《 O S C U R I S E C R E T I 》

C A P I T O L O T R E

- Aparate- le ordenó con autoridad, el guardespalda se negó mostrándose serio.

El guardespalda intento avanzar hacia Aleesha pero no logro avanzar más por que un hombre más alto que él lo atacó por la espalda dejándolo inconciente en el pisó.

- Siento mucho la tardanza, mi Señorita- Dantesco se disculpo haciendo una reverencia a Aleesha.

- ¿Dantesco que hiciste?- preguntó Rose sorprendida al ver lo que había hecho.

- Proteger lo que se me encomendó- respondió apartándose para dejar salir a la pelinegra- Que tengan buenas noches- salió detrás de Aleesha.

- JHONES VUELVE- gritó Roberto molesto. Todo lo que habia planeado se había ido al tachó.

Dylan miró al hombre molesto.

- ¿Y Por qué carajos le dicen Jhones?- preguntó molesto de escucharlo decir ya dos veces.

- Hijo cálmate- Agustín agarró su brazo para tranquilizarlo.

- ¿Que me calme?- le preguntó incrédulo mirándolo- ¿Por qué debería hacerlo? ¿Me llamas para que tomemos lonche pero luego llegan ellos y comienzan a decir que estoy comprometido con ella como si nada? Como ella dijo, no nos conocemos ¡¿Por que carajos tendríamos que casarnos?!

- Por que son órdenes- respondió Roberto.

- ¡¿Órdenes de quien?! ¿DE UNA PERSONA QUE YA ESTA MUERTA?- gritó.

- ¡Mide tus palabras Dylan!- Agustín agarró de los brazos a Dylan poniéndolo frente a él- En este momento no entiendes nada, lo sé, créeme que lo sé pero por favor escucha, si quieres no los escuches a ellos pero a mi si hijo, confía en mi por favor, dame la oportunidad de explicarte como son las cosas- dijo suavemente mirándolo.

Dylan suaviso su mirada ante lo que le dijo su padre, miró a los presentes y por último a su padre.

- Esta bien- susurró suspirando.

★☆★

Aleesha tiró su casco al sofá de su mansión, y se sentó en uno de los sofás. Sacó su cajetilla de cigarro y prendió uno. Se apoyó al espaldar del sofá miraba el techo mientra fumaba.

- No parece estar sorprendida Srta.Jhones- escuchó la voz de Dante.

- ¿Porqué lo estaría? Ya lo veía venir- respondió haciéndole una señal con la mano para que él se sentará frente a ella.

El acepto la invitación y se sentó.

- ¿Quieres?- le preguntó Aleesha ofreciéndole cigarros.

- No, muchas gracias. Eso es dañino- murmuró lo último para que la pelinegra no lo escuchará pero ella le leyó los labios.

- Por eso fumó.

- ¿Cómo?- preguntó confundido.

- Por que hace daño fumó- respondió encogiendose de hombros mientra votaba el humo por su nariz y boca.

- ¿No tiene miedo a morir?

- La muerte me tiene miedo a mi por eso es que yo todavía sigo en este mundo a pesar de lo que hice por desaparecer- lo miró fijamente.

Dantesto apartó la mirada al instante estaba prohibido que los empleados mirarán a sus jefes a los ojos. Pero la apartaba más que todo por que la mirada de Aleesha se sentía muy fuerte en algunas ocasiones.