Prólogo

102 13 0
                                    


Ambos al nacer obtuvieron la marca de la vida. Aquella marca que sólo causaría el destino de conocerse y jamás volver a separarse del otro. Era algo inevitable. Sus vidas fueron escritas en el momento en que fueron concebidos por sus padres y abandonados por estos mismos.

Dos niños olvidados en aquel lugar, siendo éste el comienzo de sus vidas.

El mayor al verse reflejado en aquellos grandes ojos negros vio la desolación y desesperanza. Desde entonces nunca más quiso verse reflejado en aquella oscuridad.

El menor se maravilló por la seguridad en la mirada del mayor. Quería quedarse a su lado y descubrir mil mundos a través de la mirada de su mayor. Era una especie de ser divino para él, aunque sólo fuera un humano más. Pero para el menor, éste ser sería algo más.

—No tengo nombre, ¿Quieres darme alguno? —le preguntó inocentemente el menor al mayor, mientras éste sonreía tímidamente—. No me dieron un nombre, y no quiero que siempre me llames "dientes de ratón".

—Lo haré sólo si me das un nombre, también —respondió sonriendo—. Llegué aquí sin recordar nada. ¿Quieres llamarme con un nombre que no sea "ojos pequeños"?

Ambos rieron como los dos inocentes pequeños que eran, quienes, a pesar de haber sido abandonados, sus sonrisas eran mucho más sinceras de lo que alguna vez fueron.


***


Con un par de años más, siguieron sonriendo como aquella primera vez donde nombraron al otro. Ahora luchaban por algo mucho más de lo que tenían. Un día especial para cada uno. Según el mayor, el día de nacimiento de una persona, se convertía inmediatamente en un día especial, por el simple hecho de haber nacido esa persona. Él quería darle un día único al pequeño y que no sintiera tristeza cuando le preguntaban el día de su cumpleaños. Y éste pequeño no quiso quedarse atrás, pues sabía que el mayor también deseaba tener un día donde alguien se sintiera agradecido por su nacimiento y llegada al mundo tan injusto al que ambos llegaron.

—Tu cumpleaños será este día. Yo, alias dientes de ratón ordeno que este día, catorce de marzo será el cumpleaños oficial de ojos pequeños —para terminar de cerrar su orden, le sonrió al mayor dejándole ver aquellos dientes que tanto adora admirar el otro—. Feliz cumpleaños —le regaló un dulce, que seguramente robó en alguna tienda. Algo que suelen hacer juntos.

—Pues yo, alias ojos pequeños ordeno que este día, catorce de marzo será el cumpleaños oficial de dientes de ratón —le sonrió, cerrando su orden con sus ojos pequeños que forman una línea al sonreír con real felicidad.

—Será nuestro primer cumpleaños —comentó feliz el menor—. Nuestro cumpleaños número siete.

—Nuestro cumpleaños número siete —a pesar de que el mayor es consciente de su verdadera edad, desde ese momento decidió quedarse y compartir la misma edad que la del menor—. No tengo un dulce para ti, pero si esto —se acercó lentamente y lo abrazó—. Estaremos juntos siempre.

—Siempre —se aferró a ese abrazo para no soltarlo nunca más.


***


Su amistad fue creciendo más y más al pasar el tiempo, llegando a convertirse en el primer amor para ambos.

Siendo ese y cada día, el comienzo del momento más hermoso de sus vidas. 

HYYH (JiKook)Where stories live. Discover now