CAPÍTULO XXIV - The grumpy Wolf.

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Capítulo XXIV: The grumpy wolf

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Capítulo XXIV: The grumpy wolf.

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Las ramas se movían lentamente, escuchaba atentamente todos los ruidos a su alrededor. Estaba un poco tensa, pero una sonrisa aparecía en su rostro. Suspiró, era un momento crítico.

Y fue en ese momento que un lobo gris empezó a correr en su dirección. Su sonrisa se amplifico y lo empezó a seguir. Podía escuchar la risa de Jane lo que le causaba mucha más emoción.

Se había vuelto costumbre para los tres ponerse a jugar en el bosque. Mayormente era carretas, en las que ganaba claramente Lyra.

Paul había aprendido a la perfección que no debía apostar nada com Lyra. No sabía cómo, pero esa chica siempre ganaba. No importara que fuera, ella ganaba igual.

Todos los que conocian a Lyra, sabían que hasta el diablo no se atrevía a competir contra ella.

Porque Lyra Williams siempre ganaba.

— ¡Vamos, Paul! ¡Ve más rápido! ¡Lyra nos atrapará!

Rió antes las palabras de Jane. Sus pies caían en rama en rama, cada vez acercándose más a Paul. Incluso pudo escuchar a la perfección su gruñido.

Paul era un lobo gruñón con cualquier persona que no fuera Jane. Algo que a Lyra le encantaba. Él se hacía el malo, pero era un adolescente muy tierno.

— Si no te apuras, los atrapare.— cantó Lyra.

Paul frenó de golpe y se giro dando la vuelta, corriendo hacia el otro lado. Se estaba poniendo divertido. El lobo tenía su orgullo y odiaba perder, al menos, hacía todo lo posible para no perder tan rápido.

Lyra los empezó a seguir y de un momento a otro, cuando menos se lo esperaron, estaba enfrente suyo. Lyra había ganado.

— Ya es la décima vez que gano. Creo que soy una experta en este juego.

— Razón número veinte para no tenerte de enemiga.— Jane se bajo de Paul, mientras este se iba detrás del árbol. Después de un minuto Paul salió en su forma humana con un short puesto.

— Es aburrido jugar si siempre vas a ganar.— se quejó el lobo mientras se cruzaba de brazos.

— No seas gruñón, Paul. Todos sabemos que es super divertido jugar conmigo.— Lyra también se cruzó de brazos con una sonrisa divertida.

— Claro que no lo es.

— Si, lo es.

— No.

— Si.

— ¡Tu lo dices porque siempre ganas! ¡Así claro que es divertido jugar!

— En realidad lo divertido es ver a las personas sufrir porque perdieron, eso sube mi ego.

— Paul, Lyra ganó. Se un buen perdedor.

— ¿Tu también?— preguntó indignado mientras veía a Lyra y a Jane chocar los cinco.

— Aprendió de la mejor, Lahote.— Lyra sacudió su ropa y vio a ambos con una sonrisa.— Adoro pasar mis tardes con ustedes, pero lamento decirles que tengo una cita con Jasper.

— ¡Te acompañamos hasta el límite del tratado!— dijo emocionada Jane. Tomó la mano de Paul y los tres empezaron a caminar juntos.— Hace mucho no sales con Jasper. ¿Qué haran?

— No lo sé, es sorpresa. Jasper aún conserva su toque romántico de la vieja escuela. Mañana regresaremos, creo que será algo divertido.

— Más bien ustedes serán los que se divertirán.— Paul la molesto mientras subía y bajaba una y otra vez sus cejas.

— Más respeto muchachito. Podría ser tu madre.— Lyra sonrió de costado al predecir lo que haría Paul.

— ¡Adopteme maestra Miel!— Jane rió de fondo, amaba pasar su tiempo con ellos.— Más bien, serias mi abuela.

— Para tu información, Lyra tiene sesenta y seis años. Se mantiene muy joven para su edad.

— Voy a ir a verte cuando tengas mi edad, para ver si te mantuviste en forma como yo.

Continuaron su camino hasta que vieron a Jasper esperándolos. Lyra se acercó hasta Jane dejando un beso en su frente y choco el puño con Paul.

— Nos vemos mañana. Espero encontrarlos en perfecto estado.

— No te preocupes, mañana nos verás en estado sólido.

Lyra negó con la cabeza. Los otros dos se dieron la vuelta, volviendo hacia casa de Emily. En cuanto estuvo con Jasper se dieron un beso y ambos se miraron con una sonrisa.

— ¿A donde iremos, soldado?

— Es sorpresa, pero te puedo asegurar de que nos vamos a divertir.

— Puedo suponer que esto no será para nada romántico. 

— Le pondré mi toque romántico.— dijo mientras pasaba su mano por la cintura.— Estoy seguro de que siempre sou todo un poeta.

— Puede ser.

Ambos subieron al auto. Al parecer viajarian a un lugar cerca. Se pusieron a escuchar música, y el rubio solo se limitó a escuchar a su esposa cantar, como siempre solía hacerlo.

Después de aproximadamente una hora llegaron a una casa en medio del campo, lleno de flores. Lyra sonrió, Jasper siempre encontraba los lugares perfectos para sus citas.

Era muy pequeña, pero tenía las cosas necesarias para que dos personas vivieran en ella. Lo que más le gustó fue la habitación, predominaba el color negro, pero no hacía que perdiera su esencia hogareña.

— ¿Qué te parece si estrenamos la casa?— pregunto Jasper mientras empezaba a besar su cuello.

— Veo que andas muy necesitado.— respondió divertida Lyra.

— Desde que volvimos aquí, no tenemos tiempo a solas.

Aunque Jasper maldijo cuando el teléfono de Lyra empezó a llamar y en el estaba el nombre de su hermana. Estaba claro que tendría que esperar una hora a que ambas terminaran de hablar.

Fue y se tiró sobre la cama. Al menos estaba agradecido de tener un tiempo en paz con su esposa. 

SEMPITERNO¹ | Jasper Hale.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora