Capítulo 40

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Yuna seguía probando cuánto se estiraban los brazos de Luffy, no se daba por vencida, al menos sólo le quedaba seguir rodando en su eje. Sanji fue el único que decidió entrometerse porque le molestó que los brazos de Luffy estuvieran sobre la chica en bikini.

— ¡Sueltala, maldito tonto! — Gritaba Sanji intentando que su capitán cediera, la chica seguía rodando.

— ¡No, Sanjiiii! — Se quejaba Luffy histérico. — ¡Chopper dijo que necesita comer carneeee!

— ¡Es una teoría! — Exclamó el renito llamando la atención del cocinero. — Yuna-chan tiene anemia y eso pasa porque su cuerpo no produce suficientes glóbulos rojos.

— ¡Está bien, está bien! — Captó Sanji y jaló el rostro de Luffy para que le prestara atención. — No es necesaria la carne, sólo debe comer más hierro.

— ¿Cómo las espadas de Zoro? — Preguntó el Capitán dudoso.

— No, alimentos con un nivel alto de hierro como acelga y espinacas. — Le explicó Sanji, Luffy soltó sus brazos y estos volvieron a la normalidad de golpe, logrando tirar al suelo a la chica mareada. — ¡Oye idiota, ten cuidado!

— ¿Tú vas a preocuparte de que ella mejore? — Inquirió el del sombrero de paja, Sanji ayudó a Yuna a levantarse.

— Sí. — Respondió y la chica se ocultó detrás de él por miedo a que Luffy le metiera un trozo de carne en la boca.

— De acuerdo, confío en ti. — Sonrió. — ¡Uf! Eso significa más carne para mí.

— ¡Tonto! — Lo atacó Yuna. — ¡Eso es lo único que te importa!

Chopper jaló a Yuna de vuelta al comedor donde estaban anteriormente y carraspeó la garganta para llamar la atención de todos, incluidos Conis y su padre.

— Yuna-chan tiene anemia. — Soltó la bomba.

Todos esos pares de ojos acusadores de sus compañeros cayeron sobre ella.

— Con razón duermes hasta medio día. — Señaló Usopp.

— Y estás tan cansada. — Agregó Zoro.

Yuna pudo recordar vagamente cuando se enteraron que sufría criofobia en la que llegaron a conclusiones similares y se apenó.

— ¡Chopper, no debías decírselo a todos! — Se quejó. — ¡Ahora se van a preocupar más por mí!

— Es lo lógico. — Admitió Robin y miró al adulto dueño de casa. — Señor, ¿Podría mostrarme su cocina?

— Claro.

Robin se perdió en la cocina con el hombre y Yuna se sentó junto a Zoro. Se sentía como una niña regañada por su madre. Conis comenzó a contarles respecto a una isla cercana en la que creía que Nami podía estar y que era prohibida, Luffy se emocionó por eso, pero se veía en el rostro de la rubia que parecía ser grave. Robin salió de la cocina con un té de hierbas y se lo dió a Yuna, esta lo agradeció y siguió espectante a lo que oía, sólo podía pensar en que Nami podría estar en peligro y le preocupaba su mejor amiga. Bajaron de nuevo a la playa Nube para ir por la navegante pero el viento no estaba a su favor, el Merry no podía moverse aún.

Todos se mantuvieron ocupados esperando el momento indicado para zarpar, pero unos hombres uniformados se acercaron con sigilo.

— Habitantes del mundo de abajo. — Habló el que parecía ser el líder. — Somos los boinas blancas y estamos aquí para enjuiciarlos por ser inmigrantes ilegales.

Todos ellos se mantenían erguidos, eran algo así como los marinos del mar azul.

— ¿Cómo que inmigrantes ilegales? — Ladró Yuna. — ¡La anciana nos dejó pasar!

Yuna Hiroshi [One piece]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora