Capítulo 18: Al Ritmo De La Rockola

457 33 18
                                    

Había llegado viernes, Mirabel se estaba preparando para poder asistir al evento al igual que Isabela, estaba terminando de abrocharse la camisa blanca, se miró al espejo del baño, se sentía extraña, miró sus manos, recordó aquel día... cuando tocó la puerta, cuando salvó todo, no importaba si recordaba o no su pasado, estaba bien, estaba a salvo, era lo que contaba. Se puso los lentes, suspiró pesadamente.

— La fuerza del campeón. — Se dijo así misma, con voz quebrada.

Isabela al escuchar a Mirabel, tocó dos veces la puerta del baño. — ¿Mirabel? — No recibió respuesta. — ¿Puedo pasar?

— Adelante. — Dijo sin voltear a ver la puerta.

Entró al baño. — ¿Pasa algo? — Preguntó.

— No, nada... es solo... — Dio un pequeño golpe al lavabo. — Olvídalo, no importa.

— Cariño, si algo te pasa puedes contarme, ¿no confías en mí? — La abrazo por detrás.

— Claro que confío en ti Isa. — Bajó la mirada.

— Entonces dime que es lo que pasa. — Pegó su cabeza en su espalda.

— Tengo miedo. — Su voz se quebró. — Se que ya... no lo tengo, pero... ¿y si daño a la gente sin la fuerza del campeón? — Se volteó despacio, quedando cara a cara. — ¿A ti?

Comenzó a acomodarle la camisa. — Ese poder lo aguardaste ¿no? — Miró que asintió. — Entonces quedaste todavía con la guerra en la cabeza, desde que regresaste ha sido un cambio duro para ti. — Termina de acomodarle las mangas al igual que el cuello. — Además, sé que no me lastimarías.

— ¿Cómo estás... tan segura? — Se le escaparon algunas lágrimas. — ¿Cómo estás... tan segura... de que no te lastimaría? ¿Cómo estás tan... pero tan segura... de que... no lastimaría a los demás?

— Porque confío en ti. — Le quitó los lentes, le limpió las lágrimas. — Si aquella fuerza del campeón se apodera de ti, entonces te acordarás de estos bellos momentos, de cuanto nos amamos, de cuanto amas a la familia, de todo, con ayuda de eso no vas a dañar a nadie. — Pegó su cabeza con la de su hermana. — ¿Ya te sientes mejor?

— Si. — Asintió con la cabeza.

— Ahora ya no pienses en la fuerza del campeón, ya no pienses en las guerras, ya no pienses en nada relacionado a los combates, enfócate en que vas a ir conmigo al evento, en que verás a tus amigos, en que vas a convivir con todos.

— Tienes razón.

Ambas se dieron un beso, sus corazones latían mucho al sentir ese contacto en sus labios, Mirabel tomó su cintura, apegándola más a ella, la otra estaba feliz de besarla, de no aguardar otro día más sus sentimientos, antier le dijo lo que sentía y Mirabel terminó de decirle que también la amaba. El beso se hacía más largo y ambas se dieron cuenta de eso, haciendo que se separaran por falta de aire, dejando un gran hilo de saliva, Mirabel sentía el deseo de hacerla suya, pero no podía, porque para ella todo iba demasiado rápido, además, no podía sin la autorización de Isabela.

— Lo siento. — Dijo Mirabel un poco agitada.

— No te preocupes cariño. — Sonrió.

— Se me olvidaba. — Tomó las dos manos de Isabela. — Se que antier nos declaramos, pero se me olvidó decirte esto... es que yo... me preguntaba, si tú... — Suspiró, alzando un poco las manos de su hermana. — ¿Quieres ser mi novia?

— ¿Es un sueño? — Miró que negaba con la cabeza, entonces comenzó a saltar de alegría y luego la abrazó. — ¡Si! ¡Si quiero ser tu novia! ¡Te amo!

Tú Eres Mi Verdadero Amor (Isabela x Mirabel)Where stories live. Discover now