• E P Í L O G O •

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— ¡Kyle!, ¡Kyle! ¡No lo vas a creer! ¡Encontramos a...

Exclamaba con emoción el chico de pompón rojo que iba disfrazado de Tritón, pero dicha emoción desapareció al entrar a la habitación donde había dejado a su súper mejor amigo, y encontró una escena que lo dejó mudo y congelado.

— ¡Sí, Kyle! ¡Encontramos a Damien!... —Butters empujó a Stan al estar obstruyendo el paso, y quedó igual de perplejo que el pelinegro —. Oh, salchichas...

El resto de acompañantes repitieron el mismo patrón al entrar a la habitación: estaban impactados e incrédulos, incluso el mismo invitado de aspecto siniestro de ropas oscuras que habían ido a buscar estaba boquiabierto.

— ¿Por qué hacen tanto ruido?...

El castaño despertó malhumorado por el escándalo hecho por sus amigos que ahora los miraban petrificados. Soñoliento observó la situación e incluso empujó al pelirrojo que estaba abrazado de él.

Y entonces terminó de despertar.

—K-K-Kahl... Kahl~ Kahl, despierta —lo comenzó a agitar violentamente y a la vez con disimulo al mencionado para que despertara.

— ¿Qué mierda quieres, culón...?

Gruñó el pelirrojo soñoliento sentándose sobre la cama sin ningún tipo de pudor mientras bostezaba y tallaba un ojo.

—Lindas tetas, Kylie —reconoció Kenny al ver el torso desnudo del pelirrojo.

—Gracias, Ke... ¿Kenny? —terminó de despertarse y su cara se volvió totalmente roja y se ocultó bajo las sábanas — ¡Pero que mierda! ¡Salganse todos!

— ¡Dios mío! Sí... Vamos, Wendy —decía con torpeza mientras empujaba a su novia hacia la salida —. Los esperamos afuera, iremos a tomar aire... Aire, aire fresco...

— ¡Sí! Vamos, Kenny. Dejémoslos solitos... —Butters tiró del brazo de su pareja para sacarlo de la habitación.

—Supongo que hola... Los dejamos solos.

Dijo sin más Damien y salió de la habitación, la cual se inundó de un silencio mortal, como si no hubiese nada vivo allí adentro.

Cartman tomó una almohada y la colocó encima de su cara en un intento absurdo de asfixiarse.

¿Cómo pudieron haber sido tan descuidados? ¿Cómo pudieron haberse quedado dormidos?

Estaban fritos.

— ¿Ya se fueron?

Preguntó el judío aun oculto bajo las sábanas.

—Sí...

Respondió con una voz seca. Kyle, temeroso, salió de debajo de las sábanas, con las cuales cubría su cuerpo desnudo. Estaban tan impactados y no era para menos. Habían sido pillados. No se sentían capaces de salir de ahí. Sin embargo, lo hecho, hecho estaba. Kyle tomó valor y comenzó a juntar su ropa para colocársela de vuelta.

— ¿Qué piensas hacer?

Preguntó el castaño aún con la almohada sobre su cara al escuchar que su compañero se movía.

— ¿Qué más? Dar la cara —respondió mientras se colocaba sus bóxers —. Y quizás volver a la normalidad.

— ¿En serio vas a salir? ¿Y qué vas a decir? —se cayó la almohada de su rostro la sentarse de golpe.

—La verdad. Que nos acostamos. Por favor, no somos unos niños inmaduros y sus críticas me importan una mierda —explicaba mientras se vestía —. Lo que ellos vayan a decir no va a cambiar nada de lo que hicimos y tampoco nada de lo que siento ¿Qué hay de ti?

Luna de Fresa Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora