6.

49 11 4
                                    

—¿Por derecho...? Ya habla claro ¡Ya no quiero tus jodidas adivinanzas!—

El hombre volvió a soltar una risita, se levantó y entre los estantes que rodeaban la habitación tomó un libro en específico.

—Todo tu linaje a estado ligado a nuestra..."causa" por generaciones y generaciones, todos los varones primogénitos de tu familia tienen un lugar especial con nosotros...— Se acercó a Alfonso, extendiéndole el libro, este lo tomó con duda y empezó a hojearlo, llevándose más sorpresas.

No solo era un libro, era un álbum de fotos y todas esas fotos las había visto en un solo lugar, su antigua casa. Podía recordar bien los pasillos repletos de fotos familiares antiguas y como su padre se llenaba la boca diciendo lo importantes que eran todos. Junto a los retratos individuales de sus antepasados también había fotos en grupo, todos aquellos hombres de su familia en aquellas vestiduras en lo que parecían ser rituales, se dio cuenta que las últimas fotos pertenecían a su progenitor y ahí terminaban, los siguientes espacios estaban en blanco esperando a ser llenados.

—Pero tus progenitores cómo te mencioné eran unos ineptos, tu padre temia que los llevarás a la ruina cuando tuvieras edad o peor aún, que les quitaras todo ¡Ja! quién diría que al final si tuvieron algo de razón...—

Ahora todo encajaba para el español, aquella forma tan ruin en la que lo trataban, como si no fuera su sangre, como siempre la ambición de su padre por el dinero podía más que su paternidad.

—Si siempre supieron mis movimientos ¿Por qué no se acercaron a mi antes? Era un crío estúpido ¿Por qué dejaron que quemara todo su dinero en apuestas y alcohol? Es decir, tan fácil pudieron raptarme cómo ahora, obligarme a trabajar para recuperar lo que hubiera gastado...—

—Ahi está la palabra mágica: "obligar"—  El hombre se volvió a sentar frente a él. —Nosotros no queremos que hagas las cosas obligado, queremos que estés con nosotros por tu completa cuenta...—

Alfonso volvió a mirar el libro, pensativo, habia demasiadas cosas en su cabeza y aunque se sentía abrumado también se sentía ¿aliviado? era como si parte de él ya tuviera una respuesta que buscaba inconscientemente hace años, aunque ahora tenía muchas más.

—¿Y bien?— La voz del enmascarado lo hizo salir de sus pensamientos. —¿Cuál es tu respuesta?—

...

Manejaba como loco por la ciudad, no podía contar cuántos accidentes casi provoca y cuántos carros chocó por ir viendo cualquier otro lugar menos la calle, estaba frenético pero como siempre disimulaba bien sus sentimientos bajo esa expresión seria y sus lentes oscuros aún cuando estaba completamente solo en aquel coche.

En un punto se detuvo a un lado de la carretera, apretó ansioso el volante para luego darle le golpes haciendo que la bocina sonara con fuerza, aquello lo había calmado un poco y  ahora solo respiraba fuerte por la nariz.

«¿Por qué? ¿Por qué está pasando esto?» Pensó despeinando su cabello tratando de disipar su frustración.

No debería sentirse culpable por lo ocurrido ¿Quién iba a saber que lo iban a secuestrar después de una discusión? Más sin embargo no podía evitar sentirse así y ese sentimiento lo molestaba y mucho.

Entonces recordó, recordó que tenía su móvil y si quienes se lo hayan llevado no llamaban, él lo iba a hacer pues no perdía nada. Lo sacó del bolsillo de su pantalón, buscó entre los números y lo encontró, por un momento lo pensó...era una locura pero la situación requería medidas desesperadas.

...

—¿Cuál es tu respuesta?— Volvió a preguntar aquel sujeto.

Alfonso solo tragó saliva, podía sentir su frente sudar ¿Qué debería decir? Estaba tan confundido, no iba decir que si solo porque se sentía herido, pero a la vez le daba temor dar una negativa ¿Qué tal si esa era su última palabra?

Justo en ese momento una melodía se escuchó por toda la habitación, una melodía que Cejas conocía bien: era su móvil. Miró por toda la habitación tratando de buscar en la oscuridad de dónde provenía el sonido, su acompañante solo suspiro fastidiado.

—Creo que nuestra charla a terminado por hoy, pero solo por hoy...— Se levantó de su lugar, yendo a una esquina, Alfonso no podía ver qué hacía pero cuando volvió a emerger de la oscuridad llevaba su móvil y su navaja. —Ah~ que lindo... finalmente se preocupa por ti...— Dijo burlón mostrando la pantalla del aparato con el nombre de Carlo parpadeando al ritmo de la melodía.

Cejas tomó ambas cosas mientras aún veía la pantalla brillar, no iba a responder, no en ese momento.

—Tiempo de volver a tu vida...solo te recuerdo que tienes una respuesta pendiente para mí...—

—Y ¿Cómo se supone que volveré? ¿Me van a arrojar a la calle así cómo me recogieron?—

...

No había recibido respuesta en aquella llamada, era obvio que no la tendría pero su desesperación le obligó a intentar algo, al menos era más de lo que los demás estaban haciendo.

Tiró el móvil por un lado y se apoyo en el asiento de la camioneta, cerró los ojos un momento pensando en todo lo que estaba pasando, en todo lo que le dijo Andrés.

«¿Cómo puedes pensar que te va a traicionar? Tu que quizás fuiste la primera persona en su vida a la que considero un amigo, uno real...»

Soltó un gruñido al recordar esas palabras, había algo en ellas que le molestaban y mucho, aún mas porque sabía que algo andaba mal entre Cejas y él, no sabía que era pero...desde hace mucho las cosas entre ellos no eran las mismas y eso le fastidiaba, le fastidiaba no saber porque Alfonso actuaba tan raro cada vez que estaban a solas, le molestaba que luego de tantas cosas no eran los mismos pero, eso es lo normal ¿No? La gente cambia...pero Carlo quería que todo siguiera igual, no soportaba más cambios en su vida.

Su tono de llamada lo sobresalto, abrió los ojos de golpe tomando el teléfono en sus manos, era Andrés.

—¿Si?— Soltó cansado cuando se puso el teléfono en la oreja y se tallaba los ojos.

—Vuelve bambino, que te tengo una sorpresa...—

El italiano apenas y reaccionaba a la llamada, abrió su boca para hablar pero el viejo ya había colgado. Miró la pantalla del dispositivo, habían pasado bastantes minutos ¿Se había dormido acaso? Ni siquiera había sentido el tiempo pasar.

Soltó un bufido antes de encender el auto para conducir rumbo a su negocio, esperaba al menos oír buenas noticias.

Nothing Is Gonna Be The Same [Carlo×El Cejas/Carlejas]Where stories live. Discover now