🔸️☀️capitulo XLV☀️🔸️

Mulai dari awal
                                    

Había decenas de ellos, de todos los colores y tamaños. Había rojos tan brillantes como un rubí, negros como la noche o blancos como la luz, no importaba para donde miraras, un fénix estaba por allí

Pero cuando apenas puede un pie en el césped todos se callaron, todos se detuvieron en alguna rama y me miraron, todos juzgándome, incluso los que apenas estaban volviendo a crecer me juzgarán.

Un brillo tan fuerte como el sol se hizo presté en el cielo, podía oír el batir de unas enormes alas, las brisas crecieron hasta ser vientos tan fuertes como el girar de las aspas de un helicóptero.

Desde las alturas algo descendió delante de mi. Podía sentir el calor abrazador, pero no había rastro ni de una pequeña llama en el lugar sin contar el fuego natural de las aves.

El brillo se atenuó hasta dejar ver a un fénix aún más grande que los demás, tres o cuatro veces más grandes, de un color blanco con terminaciones arcoíris en sus plumas, una armadura dorada recubría su cuerpo haciéndolo aún más bello de lo que ya era.

Era como ver un ave tan divina que solo un dios, en todo su esplendor, podría igualarla.

—¡¿Quién se atreve a pisar estas tierras sagradas?!—gritaron en mi cabeza. Su voz resonaba con poder y fuerza, la rectitud y firmeza con la que lo había dicho te hacia poner la piel de gallina. Me miró de arriba abajo. Un segundo después su rostro serio como el mármol se derrumbó en pedazos. Se le veía el pánico en los ojos, no sabía hacia dónde mirar, Como si tuviera a su peor pesadilla delante de ella; Aunque se reincorporó en segundos cuando me vio hacer una corta reverencia.

—lamento por haber entrado en su territorio sin avisa…e,¿su pajareza?—me disculpe con un poco de incomodidad ya que no sabia que decir en todo el silencio sepulcral que se había instalado—pero necesito de su ayuda—todas las aves comenzaron a cantar y a graznar de forma tan melodiosa como las mismas musas en un canto ancestral

—mi nombre es Anivia, reina de los Fénix. Te sugiero que no lo olvides mortal—cada una sus plumas brillaron en su propio tono como advertencia. Ella camino a mi alrededor. Su armadura chirriaba mientras subía y bajaba, mire sus garras, todas haciendo un sonido metálico cada vez que las levantaba. La gema en su cabeza brillaba con brillo propio un diamante en bruto tan bien lustrado que podías reflejarte en el

—nuestra especie te ha encontrado digno—expreso como un rey miraba a sus súbditos aunque su ojos querías huir de mí persona—habla entonces semidiós, por que has venido al hogar de loa Fénix?—

—Reina Anivia, necesito sus lágrimas cursivas, mi cuerpo ha sufrido un dolor sin igual, mis huesos han sido hechos polvo, pero milagrosamente regrese para acabar con aquel que combatía. Pero desafortunadamente esa batalla dejó cicatrices, cicatrices que una poción sanadora podrá curar. Por eso le pido humildemente si me pudiera dar algunas de sus lágrimas para sanar mi dolencia—ella asintió. Algo que me dejó atónito

—entonces ven, te daré de mis propias lágrimas—me acerque y saque de mi mochila una pequeño tubo de ensayo. Lo destape para colocarlo debajo de los ojos del ave del renacimiento. Lágrimas brotaron, una, dos, tres, cuatro, fui contando hasta que el tubo quedó a la mitad

—muchas gracias—le agradecí nuevamente con una reverencia a la monarca del lugar—no sabe lo agradecido que estoy por esto su majestad—

—no es nada muchacho. Nos veremos nuestro, eso tenlo por seguro— su cuerpo exploto en llamas coloridas antes de alzar vuelo y desparecer de mi vista hasta el gran árbol dorado del lugar.

Así concluyó mi visita a Grecia. Creí que tardaríamos más. Ahora solo hace falta regresar a casa e ir a visitar a un viejo tuerto.

Pero primero vamos a Londres que hay que visitar a una diosa gato

renacer en un mundo semidivino Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang