—¿Crees que es buena idea que sea mi compañera? —pregunto preocupada—. No quiero terminar como la última vez —digo recordando a Lucía.

—¿Ella se encargó de hacerlo? —pregunta interesada.

Niego.

—Tengo entendido que fue el señor Austin.

—Bueno, entonces no te debes de preocupar. Si el señor lo hizo, debe tener sus razones. —Me toma de los hombros dándome una sonrisa tranquilizadora.

—Tienes razón...

Un carraspeo detrás nuestro nos llama la atención. Es la encargada y la que supongo será mi compañera.

No demoro en darle una rápida repasada y es que es inevitable no hacerlo. Ya se encuentra con el uniforme, puedo notar que es bastante joven y realmente me sorprende que la hayan contratado. Casi nunca veo a chicas tan jóvenes por aquí.

—Ya estamos aquí, nos atrasamos un poco por unos papeleos —explica la encargada—. Stacy, te presento a Verónica, ambas trabajarán juntas y espero tener todo el respeto y responsabilidad posible de parte de ustedes.

—Un gusto. —Extiendo mi mano.

Verónica me da una leve sonrisa y puedo notar que es muy tímida. Bueno, no parece ser una mala chica.

—Igualmente...

—Bueno... —La encargada aplaude—, ahora que ya están las presentaciones, comenzaremos con su trabajo.

Ella nos organiza las habitaciones que nos tendremos que encargar y me alegra saber que será de forma permanente.

★★★★

Termino de secar los platos que con Hilary utilizamos para merendar. Ella había querido ayudar, pero opté porque fuera a ensayar sus rutinas o después me volvería loca sobre cómo no tuvo tiempo para hacerlo.

El señor Austin le tiene horarios para aquello, lo cual me parece excelente, no es necesario que el ballet se convierta en una obsesión para ella.

Me dejo caer unos segundos en el gran sofá antes de subir al segundo piso y acompañarla en su ensayo; que por cierto, hasta acá puedo oír la melodía.

Cuando ya estoy dispuesta a subir, el timbre  me lo impide. Algo desconcertada camino hasta allí y abro la puerta.

Quiero que la tierra me trage y me escupa en China al observar al hombre frente a mi. Un pequeño click hace en mi cabeza al recordar las palabras del Señor Austin antes de que se fuera.

“Hoy mi hermano vendrá por unos papeles. Tú solo lo dejas pasar, él sabe donde se encuentran"

Trago saliva, y es que no sé que hacer. Él solo me observa, pero puedo ver algo de ¿diversión? En sus facciones.

—Tu debes de ser Stacy —habla. Dios, su voz, su postura, todo él, es demasiado para mí frágil corazón.

Haber visto fotos en Internet es una cosa, pero tener al gran magnate de New York frente a mi es totalmente diferente.

—Eh... Si yo... soy Stacy —tartamudeo un poco y me quiero bofetear por ello—. Usted debe ser el hermano del señor Austin —intento parecer lo más tranquila posible, después de las vergüenzas.

Asiente, aunque puedo escuchar una leve risa.

¿Acaso se está riendo de mi?

Digo, tampoco me importaría si este hombre se ríe de mí.

—Lo siento, no me he presentado. Soy Amos Maxwell y sí, soy el hermano de Austin —me da una leve sonrisa—. Venía por unos papeles, no se si me puedes... —Hace unas señas.

Todo Lo Que Quiero (#2) Where stories live. Discover now