《 O S C U R I S E C R E T I 》

C A P I T O L O P R I M O

Recuerdos con Roberto también vivieron a su mente, pero hubo uno en específico, fue cuando Roberto se sacaba sus trajes elegantes y se ponía ropa de jardinero, camisa a cuadritos un mameluco jeans y un sombrero y comenzaba a podar la plantas, mientra que le decía a Aleesha que las plantas son las que dan color a un hogar y que sin plantas se veían viejas, fea y tristes. Así como la vida cuando no se la cuida ni aprecia los bastante como para ser feliz.

Se levantó del columpio para volver a adentrarse a la mansión para evitar recordar más. Entró y cerró con seguro la puerta trasera de la cocina, se dirigió a las habitaciones que había en la primer piso para ver si las sirvientas antes de irse habían arreglado y limpiado bien las habitaciones dejándolo impecables al comprobar que cada una estaba impecable cerró la puertas de las cuatros habitaciones. Fue hacía el living viendo todo en su lugar, los cojines perfectamente acomodados en cada sofás, miro hacía la mesa larga pequeña que estaba rodeado por los sillones, frunció el ceño al ver un portaretrato que nunca antes había visto. Se acercó y agarró el portarretrato mirándolo con determinación, en la imagen estaba la Sra.Olivia, con un hombre y un joven de unos dieciocho años vestidos elegantes como siempre y una sonrisa feliz en sus rostros.

Frunció el ceño al no saber quienes eran aquellas personas, la Sra.Olivia nunca le había mencionado de la existencía ellos. Decidió llevarse el portarretrato con ella por que algo le decía que detrás de esa foto había un secreto que averiguar.

Cómo ya había revisado que este todo limpio en el primer piso fue al segundo piso la cual había más habitaciones, no sabía por que había tantas para Aleesha todo era tan desconocido ya que desde que ella llegó a esa mansión nunca tuvo la intención de conocer a fondo el lugar donde vivía, prefería escaparse por las noches o cuando podía y caminar por las calles oscuras de San José, después de las agotadas horas clases privadas que le otorgaba la Sra.Olivia con los mejores profesores para prepararla en su nueva vida en América ya que ella heredaría todo lo que le pertenecía a la difunta mujer después de terminar su última carrera universitaria.

Fue hacía el pasillo derecho revisando las habitaciones de ese lado del segundo piso, todo se encontraba limpio y bien ordenado. Pero una de la habitaciones de ese pasillo volvió a llamar su atención, entró a ella viendo lo que se encontraba adentro, las paredes estaban pintadas de color azul marino, adornados con algunos cuadros de paisajes en la paredes, una cama grande en el medio de la habitación. Un escritorio con su silla giratoria, un estante de libros. Casi igual a su habitación con la diferencia que en vez de tener paisajes ella tenía cuadros con imágenes escalofriantes que ella misma hacía y las paredes negras y gris.

Aleesha nunca había entrado a esa habitación. Por que siempre estaba con seguro para que ella no entrará. Salió de la habitación cerrando la puerta, camino hacia el pasillo izquierdo, dónde se encontranba el despacho, la habitación de la Sra.Olivia, la de ella y otras habitaciones más.

Fue hacía el despacho abriendo la puerta, era la primera vez que entraba a ese lugar en los ocho años que vivió ahí por que le prohibían entrar al despacho. Miró los estantes vacíos recordando que al morir la Sra.Olivia, Roberto se había encargado de llevarse todo lo que se encontraba en el despacho dejando los muebles vacíos sin una pista de algún papel.

Cerró la puerta y se dirigió a la habitación de la Sra.Olivia. Entró y los recuerdos de la mujer calmando los gritos desgarradores y de desperacion de ella vinieron a su mente como una bomba. La Sra.Olivia iba todas las noches a la habitación de Aleesha por que gritaba por ayuda entre sueños, la primera vez que la vió en ése estado se asustó tanto que lo único que pudo hacer fue abrazarla para calmarla a pesar de saber que la pelinegra evitaba cualquier tipo de contacto físico con las personas. Sabía que odiaba el contacto físico con las personas y más si se trataba de un hombre pero no encontraba otra manera de poder acercarse a ella para poder hacer que entrará en razón y sacarla de la pesadillas constantes.