"Dirigió su mirada a mí y ahí lo pude ver bien, tenia unos ojos rasgados tan hermosos, perecían los de un gatito, sonrió, tenia una sonrisa tan hermosa y única, en sus mejillas se formaban unos hermosos hoyuelos que lo hacían lucir demasiado tierno...
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•⌑𝐂𝐎𝐑𝐄𝐀⌑•
—Vamos papá, solo será un tiempo muy corto
—No, Tsuki, entiende, iremos a corea y tú vendrás
—No comprendo cuál es la necesidad de que yo vaya a ese lugar, si dices que volveremos pronto —dije molesta caminando hacia mi habitación
—Te dije que diría que no —dijo Riki, en burla
—Cállate y báñate, ya es medio día y aún traes baba en la cara —dije azotando la puerta de mi habitación
¿Cuál era la molestia? Cuando yo tenia cinco y Riki cuatro años mi madre murió de una enfermedad algo compleja y sin tratamiento alguno, mi padre se ha hecho cargo de nosotros por su cuenta, él es hijo único y mis abuelos fallecieron hace tiempo, la familia de mi madre, que consta de una única tía, soltera, nos dio la espalda, así que solo éramos papá, Riki y yo contra el mundo
Pero había algo, a nuestro mundo se nos quería unir una persona, no es que fuera celosa, nada de eso, sino que mi padre ni siquiera se ha tomado el tiempo para decirnos
¿Cómo sé?
Hace dos semanas yo recojí la correspondencia y una carta que me pareció muy peculiar, pues al ser sellada le agregaron una flor de lavanda, algo muy femenino para mí gusto y ahí vi por primera vez aquel apellido que comenzó a atormentarme
Kim, no era tonta, y al parecer mi padre era un poco ingenuo, pues guardaba todas aquellas cartas en un cofre en su oficina, no es que fuera chismosa, mi padre es un gran artista reconocido no solo en Japón, sino en todo Asia y de él había heredado el amor por el arte comencé a dibujar después de la muerte de mi madre, le tomé amor y comencé con la pintura, mi padre nunca se negó a que yo utilizara su oficina, o como él lo llamaba, rincón pintoresco, pues toda aquella habitación estaba llena de cuadros, de mi padre, míos y algunos pocos de mi madre, de mi hermano no porque es todo un holgazán
En fin supe que aquel apellido era de una mujer, y no solo una mujer, la señora Kim se había convertido en la prometida de mi padre, supe eso gracias a que no encontraba un tubo de pintura, si hay algo que nunca falta en nuestra casa es aquel liquido tan colorido, así que busqué por la oficina de mi padre, dando con un cofre de madera, uno en el que muy bien se podrían guardar reservas de aquellos tubos, así que miré ahí dándome cuenta de todo, por eso él quería que nos fuéramos a corea, sé que él tiene el derecho de conseguir a una mujer, había visto algunas fotos en aquel cofre, ella era hermosa
¿Pero por qué no nos decía nada? No lo sabía, pero lo que si sabía era que no quería irme de nuestra casa, aquella en la que crecí, aquella que guarda los últimos días de mi madre, donde tengo tantos recuerdos
Toda la mañana estuvo llena de frustración de mi parte, pero mi padre pareció no notarlo, como mi plan A había fallado, decidí acudir a un plan B improvisado, tampoco había funcionado, obviamente, aún no llegaba y ya odiaba Corea, apenas pusiera un pie en ese país saldría corriendo de regreso a Japón
