Giants - Jungkook

26

Agarré la cámara configurándola sobre el váter. Jungkook estaba terminando de tender la ropa mientras la bañera se llenaba. Quería mostrar en la foto la mismísima tranquilidad, y qué mejor que el momento en el que te metes en el agua calentita de la bañera tras un largo día...

—¿No te metes conmigo después?

Jungkook entró ya sin camiseta. Sonreí mirando las lindas palabras tatuadas en su cuerpo y asentí antes de volver a la cámara.

—Tú sólo disfruta del agua calentita.

—¿Y tú de la vista?

Levanté los ojos encontrándome con su desnudez. Asentí quitando el flash de la cámara. Se metió en la bañera soltando un leve suspiro. Capté el momento en el que su cuerpo entero se había acomodado en el agua y una pequeña sonrisa salía en su rostro junto a sus ojos cerrados. Luego fotografié cuando se echó la cabellera mojada hacia atrás. Apoyó sus brazos en el borde y posó su cabeza sobre sus brazos.

—Acompáñame...

Había sonado demandante. Sonreí mirando la fotografía que había hecho.

—¿Modo hot o modo sweet?

Se lo pensó antes de responder.

—Lo que surja.

Me quité la ropa y dejé la cámara sobre el váter apuntándonos, puse la cuenta atrás de quince segundos y me metí en la bañera apoyando mi espalda en el pecho de Jungkook. Estaba todo lleno de burbujas, mientras agarraba con las manos unas cuantas, Jungkook se apoyó en mi hombro derecho. Sonreí tras soplar las burbujas.

—¿Hiciste una foto a esto?

—Sí—dije orgullosa.

Besó mis labios en un movimiento lento que subió ligeramente de tono. Se separó y reposó por completo la espalda en la bañera.

—Me gusta estar así —dije también recostándome sobre él.

—¿En la bañera o conmigo?

—Las dos.

Hacía unos cuantos meses estaba aterrizando de mi vieje a Canadá, volviendo a un lugar donde la Avery que quería ser no estaba manifestada. Había pasado por muchas cosas, pero el momento en el que vi a Jungkook supuse que algo iba a cambiar, no que un cataclismo pusiera mi vida del revés. No sólo esperaba ansiosa a que viniera o me prestara apuntes para ponerme al día y ver su aura seductora, al menos para mí, conocí un montón de personas que de alguna mamera marcaron bastante mi estancia en la residencia: Pablo, Noah, Nury, Liv, Alice, Harper... Algunos seguían conmigo y otros tuvieron que irse de mi vida. Noah no era para mí, y ahora lo tenía claro; su insistencia para hacer lo que ella quería, sus intentos de llamar la atención constantes, esos comentarios infravalorándome o incluso esos grandes dramas a los que tuve que enfrentarme. Ahora hasta dudaba si me veía como su mejor amiga, e incluso me avergüenzo de haber querido ser como ella. Con suerte tenía a Alice, que no me arrepentiría nunca de decir que es la mejor amiga que alguien pudiera tener; me escuchaba, me alegraba y me seguía en mis aventuras, obviamente yo hacía lo mismo por ella. Taehyung fue una pérdida estúpida, no sólo porque se aferró a un complejo de inferioridad y arrogancia, sino que él mismo sufrió todas las consecuencias quedándose solo; aunque seguía extrañando los primeros días en los que lo conocí Nury tampoco fue un acierto al principio, él necesitaba centrarse en su vida y en vez de tratar de solucionarlo buscaba un tercero que lo solucionara por él y lastimosamente no fue posible. "Elegir" a Jungkook sería un mal empleo de la palabra, yo no elegí en ningún momento. Jungkook escapaba de mi alrededor constantemente, no quería gente en su círculo pero ambos buscábamos algo en común y era meramente satisfacernos. El problema fue que la satisfacción carnal término en una satisfacción diferente. La opinión sobre él que todos tenían no era ni la mitad de lo que realmente podía llegar a ser, por eso fue complicado al principio. Él era cerrado, pero comenzó a abrirse lentamente hasta mostrarme que todos teníamos defectos, virtudes y sobretodo secretos. Recuerdo cuando lo vi correr, cuando sentí más que satisfacción por estar con él y no sólo manteniendo relaciones sexuales. Él era cálido, buscaba mi satisfacción y en algún momento quise hacer lo mismo. Yo no lo elegí, él me eligió a mí y se encargó de que la única opción ventajosa fuera él. Me enamoré de un idiota que me apoyó en dificultades familiares, sociales e incluso económicas. Seguía viéndolo fregar de la misma forma que decirme que me quería, y eso sólo significaba que él entero era lo que más amaba en el mundo. Y haber llegado a vivir con él, experimentar nuevas cosas con él y poder decir agusto que hasta bañarme junto a él era un momento de paz completa.