Especial 4-Boda y Tests

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—¿Y esta?

—Quién sabe.

Quería una familia con ella, no podía esperar ni siquiera a ver a un pequeño mini yo o una mini Avery correr por los pasillos.

—¿Cuánto costó esto?

—¿Por qué siempre preguntas por el dinero?

—Porque sin dinero no se puede vivir, ahora dímelo.

—Llevo ahorrando desde que recuperé mi Tesla hace una década. Te juro que no estoy ni estamos arruinados. Además tu padre quiso contribuir también, así que cualquier queja a tu padre.

—Bam amará el jardín.

—Sobre todo el trasero.

—¿Jardín trasero? Empiezo a pensar que vendiste el coche.

Sonreí bajando las escaleras tras de ella. No, no había vendido ni mi coche ni el suyo. Aunque ganas de gastarme más dinero en la casa no me faltaban.

—Avery, despídete de la casa.

—¿De esta?

Asentí buscando en mi bolsillo los billetes.

—Tenemos pendiente una luna de miel, mi vida.

—Ahora enserio, ¿De dónde salió la pasta?

—¡Oh, vamos! Somos exitosos en el trabajo, tenía ahorrado casi 100.000 a mis dieciocho. ¡Tengo un Tesla, Avery! Creo que no es tan sospechoso.

—Bueno...¿Y dónde vamos a ir?

—Grecia. Porque estaba más barato—abrí la puerta invitándola a salir—no me mires así, somos de dinero, pero no millonarios.

El viaje fue interesante, sobre todo la habitación. Estuvimos más ahí dentro que de paseo, pero igualmente caminamos bastante. Avery hizo una recopilación de vídeos sobre el viaje, y yo un álbum completo de nuestra boda y luna de miel. Aún no procesaba que la mujer a mi lado dormida en el coche era mi mujer, por ley. Estábamos frente a nuestra casa, Avery realmente estaba exhausta tras el viaje. Durmió el avión completo y qué decir en la vuelta en coche. Agradecí al taxi por traernos y le pedí ayuda para meter las maletas. En mis brazos estaba dormida Avery, tras de mí venía el hombre con dos maletas en cada mano. Abrí la puerta y le pedí que las dejara en nuestro salón. Le pagué de más por las molestias y subí al piso de arriba. Me era raro estar por esa casa, a pesar de que la había decorado tiempo antes. No asimilaba que era mía, nuestra. Dejé a Avery sobre la cama, le quité las zapatillas sin despertarla. Se veía adorable, demasiado. Me cambié de ropa en el baño y me tiré a su lado, el colchón era la cosa más cómoda que había probado nunca. Avery no tardó en rodar y acomodarse contra mi pecho. Nuestra primera noche en esa cama.

Avery me despertó, y no de una forma bonita y cariñosa. Me golpeó el rostro con su manos y luego me dio una patada.

—No lo hice a propósito...

Abrí la nevera sin responder, me había dolido. Sus brazos me rodearon en un abrazo cálido, no pude evitar esbozar una sonrisa al volver a escuchar una disculpa. Avery siempre era cariñosa y cálida conmigo, qué más podía pedir de ella.

La nevera estaba prácticamente vacía, sólo unos huevos, un par de botellas de agua, leche y un zumo. Lo poco que pude pedir a Nury que trajera antes de nuestra vuelta de vacaciones.

—¿Me haces el desayuno?—pregunté al aire.

—¿Me perdonas si lo hago?

—Sí.

Como un rayo, comenzó a preparar todo para hacerme un par de huevos rotos. Me senté en el sofá observando el aura de la casa. Al ver la figura de Avery en la cocina sentí una sensación familiar, como si en cualquier momento iba a parecer nuestro hijo pidiendo un desayuno. Me recosté en el sofá miramdo algunos mensajes de mi teléfono. En breves, mi querido amigo Harper iba a acercarse para dejarnos al lindo Bam. Bufé recordando las cajas y las maletas en un lado del sofá, nos esperaba un largo trabajo.

Giants - JungkookWhere stories live. Discover now