𝙅𝙚𝙖𝙡𝙤𝙪𝙨𝙮 [ZoSan];

❦; CAPITULO II:;

       De sus labios salían una tranquila melodía, tarareaba mientras movía su cabeza al mismo ritmo, paseándose por la cocina con gran libertad, sus caderas se meneaban levemente.
Tenía una enorme sonrisa en su rostro, completamente absorto y entretenido con su labor, una emoción nacía dentro de su pecho no podía explicar. Hacer su labor era lo que más lo ponía de buen humor y hacia que se desconectara del mundo.

Su horario empezaba desde muy temprano para tener el desayuno hecho para cuando sus nakamas empezarán a despertar, podía sentir la diferencia de ambiente sobretodo a esa hora. Cuando todo estaba en silencio y había una gran paz.
Podía incluso quedarse unos minutos viendo el hermoso amanecer.

La mayoría de platillos ya estaban hechos, pero tomando en cuenta que había un nuevo nakama viajando con ellos ¿Que le gustaría?
No había mayor interés de un cocinero que cumplir las expectativas o satisfacer los estómagos de quién probará su comida.

Se detuvo un momento a pensar, recargando su cuerpo en la mesa y apoyando una de sus manos en su mentón, mirando el techo de la cocina intentando divagar entre sus miles de conocimiento sobre platillos.

¿Si cocino pescado... Se sentirá ofendido?

Suspiro cerrando los ojos, ladeó su rostro mientras se cursaba de brazos, que lío.

Pescado

Normalmente se tomaban de broma el hecho de que Chopper era la comida de emergencia, pero era más que obvio que después de tantas aventuras el médico era fundamental para la tripulación.
Se podía decir que su puesto de comida de emergencia había sido sustituto por el Gyojin.

Soltó una risita maliciosa ante aquel pensamiento.

Jinbei el cual estaba en su puesto de vigilancia no pudo evitar sentir un escalofrío, miro de reojo la cocina, paso saliva nervioso.
Suspiro acomodándose en el suelo, mirando con detenimiento el mar, estado alerta hasta el más mínimo ruido, había visto incluso cuando el rubio se había levantando ha hacer sus deberes.

Al parecer era él único que seguía una rutina estricta.

Miro sereno el horizonte, el aire era cálido que brindaba paz, esa mañana en el Thousand Sunny era demasiado relajante. Había pensado algo diferente, algo más ruidoso, conociendo a los Mugiwaras esperaba todo tipos de desastres.
Pero, al parecer los juzgo mal.

Sonrió, tal vez podría acostumbrarse a este tranquilo ambiente más rápido de lo que había pensado.

— ¿Uh? —. Miro por el rabillo del ojo como el blondo salía de la cocina en dirección al cuarto de las chicas.
Lo que le causó curiosidad fue que en sus manos traía un cucharón y un sartén.

— ¡Nami-swaan! ¡Robin-Chwan! ¡Es hora de despertar mis bellas durmientes! El sol brilla radiante el día de hoy, listo para ser opacado por sus hermosas presencia —. Recitaba con un tono meloso, juntando sus manos y de alguna manera su cuerpo se tambaleaba cuál serpiente.
Sobraba decir que varios corazones salían disparados de su aura.