a ningún chico... cosas así— acaricia mis risos sobre mi espalda y siento que se me forma un pequeño puchero.

—Aun eres pequeña para pensar en gustarle a alguien, Gaby.

—Sabes que me gusta Malcom, mami. Lo que les parezca a otros niños no me importa, pero ¿y si es cierto y no le gusto a Malcom por ser gorda? — suspira y me toma del mentón haciendo que la mire.

—Si a esos niños, incluido Malcom, les importa más tu físico, ellos no deben importarte a ti, corazón. Estoy segura de que Malcom no piensa como ellos. No dejes que te afecten, esto no es tu culpa, no dejes que te agobie — la abrazo sabiendo que tiene razón, el refugio de sus brazos me relaja y las ganas de llorar desaparecen.

—Gracias, mami.

—Siempre, cariño. Ahora, Malcom llamó, está preocupado por ti, dijo que vendría luego de cambiarse — asiento y tocan la puerta haciendo que me separe del abrazo que seguíamos dándonos.

—Adelante — autorizo.

—Hola, tu abuela me dejó pasar — Malcom se asoma y en mi rostro se forma una sonrisa al verlo con el cabello aun húmedo y despeinado.

—Está bien, los dejare solos — anuncia mamá y me da un beso en la cabeza antes de irse.

— ¿Estás bien?

—Sí, no te preocupes. Lamento haberme ido sin avisarte — me sonríe y juega con uno de mis risos enrollándolo en su dedo.

—No pasa nada, pero no lo vuelvas a hacer ¿vale? —asiento y me da un suave tirón en el mechón que tenía agarrado.

—¡Hey! ¿eso por qué fue? — me quejo, pero se me escapa una risa.

—Para que te rías — vuelvo a reír y lo hace conmigo.

Nos quedamos un rato en silencio, el jugando con mi cabello y yo jugado con el cordón de su sudadera.

Mi prima Charlotte se burla de mi cuando viene a casa porque dice que siempre tengo que estar en contacto con Malcom para estar tranquila y es cierto, me gusta tenerlo al alcance, me siento cómoda cuando está cerca.

— ¿Eve?

— ¿Mmm?

—Nunca pienses que no puedes gustarme por tu físico— abro mucho los ojos avergonzada de que haya escuchado eso y trato de alejarme para que no vea mi sonrojo, pero su dedo se aferra a mi cabello sin permitirlo.

—Nos escuchaste —afirmo en un susurro y asiente mirándome a los ojos.

—A mí me gustas así, eres perfecta — mi corazón se acelera y siento mi rostro caliente del sonrojo.

Eres perfecta.

— ¿Te... gusto? — sonríe ante mi sorpresa y me quedo mirando como sus ojos se achican.

—Sí y yo te gusto — afirma y me cobro el rostro con las manos, se ríe y las aparta, me besa la mejilla —No voy a dejar que nadie se meta contigo, mañana me encargare de Manuel — suena como esas telenovelas que ve mi tía Rosa sobre mafia, pero sé que Malcom se refiere a que se lo dirá a la tía Clarisse y ella hablara con la madre de Manuel.

—Está bien, pero no te metas en problemas. No quiero que el tío Jhon te cambie de colegio — Malcom hace una mueca, no le gusta que le diga tío a su papá. Dice que es raro porque él y yo no somos familia, pero siempre le explico que es solo por cariño.

Malcom me gusta lo suficiente como para no querer que sea mi primo.

—Jamás dejare que nos separen— promete y le sonrío.

♡♡♡

Espero les esté gustando la historia, si es así por favor no olvides ⭐y 💬 no seas 👻

Les agradezco la oportunidad que le están dando a la historia y la paciencia que tienen para esperar las actualizaciones.

Nos leemos en el capítulo doce.

Besos de chocolate 💋🍫

Los quiere Clari 🖤

PerdidosWhere stories live. Discover now