EPILOGO

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—¡Lo prometiste Dean!— se quejó la lampade queriendo atacarlo pero entonces dos cadenas aparecieron en sus manos atandola

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—¡Lo prometiste Dean!— se quejó la lampade queriendo atacarlo pero entonces dos cadenas aparecieron en sus manos atandola. —Te di el hechizo del resurgimiento, te enseñe una mágia mas fuerte que cualquiera.

—Y por eso no te voy a liberar— le dijo Dean —No permitiré que se lo des a otro.

Las cadenas se alargaron hasta clavarse en el suelo dejandola atada al centro de las ruinas del Santuario de Nueva Orleans.

—¡Eres un demente!

—Quizá, pero asi es la vida.

—Entonces matame— se resignó tirando de sus cadenas —Hazlo y acaba con esto.

—¿Matarte? No soy un monstruo, no hiciste nada.

Dean se dio vuelta ignorando sus gritos caminando al bosque de su ciudad natal, llego hasta esa cripta donde encontró ese libro oscuro que ahora estaba en ruinas, vio todo a su alrededor y con sus  nuevos conocimientos pudo reconocer el símbolo de Nyx y realizando un hechizo ahora simple para él pudo conjurar una comunicación con la diosa de la noche.

—Dean Thomas, un mortal hablandome.

—He recibido las instrucciones, quiero... formar un pacto.

—¿Un pacto?— preguntó la diosa intrigada.

—Claro, tu quieres salir del tártaro y yo... quiero poder.

—¿Mas poder? Puedo sentir como tu magia ha crecido desde la ultima vez que te vi.

—Pero a pesar de eso la oscuridad me daña, quiero eso de ti, señora de la noche, inmunidad a la oscuridad.

—La tendrás, ahora invocame desde el tartaro.

—Júralo, en nombre de Estigia.

—Chico listo— murmuró Nyx.

—Además no es tan sencillo, para traer a un primordial necesito algo que desafíe las antiguas leyes, una profecía.

—Estas loco si crees que el oráculo te dará una.— le dijo Nyx burlandose.

—Quizá en tus tiempos, pero quien ahora es oráculo ignora sus origenes, su destino, solo debo manipularla.— le dijo Dean seguro de si mismo —asi que, dame lo que pido y te traeré del tártaro.

—Muy bien Dean Thomas.

Nyx hizo un ademán con su mano y una copa de hierro apareció en ella con un extraño liquido dorado que brillaba de forma tenue.

—El pacto de la noche, tal como lo pediste.

Dean tomó la copa en sus manos dando un sorbo y solo una semana despues su hechizo de rastreo le había llevado hasta Los Angeles, le sorprendió que habían ocultado al oráculo en las narices del Alto Consejo y estos jamas se hubieran dado cuenta, aunque su hechizo parecía estar fallando porque luego de un tiempo esta parecia no detectar la presencia del oráculo.

Aunque durante horas de la mañana parecia buscarla bien, luego la magia parecia estar siendo bloqueada por algo mas, no creia que fueran los dioses protegiéndola pues ella aun no había tomado juramento aun.

Estuvo varias semanas intentado rastrearla de forma efectiva hasta que un dia el hechizo lo condujo entre callejones, y frente a él la vio, bajita y de piel morena, cabello rizado y castaño de brillantes ojos dorados, perfectamente Dean pudo sentir la energía del oráculo emanar de ella.

No dudaría en tomar la profecia de ella, sería muy facil ya que estaba sola, Dean se habia encargado de no dejar guardianes del caos que la cuidaran y los pocos que habían la buscaban para matarla.

Y es asi que Dean Thomas comenzó su travesía detras del oráculo.

Dean Thomas || CovenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora