𝘊𝘢𝘱𝘪𝘵𝘶𝘭𝘰 1🍁

4.5K 303 117
                                    


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Omnisciente:

-¿Cómo me veo? -la rubia mira de reojo en el gran espejo, se dirige al chico recargado en el marco de la puerta.

-Te ves bien, como siempre -sonríe forzadamente acostumbrado a la situación; ver a su hermana tan concentrada en su apariencia por más de una hora antes de cada salida, ocasionando que siempre lleguen tarde. En esta situación se trataba del colegio al que llegarían tarde si la chica no se apresura y deja de cepillar su brillante y sedoso cabello dorado.

-Vamos -rueda los ojos desaprobando la respuesta de su hermano. Toma su caro bolso a la orilla del tocador para por fin dirigirse a la salida- muévete, no quiero llegar tarde -sale por delante. El chico en su espera bufa sin decir una sola palabra, sabiendo que si llegaban tarde es por culpa de ella.

Le sigue el paso bajando las escaleras rechinanates. Espera un saludo indiferente de parte de su madre, pero no de su padre quien siempre es el primero en decir buenos días.

-Buenos días chicos -habla el hombre encargado del desayuno. Yendo de un lado a otro en la cocina ni siquiera le da tiempo de voltear.

-¿Qué tienen de buenos? -la amargura de la rubia no se hizo esperar, cosa que fue ignorada por el hombre de mandil, intentando hacer más ameno el ambiente.

Rebusca una botella de agua en la nevera, al parecer era agua bendita ya que solía ser más cara que la común, embotellada en un un envase de vidrio, tenía que llevar una nueva botella cada día, según la chica reduce las impurezas y era parte de su dieta alimenticia para estar incluso más delgada de lo que ya era, quería ser seleccionada para una campaña de modelaje.

-¿Van a desayunar? -pregunta el hombre, entusiasta.

-Esta vez no papá, se nos hace tarde -el pelirrojo habla, antes de que su hermana respondiera alguna grosería, como de costumbre, algo relacionado con que su comida era demasiado grasosa y solo era para gente obesa, lo cual hacia enfadar al menor.

-¿Seguro?

-Déjalos ir cariño, le di dinero a Samantha -baja a la cocina una bella mujer castaña, parecía estar recién levantada, aun con su pijama de seda blanca.

-¿Y Jack? -el sabía que su esposa solo cumplía los caprichos de su hija mayor, incluso si era necesario dejando de lado a Jack, la preferencia de la mujer entre los dos hijos siempre fue muy notorio.

-Ella le puede compartir de lo que compre, ¿verdad princesa? -se acerca para besar la mejilla de la rubia junto con un "buenos días".

-Si mami, yo le comparto -era una vil mentira, antes comía ella que Jack. No le importaba que el mas joven se quedara viendo como devoraba su dietética comida.

𝘉𝘰𝘺𝘧𝘳𝘪𝘦𝘯𝘥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora