Prefacio

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¿Sabes esa persona en tu vida que te hace sentir escuchada? ¿Esa persona que de alguna manera es testigo de todo lo que sucede? ¿Esa persona que sabe —sabe de verdad— qué te está pasando y por lo que estás pasando, sin tener que decir nada?

Para mí, esa persona es Tom Felton.

Como leerás en este libro, nuestra relación no empezó bien. Cuando nos conocimos, yo era una niña de nueve años, lunática y probablemente bastante molesta, que lo seguía a todas partes como un perrito faldero, desesperada por su atención. Pero, como también leerás, nuestra relación no terminó ahí. Gracias a Dios floreció y perduró.

Si pudiera resumir la historia de Harry Potter en una sola idea (y hay tanto entre lo que escoger que realmente me estoy mojando aquí), seguramente sería el valor de la amistad y cómo no se puede lograr nada significativo sin ella. Las amistades son el eje de la existencia humana, y estoy muy agradecida de que en momentos cruciales de mi vida, Tom haya estado allí para tranquilizarme y comprenderme. La amistad que compartimos me ha permitido atravesar algunos de los momentos más desafiantes y de mayor examen de conciencia de mi vida.

Pero basta de hablar de mí. Esto va sobre Tom. Y tiene un corazón del tamaño de un planeta. Creo que nunca he conocido a alguien así, excepto quizás su madre, Sharon. El gen Felton es una realidad. Toda su familia es especial y Tom, el menor de cuatro hermanos, ha heredado su amabilidad y naturaleza realista.

Lo que significa que si conoces a Tom, conoces al verdadero Tom. Esto no suele ser así con todos los actores. La gran mayoría adopta una personalidad cuando se encuentran con el público. Es como encender un interruptor: son muy profesionales, lo hacen extremadamente bien y la persona a la que saludan nunca notará la diferencia. Pero no son ellos de verdad. Es una rutina. Tom no hace eso. Tom es siempre Tom. Él no acciona ningún interruptor. No hay interruptor. Lo que ves es lo que hay. Es increíblemente generoso con sus fans y con toda la comunidad de Harry Potter. Esa habilidad especial que tiene para hacerme sentir escuchada se extiende a todos. Puede haber interpretado a un matón. Incluso puede haberse sentido a veces como un matón. Pero créeme: no podría estar más lejos de ser uno. Es creativo, sensible y tiene un corazón enorme. Es una persona que quiere amar a todo y a todos.

Sócrates dijo que una vida sin auto examinación no merece la pena ser vivida. Cuando veo la honestidad con la que Tom reflexiona sobre su vida y sus experiencias, recuerdo que tiene una asombrosa cantidad de autoconciencia. Ha sabido reírse de sí mismo así como revivir momentos de su vida que han sido difíciles y dolorosos para él. Está en ese viaje de trabajo por y para sí mismo, y estoy del lado de Sócrates cuando digo que las personas que están en ese viaje son las únicas personas para mí. Pero Tom ha ido un paso más allá que la mayoría: ha revelado ese viaje para todos nosotros. Quiere vivir una vida real, veraz y examinada, y yo también.

Al igual que Tom, siempre me cuesta explicarle a la gente la naturaleza de nuestra conexión. He perdido ya la cuenta de las veces que, en los últimos veinte años, la gente me habrá dicho: "¡Pero os habréis besado borrachos alguna una vez! ¡Tenéis que haberos besado! ¡Tiene que haber algo!" Pero lo que tenemos es mucho más profundo que eso. Es uno de los amores más puros que existen. Somos almas gemelas, y siempre nos hemos apoyado mutuamente. Sé que siempre lo haremos. Me emociono al pensar en ello. A veces es difícil vivir en un mundo donde la gente está siempre preparada para juzgar, dudar y cuestionar las intenciones de los demás. Tom no hace eso. Sé que, aunque yo cometa algún error, sabrá que mis intenciones fueron buenas. Que él siempre me creerá. Incluso cuando no sepa la historia entera, él nunca va a dudar de que hice lo mejor que pude. Esa es la verdadera amistad, y ser vista y amada así por alguien es uno de los grandes regalos de mi vida.

Siempre hemos compartido el amor por la labia, por cómo se pueden usar mejor las palabras para expresarse. Tom, eres un poeta. La forma en que funciona tu mente y la forma en que expresas las cosas es hermosa, encantadora, divertida y cálida. Estoy muy contenta de que hayas escrito este libro y lo hayas compartido con nosotros. Es una delicia y un regalo. El mundo tiene suerte de tenerte, pero yo tengo aún más suerte de tenerte como amigo.

Chapeau, trocito de mi alma. Y felicidades.


Emma Watson

Londres, 2022

Tras la varita | FeltsonWhere stories live. Discover now