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Cuando se cumplió una semana del accidente, la vuelta a clases se hizo presente. Apenas y visité mi propia casa durante ese tiempo, volver para preparar todo fue un caos, cada rincón de la casa me traía recuerdos de papá. Incluso Kitten había estado durmiendo con Aizawa-san y la tía Hana para evitar que se sintiera como me siento ahora.

El abuelo me acompañó, mamá no tenía la fuerza necesaria para hacerlo. Ordené mi uniforme y útiles escolares, me di una ducha y traté de dormir, la casa se sentía vacía.

Cuando desperté por culpa de la alarma, comencé a hacer mi rutina con normalidad, la única diferencia fue cuando bajé por el desayuno. No había nadie allí, pero no tenía hambre realmente. Tomé una manzana verde y me fui. En el camino me puse los audífonos que Bakugo me regaló y puse reproducir la playlist que me envió, de tanto oírla ya podía reconocer las canciones.

Llegué a la U.A y fui directo al salón, ahí se encontraban la mayoría de mis compañeros. Yaoyorozu y Jiro al verme se levantaron de sus asientos y corrieron junto a mí. Recibí el abrazo que ambas me dieron y suspiré, casi a mitad de la semana toda la clase se había enterado porque salió en las noticias.

— No creí verte hoy. — Comentó Yaoyorozu con una mirada penosa.

— No quiero retrasarme. — Le sonreí o eso intenté.

Recibí palabras de aliento y reconfortamiento de muchos, no era lo que quería, comenzaba a abrumarme. Salí del salón, aún era temprano y necesitaba respirar hondo, me dolía el pecho y sentía que las paredes estaban estrechas, me hinqué en el suelo y controlé mi respiración. Cuando me calmé vi un par de zapatos frente a mí.

— Hola. — Saludó ella, la chica de la clase b con la que había peleado en el festival deportivo. — ¿Estás bien?

El pasillo estaba desierto.

— Sí. — Respondí con certeza y me levanté. — Sólo... Es complicado.

Ella me abrazó y no pude evitarlo. Oí sollozos y correspondí el abrazo sin pensarlo, lloró en mi hombro un buen rato mientras se aferraba a mi cuerpo.

— L-lo siento mucho. — Se separó e intentó secar mi abrigo. — Sé cómo debes sentirte, debes sentirte en el mismo infierno y yo no soy nadie para llorar por él...

Golpeé la mano que intentaba limpiarme y me alejé un par de pasos.

— ¿Lo sientes? — Inquirí seria, ella se sorprendió. — Está bien. Es mi padre, pero también es tu héroe.

Se pensó una buena respuesta.

— Nunca fue el tuyo, ¿No es así? — Dedujo.

— Lo fue. — Suspiré. — Pero supongo que crecí y entendí que nuestro vínculo cambiaba las cosas.

— Eso creí. — Murmuró bajando la mirada. — Lo que yo vi y admiré fue una versión, dentro de tu casa era otra.

Me mordí el labio inferior, algo estaba mal.

— No creas que fue malo. — Dije tratando de no quebrarme ahí mismo. — Sólo era un padre que tenía demasiadas expectativas en mí. Y mi realidad no permitía que quisiera hacerlo sentir orgulloso.

— Ya veo. — Soltó y amagó una pequeña sonrisa. — Me gustaría conocerte más, Hanako.

— Claro, podemos ser amigas. — Sugerí.

— De acuerdo, si quisiera ser tu amiga. — Aceptó.

Le di un último abrazo a Ibara y entré al salón, me sentí mejor después de eso. Me senté en mi asiento y sentí algo de tensión de los demás, quizás creyeron que me molesté.

Hanako Kaze [Boku no hero academia]Where stories live. Discover now