23

1.2K 138 3
                                    

Ashton:

"Me aleje de ti
Y rompí la promesa para no ser infeliz
Y ahora estoy aquí llorando
Por haberlo amado tanto

El dueño del restaurante hace un gesto con la mano, pausándome en plena presentación.

Conrad se endereza detrás de él, tenso y aparto los labios del micrófono.

—Richard me trajo una joyita esta vez.—Dice el dueño del restaurante, refiriéndose al productor, me observa con una sonrisa y Conrad vuelve a tensarse. —¿Ashton, no?

—Si.

—Tres veces por semana, lunes, miércoles y jueves, cantaras tres canciones por noche y los fines de semana serán más pesados.

—Puedo hacerlo.

—Bien. —Responde complacido. —Bienvenida.

No contengo mi emoción.



(***)



—Aunque trabaje en un lugar como ese si me preguntan qué comida prefiero, seguiré eligiendo la nuestra.

Me rio, pero la expresión sigue en su rostro acaba con mi alegría.

—No era esto lo que quería para ti.

Suspiro. —Te dije que con cantar..

—Y yo dije.

Ambos callamos.

—¿Es un restaurante de alta alcurnia, no? Si tengo suerte en cualquier momento me topare con la persona indicada, además Richard dijo que..

—¿Richard? —Me interrumpe celoso.

—Ese es su nombre ¿No? —Me burlo. —No puede lanzarme siendo desconocida.

—Si confiara en ti.

—No lo culpo por no hacerlo. —Comento.

El calla.

—Y quiero hacerlo y lo hare, Conrad.

—Bien.

—¿Bien?

—Sí, bien.



(***)



Marco el número de Conrad, pero me envía a buzón y trato de no pensar que quizás lo eche a perder.

Mis dientes chasquean y miro el vestido de tela purpura, unida hasta mi cuello, larga hasta los pies, de hombros desnudos y con una abertura entre los senos, tengo la espalda desnuda y en mi cabeza cuelga una coleta alta que me aprieta la circulación de la frente, traigo maquillaje en el rostro, uno diferente al que usaba para Cabaré.

Labios rojos y los parpados los llevo del mismo color que el vestido, una línea delgada cubre sobre ellos y la máscara de pestañas resalta esa zona.

Respiro profundo y una de las chicas llega a mi lado, entregándome el micrófono.

—¿Estas lista?

Sonrio. —Lo estoy.



Lucifer tiene un NombreWhere stories live. Discover now