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Matilda

Iba caminando con la martina hacía la casa de la Fer, Se había sacado casa.

—Me voy a comer con los que se me cante la raja.—La martina habló decidida.

—Esa es la actitud.—La animé.

—Lastima que tú no puedas aunque, ¿Son pololos o que wea?.—preguntó.

—No somos pololos.

—Pero actúan como si lo fueran.

—Creo.

—¿Y te has comido con weones desde que empezó su onda?.

—Nop.

—Fiel siendo nada aún, te amo como cuñada.

—No somos cuñadas aún.

—Tu eres mi cuñada desde que el cruzo la puerta de mi casa.

la martina entro felizmente a la casa y se perdió en la multitud.

fui a buscar algo para tomar y me topé con las niñas del carrete pasado.

—Hola Matiii.—me saludaron.

—Hola gentusa.—Saludé alegremente.

—Queri venir con nosotras a fumarnos algo con unos amigos ma'?.—Me preguntó una y yo acepté rápidamente.

Me guiaron hacía el grupito y nos sentamos haciendo un circulo.

—Pa que la wea sea ma bacan, te toca y tenemos que hacerte
una pregunta.—habló un rubio teñido y todos aceptamos.

—Yapo Felipe, ¿Vai a venir?.—El mismo Felipe de mi electivo venía hacia acá y se sentó al frente mío.

Empezaron a rotar el bong y llegó mi turno, le di una Fumada y espere que me hicieran la pregunta.

—Yo te la hago.—Habló el Felipe y yo asentí.

—Ese tal Bastian, ¿Es tu pololo?—me Preguntó mirándome fijamente.

Porque todos me preguntan Eso.

—No.—Le respondí, pensando en que éramos.

—Actúan como si lo fueran.—Vuelve a hablar el Felipe.

—Mm pero oficialmente
no lo somos.—quería decir aún pero no encontré que debería decir eso con ellos aquí.

El Felipe quería seguir con la conversación pero la verdad es que a nadie le importaba mi wea con el Bastian.
entonces volvió el juego a la normalidad.

Estuve un rato más con ellos, a veces pillaba al Felipe mirándome y me sentía incómoda y nerviosa.

Los Del grupo querían seguir fumando pero yo no quise seguir y me entre a la casa.
Mientras caminaba relajada por la casa alguien me puso sus manos en mis hombros, me giré para ver quien era y era el bastián.

—Hola.—Lo saludé alegremente.

El Bastián me miró y sonrió, se acerco a mi y me dio un beso.

—No te vi en toda la noche.

—Ni yo a ti.

El bastian me escaneo con la mirada.—Te vei bonita, Igual siempre te vei bonita.

Me puse roja y le pegue en el
hombro.—No digai weas.

—Si es verdad po.

Le di un piquito y el me miró con cara de desilusión.—Yo quería otro beso po.

ojitos de bambi Where stories live. Discover now