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Ashton:

Conrad ha golpeado a mi jefe.

Y pasan tantas cosas enseguida.

Me pongo delante de el cuándo mi jefe se va contra Conrad, mis hermanas lo detienen y me vuelvo hacia el hombre detrás mío.

—¿Qué es lo que has hecho? —Suelto con sorpresa.

Conrad mantiene los ojos sobre mí.

—¡Ash! —Me llama Trixxie y asiento con la cabeza.

Me vuelvo una vez más hacia Conrad. —Ven conmigo. —Le pido.

—No, tú te vienes conmigo.

Arqueo una ceja.

—¡¿A dónde crees que vas, Destiny?! —Escucho que suelta el jefe y asiento con la cabeza en dirección a Conrad.

—Vámonos.



(***)



Subimos a un taxi y durante la ruta, Conrad se mantiene apretando los puños, su mirada se aparta de mi rostro y pone los ojos en la ventana, evitando mi mirada.

Suspiro y llevo la mano a la suya, la que se aprieta en su rodilla, Conrad lo siente, pero no se gira, así que termino poniendo la cabeza sobre su hombro.

—¿Qué haces?—Noto su tono molesto, no por mí, sino por lo que acaba de pasar.

—Shh...—Lo silencio y el gato se acomoda en mi regazo. —Voy a cerrar los ojos un minuto.

No hay protestas.



(***)



Coloco a Rachet sobre su cama y me vuelvo hacia la puerta, pensando que esta noche también se ira y solo se está asegurando que estoy aquí, sin embargo, ya está adentro del departamento y esta cerrando la puerta.

—De saber que el que me dañaran haría que te quedes, lo hubiera permitido hace tiempo. —Bromeo.

Me mira con ambas cejas juntas y me dirijo a la cocina, notando su fastidio.

—¿Muy mal humor negro?

No dice nada.

—¿Ya cenaste? —Le pregunto y no responde, pero igual saco un poco de comida de esta tarde y la llevo al calentador.

Espero a que salga y se la sirvo, el cuello me arde un poco, así que antes de comer con él, le pido que él lo haga mientras yo regreso.

Está enojado y lo noto, cuando lo pierdo de vista en el pasillo me llevo la mano al cuello y entro al baño, abro el botiquín y saco la crema, me acerco al espejo arriba del lavado y me inclino revisándome el cuello.

Retrocedo y me sobresalto al ver a Conrad en la puerta del baño.

—Me asustaste. —Confieso.

Viene hacia mí y me quita la crema de la mano, no agrega nada y no hace falta.



(***)



—¿Sabes curar? —Pregunto y como siempre no tengo respuesta.

Estoy sentada sobre el mueble, mientras él se encuentra a mi lado revisando mi cuello con sus manos, no solo está la crema para aliviar la inflamación sobre la mesa delante de nosotros, sino unos paños húmedos con los que Conrad Mondragón desliza por mi cuello, limpiando el sudor y la esencia de mi colonia mezclada con ella.

Achico los ojos cuando hace presión fuerte y su mandíbula se aprieta.

—Estoy bien. —Lo miro segura.

No dice nada y sigue limpiando antes de dejar toda la torre de paños húmedos uno sobre el otro, Conrad cambia los paños por la crema y la unta en su dedo antes de pasarla por mi cuello, sus dedos fuertes hacen presión y cierro los ojos sintiendo la dureza de los masajes.

Sus dedos me rodean y se sientes diferentes a los que me ahorcaban hace una hora, hace presión, pero es suave y pienso que los minutos de examinación antes de untarme la crema, fue para ver en qué puntos me causaba dolor y así evitarlo.

No lo creí de Conrad Mondragon.

Abro los ojos despacio y mis ojos se encuentran con los suyos, su mano viaja hacia arriba y me sujeta despacio.

—Se mía.

Abro mucho los ojos.

—Se mía y todos temerán tocarte. —Me pide u ordena, no logro descifrar lo que hay en sus ojos al decirlo.

Por un momento me quedo en blanco y al segundo, dejo que una sonrisa aparezca en mi rostro y le quito la crema de las manos, cerrando la tapa.

La dejo sobre la mesa y me vuelvo hacia él, para darle una respuesta.

—Lo soy hace tiempo, Conrad. —Contesto y después de un breve silencio...

Su boca reclama la mía. 

Lucifer tiene un NombreWhere stories live. Discover now