《 O S C U R I S E C R E T I 》

C A P I T O L O P R I M O

Aleesha sintió una punzada en el pecho al ver como la madre trataba a su hijo, ignoró aquella punzada y carraspeo para llamar la atención de los mayores.

- El dinero del primer mes ya ha sido transferido a su cuenta, no se preocupe seremos puntuales con la paga, mi niña- dijo la mujer mirando a la pelinegra.

Aleesha mostro su desagrado al escuchar ese apodo, la única persona que podía decirle "Mi niña" era Rose, no le gustaba que nadie más le dijiera de esa forma. Fui a la única que le permitió llamarla así a pesar de que no le gustaba el apodo cariñosos, con el tiempo de acostumbrado a que solo ella le dijera de esa forma.

- Eso espero- dijo, se dio la vuelta y salió del living ignorando las miradas.

- Esa chica es muy seria, sus ojos son hermosos pero da miedo en la forma en que mira- le susurró el hombre a su esposa viendo a Aleesha irse del Living- Parecía como si estuviera pensando en matarnos-la mujer le dio un codazo para que se callara y dejara de ser tan dramático.

Aleesha camino hacia la salida de la mansión, una vez afuera llevo su mano al bolsillo trasero de su pantalón sacando las llaves de su moto deportiva de color negro que la Sra.Olivia le había regalado en su cumpleaños como regalo.

Se subió a la moto, la encendió, se puso sus guantes de cuero, agarro el casco y se lo puso, miro el segundo piso de la mansión al sentir una mirada penetrante en ella, frunció el ceño al ver al chico de sudadera verde que la estaba mirando. Ignoró la mirada del chico y arrancó la moto para irse a San Francisco.

Nuevo hogar, nuevas personas que mandaría a la mierda como siempre, nueva universidad, en resumen... Nuevo comienzo para Aleesha Jhones.

Manejaba por las calles de San José para ir por la carretera principal que va a San Francisco. Sentía que la estaban siguiendo por detrás por lo que miró por el espejo retrovisor de la moto pero no había nada extraño, solo los autos y las motos que estaba detrás de ella.

Llevaba manejando una hora por la carretera, todavía le faltaba. En San Francisco la esperaba Agustín, él hombre que la Sra.Olivia acogió cuando sus padres enfermaron gravemente.

Aquel hombre se había ofrecido voluntariamente para hacerse cargo de Aleesha cuando la Sra.Olivia murió, por lo que esa mujer acepto gustosa ya que a Agustín fue como un hijo postizo desde que lo acogio en su hogar cuidandolo y educandolo.

Agustín acepto gustoso la custodia de la pelinegra hasta que Aleesha terminará la carrera de Administración de empresa, pero con la única condición de que se fuera a vivir a San Francisco y si ella quería podía vivir en su mansión. Pero Aleesha no quería vivir con él ni así se cayera el cielo por lo que los mayores decidieron que viviera en unas de las mansiones que estaban en San Francisco y que tendría 24/7 guardaespaldas a su disposición, una mucama y sus empleadas que estaría a cargo de la limpieza de aquel lugar, no le quedó más que aceptar lo que propusieron, ya que de todas formas no pasaría mucho tiempo en ella.

Roberto se fue a San Diego que quedaba a siete horas y media de San Francisco a hacerse cargo del negocio familiar hasta que Aleesha cumpliera su misión y luego le cederia el puesto de jefe y lider de todo, ya que el solo era un sustituto para equilibrar y cuidar el gran negocio de la familia Jhones. Rose se fue a Los Angeles donde vivia con su hija y nietos, quería descansar de lo cansado que había sido sus años en San José, alejarse un poco le ayudaría bastante pero como la pelinegra tenía guardespalda 24/7 ella también lo tenia por seguridad a cualquier peligro que llegue a pasarle.

Desde el entierro de la Sra.Olivia que no había vistó a Agustín, pero ayer antes de que la pelinegra se tomará las pastilla para dormir la llamo diciéndole que la esperaría en la su despacho de la universidad el lunes a primera hora y que no faltará a clases como suele hacerlo todo el tiempo por que sería capaz de ir a la mansión y la sacaría de las greñas para llevarla a clases, claro que solo lo dijo por asustar a Aleesha pero sabía muy bien que ella no tiene miedo a nada y que si llegará a tocarla ella no dudaría en golpearlo.