Guía para cuidar de una bebé, por Jake Lockley

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A ver... ¿cómo vergas se prepara ésta madre?–Preguntó Jake, parado en medio de la cocina observando el tarro con la fórmula para bebé en sus manos, temprano por la mañana.

¿Estás seguro de que no quieres que lo prepare yo? Ya lo he hecho un par de veces como para saber hacerlo bien.–Le dijo desde el reflejo de la ventana junto a él.

Ya llevabas casi dos días completos con ellos, y hasta el momento, Steven había sido el único que realmente te había alimentado y preparado tu comida. Y ni hablar de Marc, que desde que tuvo aquella conversación con Jake, no había hecho acto de presencia. Ninguno de los dos le había escuchado ni sentido estar ahí presente en todo ese tiempo.

¿Acaso me estás diciendo pendejo? Si leyendo las instrucciones puedo preparar bien ésta cosa.–Le dijo tomando sus anteojos y acercando el tarro a su cara para poder leer bien.

No digas groserías frente a T/N, Jake. ¿Qué clase de ejemplo le estás dando?

Mientras tanto, tu llorabas en el pecho de Jake donde de alguna forma te había metido dentro de una mochila no tan grande que tenía y se la había puesto en el pecho, además de haberla adaptado para ti para que fuera cómoda.

Ya, mami, tranquilita... sh, sh, sh... no llore, princesa.–Puso su mano derecha en tu espalda mientras comenzaba a moverse alrededor de la cocina, y aún seguía leyendo el tarro.

No es tan difícil. Solo haz lo que dice ahí.–Le dijo ya más irritado, viendo a Jake moviéndose por la cocina para comenzar a preparar tu fórmula que compró en la farmacia.

Que sí, hombre. Pero ya cierra un rato el pinche hocico que me desconcentras, mamón.–Le contestó mientras preparaba las cosas.

Steven soltó un pesado suspiro y luego simplemente se quedó observando lo que hacía.

¿Qué tanto suspiro? Yo sé qué hacer, cabrón. Ya vas a ver ya. Soy un experto. Tengo mi propia guía para cuidar de una bebé.–Le dijo con una sonrisa mientras cerraba tu biberón y luego lo movía para mezclar su contenido.

Yo no he dicho nada.

–No, pero lo pensaste. Te conozco, pendejo. Pero equis. Ya mi bonita hermosa, no llore.–Jake se acercó al sillón y se sentó, tomándote en sus brazos y dejando la mochila a un lado, para después acomodarte y comenzar a darte el biberón con mucho cuidado.

Jake se quedó así contigo por un rato mientras terminabas de beber tu fórmula, y una vez acabaste, acomodó tu manta en su hombro para después levantarse y hacerte botar los eructos que tuvieras dentro.

Comenzó a moverse alrededor de la sala de estar mientras hablaba contigo, cuando de pronto se detuvo en seco.

¿Y ahora qué te pasa?

Huele como a... como a mierda.–Dijo arrugando la nariz, tomándote con ambas manos y mucho cuidado, estirando sus brazos hacia adelante y acercado su nariz hacia ti.–Uuuf... princesa 'ta potente... haber espérese que voy a tener que cambiarla.

¿Vas a poder hacerlo tu solo?–Le preguntó Steven desde el espacio mental mientras Jake caminaba hacia su cama y te dejaba recostada, para después acomodar la manta estirada y dejarte encima de ella.

Pf, obvio voy a poder. Que llevemos casi dos días con ella no significa que nunca te haya visto ponerle un pañal. Esto está re fac—. Antes de que pudiera terminar de hablar, hizo una mueca con disgusto al quitarte el pañal, y de paso una arcada mientras se ponía pálido.

¿Decías?–Le dijo Steven con una sonrisa arrogante, cruzándose de brazos en el reflejo del espejo tras él.

N-no, no... si yo puedo. He hecho cosas peores, ¿cómo no— cómo no voy a...–Comenzó a hablar mientras te limpiaba con toallas pequeñas húmedas, haciendo arcadas de por medio.–¿C-cómo no voy a poder cambiar un pinche pañal?

Deja de hablar así frente a ella.

Jake simplemente le ignoró hasta que logró terminar de limpiarte, y luego siguió con todo el proceso de cambiarte el pañal.

(.....)

Muy bien, mi chamaca. Ya se fue el sol y está empezando a hacer sueño. Así que hora de dormir.–Dijo Jake levantándose del sillón donde te tenía en sus brazos y veían una telenovela, caminando hacia su habitación.

Ponle esa ropita que está encima de la silla. Ese es su pijama.–Le dijo Steven desde el espacio mental, y luego reflejándose en el espejo.

¿Y de dónde sacó esto?–Preguntó confundido, tomando la pequeña prenda con su mano derecha y sujetándote con la izquierda.

Cuando pasaste a la farmacia a comprar su comida, vi ese pequeño conjunto y un par más que me gustaron, así que forzé un cambio rápido y los compré.

Tienes suerte de que están bien lindos. Si no, me habría enojado porque forzaste un cambio, mamón. Se supone que ya no hacemos eso. Se "SUPONE".–Dijo mientras te recostaba en la cama para cambiarte de ropa.

(.....)

Marc abrió los ojos y lo primero que vio, fue a ti recostada en su pecho boca abajo, con tu cabeza girada hacia el lado ligeramente, tu mano en tú boca y durmiendo profundamente con un hilo de saliva chorreando en su playera.

Frunció el ceño y volteó la cabeza hacia la mesita de noche para ver la hora.

4:35 am

Volvió a acomodarse viendo hacia el techo, pensando por un par de segundos.

En un momento te sintió moverte, lo cual le hizo volver la vista hacia ti y poner sus manos con mucha delicadeza en tu espalda y la otra un poco más abajo para sujetarte.

Sh, sh, sh...–Susurró acariciando tú espalda.

Una vez se aseguró estabas tranquila, acomodó tu manta encima de ti y dejó su mano en tú espalda para asegurarse que no te caerías, y luego cerró los ojos otra vez.

Una pequeña Luna (Moon boys x hija)Where stories live. Discover now