El Diario Robado De Eileen Snape ☆🔮 [Severus Snape × Lectora] >Terminada<

~Bella Navidad~

La fiesta de navidad concluyó en un espectáculo de fuegos artificiales.
Muchos pensaron que había sido una inversión costosa por parte de los anfitriones, pero resultó ser, nada más y nada menos que obra de ciertos magos y brujas que estaban allí presentes.

A la mañana siguiente, Ariadna quedó en pasar a visitar a su gran amigo, pensaba en tal vez almorzar allí, en la tienda.
Pero nunca imaginó encontrarse con aquella escena atroz.

A metros de la tienda, Magnus olfateó algo que lo hizo poner inquieto, aquel comportamiento solo hizo que la joven sacara su varita y agudizara sus sentidos.

La puerta se encontraba abierta como de costumbre, pero era extraño en época de 25 de diciembre, el nunca atendía en esa fecha.

La luz estaba apagada y habían cosas rotas en el suelo, objetos de cerámica y artefactos.

-¿Felix?- prendió las luces mientras el can ladraba y tiraba de la correa -Magnus basta, quieto muchacho- con valor siguió el jalón del perro que la llevaba al otro extremo de la tienda, tras el mostrador.

Sus ojos se llenaron de lágrimas al ver un lago de sangre y sobre éste su amigo, su padre, su maestro, tendido sin vida en el suelo.

Aquel momento inesperado e inexplicable, trajo en Ariadna un viejo recuerdo, en una escena similar, donde toda la inocencia de su niñez había muerto con aquel cuerpo inerte el día que sin darse cuenta había matado a su mejor amiga.

Las autoridades mágicas no tardaron en llegar tras los gritos y pedidos de auxilio de los cercanos.

El lugar quedó bajo la inspección de los aurores y aquellos objetos que Smith tanto apreciaba fueron llevados al ministerio para ser "inspeccionados".

Todo era tan extraño, pues entre ello, el objeto más preciado por Félix había desaparecido, y consigo la llave que tomó aquel día del último robo.
La había visto en su cuello, formando parte de una cadenita que llevaba en todo momento, pero esta vez no la llevaba consigo, revelando así, que lo que había sucedido había sido completamente intencional.

¿Pero quién?

Por otro lado, alguien más no tardó en llegar tras el llamado de los aurores a los familiares más cercanos.
Aquella que deseaba todo y más, la cual despreciaba tanto a su padre como todo lo que no era.

- Xiao...- susurró

-Ariadna- dijo con leve desprecio -¿cómo has estado? ¿que ha sucedido? ¿estabas con mi padre en el momento de su muerte?- dijo con preocupación

-No hace falta toda esa falsa preocupación. Aquí entre nos, sabemos que era más desprecio que aprecio lo que sentías por tu padre- ella rodó los ojos - todos sabemos que estás aquí por una única cosa, tu herencia... - cambiando el tono por uno burlón dijo -¿como llegaste tan rápido? ¿no estabas en Asia? Y... no sabía que manejaras polvos flu- fue interrumpida

- Que inculta eres, ¿acaso no sabes de la existencia de los helicópteros, jets ... aviones? Déjame mostrarlos algún día, son un invento fascinante realizado por los humanos- le sonrió de lado

Antes de que la joven pudiera decirle miles de palabras hirientes, alguien la llamó para tomar la información necesaria del fallecido.

...

Sin duda aquel día había sido de los peores de Ariadna.
Llevaba horas en la bañera, llorando, culpandose por no haber estado aquella noche con él,
>>si tan sólo te hubiera obligado a venir conmigo o haberme quedado contigo, nada de esto ... estarías con vida<< se sumergió en la profundidad ahogando un grito entre burbujas.