Capítulo 9.2

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Eran apenas las nueve de la mañana, Takemichi corrió hacia la entrada cuando el sonido de alguien llamando a la puerta dando suaves toques se escuchó por todo el apartamento.

Lo oyó sin problema pese a que se encontraba en su cuarto pues su vivienda no era muy grande. Apenas contaba con un pequeño baño, un dormitorio y un salón que dividió para acomodar una mini cocina en una esquina. Ciertamente no sería el paraíso para un claustrofóbico, sin embargo, al rubio le gustaba mucho su pequeño espacio.

Cuando abrió la puerta, se sorprendió al encontrar del otro lado a su amigo de costumbre rubio, en esos momentos con el cabello negro.


—Te acabarás quedando sin cabello por tanto tinte —fue lo primeo que dijo en forma de saludo, apartándose para dejar que Chifuyu entrara, el más alto lo hizo rodando los ojos

—Hola a ti también —respondió peinando su cabello ligeramente hacia atrás con los dedos


Tenía el pelo sutilmente más largo que de costumbre, y el flequillo caía casi cubriendo sus ojos.


—¿Por qué tu cabello está tan largo? Nos vimos hace casi una semana y no estaba así —Takemichi cerró la puerta tras tomar la pequeña maleta que el de cabello negro había abandonado frene a su puerta

—Lo he lisado, por eso —contestó—. ¿Te gusta?

El rubio asintió. Siempre le gustó más como le quedaba el cabello negro a Chifuyu.

—Sin embargo, sigo creyendo que te quedarás calvo a ese ritmo —caminó los pocos pasos que lo separaban de la nevera y de ella tomó una lata de soda

—No creo que vaya a teñirme en un buen tiempo, me gusta más así, sabes por qué había decidido volver al rubio —explicó tomando el refresco que su amigo le estaba ofreciendo


Takemichi lo miró con una sonrisa apenada asintiendo.


—En fin ¿Ya tienes todo lo necesario? Debemos salir en un máximo de treinta minutos para llegar a tiempo a la casa de Hanma.


Y con esa simple frase, algo en la cabeza de Takemichi hizo "clic".


Ojeó con rapidez el reloj que tenía colgado en la pared contigua a la habitación antes de hablar, el nerviosismo pintado en cada sílaba y vocal que pronunciaba.


—Ahora que lo pienso, has llegado muy temprano, dijiste que estarías aquí en dos horas ­—caminó directo a su dormitorio mientras hablaba, tomó la pequeña maleta que había preparado con todo lo necesario hacía unos minutos

—Te mandé un mensaje para decirte que saldríamos antes, para evitar el tráfico del medio día que siempre hay en el centro —bebió otro sorbo de su refresco que casi estaba vacío


Takemichi tomó su teléfono confirmando dos cosas. La primera, que efectivamente su amigo le había avisado hacía casi dos horas que llegaría antes a su casa, y la segunda, que él era un ser muy desafortunado.


—¿Cuál es el problema? ¿Debes pasar a comprar algo?


LA PRIMERA VEZ (BAJIFUYU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora