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Cartman "sacudía" el polvo de su capa tratando de ayudar al judío a levantarse del suelo y hacer que volviera a tomar asiento a su lado.

Kyle lo miraba extrañado, sentía una sensación rara, como si no solo estuviese "sacudiendo el polvo" de la capa. Lo sentía más como un pretexto para acercarlo más él. Sus distancias eran reducidas. La cercanía que tenía uno con el otro era corta y Cartman ni siquiera lo había planeado. Ambos estaban ruborizados, tenían conocimiento de que esa "tensión" que sentían no era imaginaria.

— ¿Entonces cuándo iremos a que me chupes las bolas?

Y acabó todo el encantó había sido construido.

El castaño de ojos bicolor no pudo soportarlo más. Mordió su lengua maldiciendo hacia sus adentros por joderlo todo, como siempre. Por su parte, Kyle suspiró sintiéndose un estúpido por haberse sentido extrañamente ilusionado a su lado durante esos últimos minutos. Se levantó del camastro y le aventó la capa roja afelpada en la cara.

—No lo dejarás pasar ¿Cierto?

—Claro que no. Una oportunidad como esa no sucede siempre.

Gruñó Cartman quitándose la capa de la cabeza para volvérsela a colocar, juntó la corona dorada del suelo llevándosela a la cabeza, y así estaba de vuelta el rey.

—Eres un imbécil, Cartman... —murmuró con decepción y se dio la media vuelta.

— ¿A dónde vas?

—Al baño —respondió Kyle cortante.

—Bien, no tardes —decía Cartman meditando su respuesta — ¡Y ni se te ocurra a escapar o mañana te veré en un tribunal!

—Lo que digas, idiota.

Entró de nuevo a la casa y cerró con violencia la puerta corrediza. A su paso empujó algún que otro invitado, buscando entre toda esa gente alcoholizada y disfrazada a una persona en especial.

Y bingo.

Encontró a Poseidón en un sofá arrumbado por una esquina del salón principal bebiendo y festejando con su novia, Anfítrite.

—Stan ¿Podrías darme las llaves de la camioneta? —pidió una vez que se paró frente a ellos.

— ¿Las llaves de la camioneta? —lo miró confundido el pelinegro.

—Voy a irme al carajo. Prometo que en la mañana mandaré a alguien por ustedes —explicó fatigado.

—Iré al baño, Stan. En lo mientras habla con Kyle.

Dijo Wendy levantándose para darles su espacio a los dos, acción que no le agradó mucho a Stan. Creyó que estaba cerca de construir una buena atmósfera romántica con ella. Pero en definitiva se estropeó. Suspiró decepcionado y se levantó del sofá.

—Hablemos afuera, Kyle. Aquí hay mucho ruido —decía Poseidón encaminándose a la salida más cercana.

—No hay nada de qué hablar. Solo dame las llaves.

Repitió Kyle frustrado, pero terminó siguiendo a su súper mejor amigo afuera de la cabaña. Estaba de nuevo en ese ambiente tan frío que le desagradaba ¿Cómo era que hasta hace unos minutos, antes de que Cartman saliera con sus idioteces, él se sentía tan cálido?

Se recargaron en una jardinera. Stan llevaba con él una botella de vodka, le invitó. Pero la rechazó. Él día de hoy no quería beber ni una sola gota de alcohol. Quería y necesitaba estar en sus cincos sentidos para no perderse de nada. A unos cuantos pasos frente a ello se encontraba la camioneta de los góticos. Parecían estar sacando cajas y otras cosas del desván de la cabaña.

Luna de Fresa Where stories live. Discover now