¿Una apuesta?

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Capítulo 14: Narra Emma

—¿Qué apuesta?

Parece que he tocado un tema delicado porque los dos se miran entre sí y parece haber una especie de comunicación telepática entre ellos.

—¡Qué apuesta! —grito e intento poner mi expresión más asesina.

Llegan a un entendimiento porque Harry se acerca a mí y inspira profundamente.

—Antes de que te digamos nada tienes que prometernos que no vas a gritar ni a enfadarte. —dice y se pasa las manos por el pelo nervioso—. Ni a cometer un asesinato.

¿Un asesinato?

—Solo dime.

—Cuando escribiste el primer artículo para el periódico, fue todo un éxito, Logan y yo tuvimos una pequeña idea. —dice y mira a su hermano, Logan esta agarrando unos cojines y haciendo una especie de escudo con ellos—. Nosotros... Apostamos a quién sería el primero en descubrir quién es la escritora fantasma y quién sería el primero en conseguir una cita o un beso.

Estoy considerando más la castración que el asesinato.

—Esa es la razón por la que estuvimos prácticamente acosándote la primera semana solo para tener tu atención, también porque Logan te besó en el partido para que yo viese que él había ganado.

—¡Eso no es...! —empieza a protestar Logan pero yo lo interrumpo.

—¡Pensé que te gustaba! —le grito y por fin empiezo a entender cosas—. Soy estúpida, debería habermelo imaginado ¡¿Por qué ibas a invitarme a salir?! Soy Miss Nadie.

—No, Emma... —Harry intenta hablar y intenta tocarme pero lo aparto de un manotazo.

—¡Sois unos hijos de Snow! ¡Muggles!—grito y ellos se miran confusos—. ¡Ójala os pudráis entre terribles y dolores sufrimientos!

—Eso de muggles me suena ¿Es una marca de caramelos? —le susurra Harry a Logan y me hacen perder los nervios.

Salgo por la puerta de la habitación justo cuando las primeras lágrimas empiezan a asomar. Harry y Logan me siguen y creo que me están llamando pero cuando llego al jardín delantero de su casa los malditos zapatos de tacón me molestan casi tanto como ellos asi que me los quito. Después de la decepción viene la ira.

—¡Esto no va a quedar así! —grito y les lanzo los zapatos uno a cada uno, Logan lo esquiva pero tengo suerte y le doy a Harry en la pantorrilla. Eso debería dejarle un moratón.

Ahora soy yo la que apuesta y apuesto a los dos estarán llorando antes de que acabe la semana.

Pero antes de eso necesito un barril de helado de chocolate.

************

—¿Estás segura de que quieres hacer esto? —me pregunta Dylan por quinta vez.

—Si, ahora vamos. —le digo y hago gestos hacia la puerta de los vestuarios.

Me encuentro a punto de llevar a cabo mi pequeña venganza personal contra los Scott. Al final me han acompañado Luke y Dylan. Dylan porque estaba asustado de lo que fuese a hacer y Luke porque al parecer le gusta mi pequeña broma.

—A veces me pregunto por qué somos amigos. —dice Dylan negando con la cabeza.

—A veces me pregunto por que somos solo amigos. —bromea Luke y se ríe.

—Porque sin mí tu vida sería demasiado normal. —le digo impaciente—. Ahora vamos, tenemos que forzar una taquilla.

Voy a la clase de matemáticas con Ryan, uno de los amigotes de Logan y conseguí que me contara cuál es el número de la taquilla de Logan. El pobre se creyó que era para dejarle un regalo sorpresa. En cierto modo lo es.

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