Continuación de ❝Identity❞
✰*ૢ✧ ཻུ۪۪⸙❬❍̥͙̊ ࿔ ˖۪ ⸙͎
― No puedes evitarlos toda la vida
― Ellos se fueron y me ignoraron, fingieron que no existía pero ¿Debo disculparlos solo porque se ven como la mierda sin mi?
― Se están muriendo, tú te estas muri...
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EJÉRCITO CONFEDERADO
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ESTABA APOYADA sobre el Jeep de Emmett, pero sentada sobre el capó estaba mi hermana. Las dos hablando tranquilamente después de que me volví a mi forma humana solo para poder hablar con ella. Además de que no me gustaba que la manada escuchase mis pensamientos en situaciones cómo estás.
-¿Luego me llevarías a casa en tú lomo? -mire a Izzie alzando las cejas. Ella sonreía inocente jugando con su brazalete -Por favor... Estoy triste, se están arriesgando la vida por mi -su manera de usar su verdadera preocupación para conseguir beneficios me enorgullecía. Lo sacó de mi.
-lo voy a pensar -Bromee viendo a Jasper que pasaba por nuestro lado.
El rubio me tendió un papel y lo tome sin decir nada. Ya era la tercera carta que me daba, creo que era su forma de disculparse. La primera fue una disculpa, la segunda cómo lo había pasado de mal sin mi, sintiendo su pena y la de su familia, ahora la tercera era... Un poema. Lo mire haciendo una mueca en un intento de ocultar mi sonrisa. Él decidió seguir su paso saludando cortamente con un asentimiento de cabeza.
-Jasper -Izzie interrumpió antes de que se vaya -¿Estás seguro que no puedo hacer nada?
-tú mera presencia, tú olor distraerá a los neófitos -Dijo a modo de entender que ya estaba ayudando -su instinto de caza los abrumara y... Los volverá locos -sonrió ladinamente.
-no lo digas así, suena tétrico -bufe divertida al ver el rostro de mi hermana.
-lo siento -se disculpó, sin borrar su sonrisa para seguir caminando. Pero mi hermana otra vez lo llamó.
-oye... ¿Cómo sabes tanto sobre esto? -Cuestionó con curiosidad.
-Yo no tuve la misma crianza que tuvieron mis hermanos adoptivos -Admitió bajando el abrigo que tenía en sus manos, mostrando sus brazos.
Abrí los ojos impresionada al ver esas tantas marcas que tenía allí. Eran demasiadas mordidas, bien marcadas. Estire mis manos por inercia, tocando sus antebrazos cicatrizados. Alcé los ojos para ver al rubio, pero él me miraba tranquilo.
