CAPÍTULO 20 | UN MES

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Axel

—¡Tenemos que ir a celebrar esto! —grita Leo cuando ve el mensaje que he mandado esta mañana por el grupo que tenemos los tres—. ¡Es increíble, Ax!

Matthew se acerca a él y le da la razón.

—Sabíamos que podías formar parte de esto, pero verlo hecho una realidad es bestial.

No es que no esté contento con lo ocurrido, pero no estoy tan emocionado como para celebrarlo.

—Ax, ¿nos estás escuchando? —pregunta Leo cuando ve que mi vista sigue en un punto fijo.

Asiento entre pensamientos, pero sabe que estoy divagando en situaciones completamente diferentes a la que estamos ahora. Odio que me conozca tan bien y a la vez agradezco que lo haga, porque así puede sacarme de los bucles interminables en los que mi cabeza prefiere quedarse.

—Te han ofrecido una columna propia en los mejores periódicos del país y parece que te hayan despedido del trabajo de tus sueños. —Se sienta delante de mí y esboza una mini sonrisa—. Daila querría que lo celebrases.

Escuchar su nombre hace que alce la cabeza de golpe, posando mi mirada en cualquier punto que no sea el suelo. Me estremezco y reúno todas mis fuerzas para concentrarme en lo que me dicen mis amigos.

—Hablas como si se hubiese muerto —espeta Matthew.

—Es que Axel lleva un mes y dos semanas con cara de luto —expresa Leo—. Entendemos que te duela, pero no puedes estar siempre así. Hay vida después de las personas, ¿sabes?

—Sí —murmuro.

Me da una pequeña palmada en la pierna y es ese pequeño toque lo que me hace mirarlo a él.

—Odiamos verte así.

Puede que haya estado un mes de bajón, escondiéndome de ellos y hablando poco, cosa muy rara en mí. La conversación con Daila me destrozó en todos los sentidos posibles. Fue como si me arrancaran lo único que me unía al suelo. Odio haberme atado a ella, pero necesito tenerla conmigo. Le di donde más le dolía; la confianza.

Rompí su confianza por no saber comunicarme con ella, por no decirle que empecé a hacer todo esto por HidOut. Entiendo su enfado, incluso diría que lo comparto, pero eso no hace que deje de doler. Le dije todo lo que quise decirle, me confesé, me abrí en dos y le susurré que me había enamorado de ella, que seguí con el plagio por ella y por Sternbilder.

—¿Y si me quieren contratar por lo que leyeron? No fui yo y a lo mejor ellos creen que sí. No quiero que toda mi carrera esté basada en un artículo que jamás pensé siquiera.

—Axel, llevas años haciendo esto. Tu carrera se basa en todas las entrevistas que has hecho, en todas las columnas donde has escrito y en todo el recorrido que llevas. Lo que te pase ahora no solo tiene que ver con HidOut y Sternbilder.

—No quiero decir que sí sin saber en qué se han basado —confieso.

Hace un par de días, Dagbisen, el periódico más conocido de todo el país se puso en contacto conmigo. Me ofrecieron la oportunidad de trabajar con ellos en mi propia columna, escribiendo sobre lo que yo quisiera y de la forma que yo quisiese. Al principio, me alegré demasiado porque las oportunidades así se cuentan con los dedos de una mano, pero conforme las horas pasaban era más difícil tomar una decisión.

Empecé a preguntarme que vieron en mí, que leyeron sobre mí o donde encontraron mi nombre. El último trabajo propio que realicé fue la entrevista a Sternbilder, pero para el resto del mundo fue el artículo que los criticaba. No puedo hacerme a la idea de que viesen eso y se guiasen a partir de ahí.

Una canción robadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora