02. Andrés Calamaro

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Imagina que tras un mal rato en el boliche, te vas sin esperar a Calamaro, y este ir corriendo a buscarte.

Imagina que tras un mal rato en el boliche, te vas sin esperar a Calamaro, y este ir corriendo a buscarte

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Salí del boliche sin mirar atrás. Me sentía más frustrada que molesta. Había quedado con Andrés para pasar un buen rato con él, y al final me quedé a un costado, viendo como se chamuyaba a otras chicas y ni siquiera me dirigía la palabra. No estaba celosa, en absoluto. Era un hombre de un gran atractivo y no había nada de malo que lo usara a su favor, simplemente me hubiera gustado que también notara mi presencia.

Suspiré melancólica mientras me abrazaban las luces de la ciudad. Ya era tarde, lo único que rondaba por mi cabeza era llegar a mi hogar y despejarme de esta mala noche. Sin embargo, mis pensamientos fueron interceptados por unos gritos que se escuchaban detrás mío.

- Nena, banca! Podemos hablar! - Gritaba Andrés, mientras trataba de alcanzarme.

Sin muchas ganas, me paré en medio del asfalto hasta tenerlo a mi lado. No estaba muy interesada en lo que fuera decirme, pero tampoco quería dejarlo ahí plantado, como él lo hizo conmigo, así que me crucé de brazos esperando sus excusas.

- Perdóname, fue muy grosero de mi parte dejarte ahí. Esas chicas no son...

- Mira Andrés. -Dije interrumpiendole. - No me molesta que te hayas puesto hablar con ellas. Me molestó que ni siquiera me hayas dirigido la palabra durante la noche. Y la verdad, prefería irme.

Noté como su expresión se tornaba triste y avergonzada, haciendo que mi corazón se estrujara un poco. Al final del día, no podía enojarme con él. Lo quería demasiado.

- Ya está, te tomo las disculpas. - Dije mientras acunaba sus mejillas con una de mis manos. - Volvé a divertirte, te la estabas pasando bien. - Posteriormente le sonreí, esperando retomar mi camino.

De repente, levantó su mirada conectandola con la mía. Tomó mi cintura de sorpresa, y sin aviso me apresiono contra sus labios, brindandome un dulce beso al cual no tardé en corresponder. No me había imaginado esto en mi vida, y sin embargo, parecía ser lo que más anhelaba.

- Vos sos la única que me trae loco, tenelo claro. - Susurró sobre mi oído, antes de volver a conectar nuestras bocas con una sonrisa de por medio.

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