02 | Tanto ruido azul

60 6 111
                                    

El ruido y las multitudes nunca habían tenido ningún atractivo para él, y cruzando la gran portalada de la mansión Yamanaka recordó por qué: el retumbar de aquella música de fiesta sin calidad, con un ritmo que hacía latir hasta el suelo, y las ca...

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

El ruido y las multitudes nunca habían tenido ningún atractivo para él, y cruzando la gran portalada de la mansión Yamanaka recordó por qué: el retumbar de aquella música de fiesta sin calidad, con un ritmo que hacía latir hasta el suelo, y las caras de docenas de personas que se volvían en su dirección con un murmullo sorprendido —rostros de gente que no tenía ningún interés en conocer— lo hicieron sentirse enfermo apenas entrar.

Pero Naruto se encendía de una energía vibrante en aquel ambiente. Enseguida que se encontraron dentro empezó a saludar como si fueran amigos de años, a algunos de lejos, a otros con un golpe juguetón en el hombro y alguna pregunta, a los mismos que estaban comiéndose con los ojos a Sasuke. No se quedaba demasiado rato con ninguno; parecía decidido a arrastrar a su compañero de piso hasta el centro de la pesadilla. Lo tomó del hombro para guiarlo a través de una multitud de borrachos que bailaban sin equilibrio y lo empujó, cuando alcanzaron el otro lado, hacia la barra.

—Venga, toma un poco. Aprende a divertirte.

Sasuke se liberó de su agarre con un gesto seco y se volvió molesto hacia él. En una ocasión distinta, en su piso, habría tenido menos problema para emborracharse, pero rodeado de tanta gente extraña, con la inseguridad de un espacio nuevo, de ningún modo se arriesgaría a perder el control. Suavizó un poco la mirada al topar con los ojos curiosos de Naruto, que parecía no entender la razón de sacárselo tan violentamente de encima.

—Si vas a abandonar cualquier mínimo de decencia —replicó al final, apartándose para que no le notara el instante de duda—, prefiero que quede alguien para devolverte a casa.

Durante las dos horas siguientes, eso fue lo que hizo su amigo: perder la vergüenza con una botella de alcohol tras otra, pasearse consiguiendo la simpatía de la gente entre las bromas más tontas que se le hubieran ocurrido jamás a Sasuke, camuflarse con la masa de cuerpos desinhibidos que saltaban y cantaban y se retorcían sin afinar, muchos medio desnudos, rojos y azules y verdes en el miraje de luces de discoteca, y lograr que nuevos amigos acabados de hacer lo invitasen a nuevas rondas de alcohol.

Era complicado mantenerse allí, como espectador, cuando se le retorcía una serpiente en el estómago cada vez que Naruto, confiado, risueño, se colgaba del cuello de alguien más o fingía darle un beso a la mujer bailando y bebiendo y gritando a su lado. Las únicas veces que lo había acompañado a fiestas antes de aquella era con grupos más pequeños; ni Naruto había permitido que se le subiera tanto el alcohol ni los separaba la cantidad de personas que llenaba por la fiesta de fin de curso el recinto de los Yamanaka.

Y, sin embargo, viéndolo destacar sin esfuerzo entre todo el resto, escuchando incluso desde su rincón apartado las risas ruidosas de su amigo, se dio cuenta de que tenía, junto a los retortijones incómodos, el pecho cargado de una calidez distante. Naruto se había lanzado a improvisar un baile ridículo que algunos a su alrededor imitaron, con pasos aún más perdidos que los de su amigo, porque en el caos de Naruto siempre había un grado de carisma que aquella multitud desbravada no sería capaz ni intentándolo de alcanzar. Naruto echaba la cabeza atrás en estallidos de risa puntuales por comentarios chillados al oído, entrecortados, cuando el volumen de la música imposibilitaba dialogar; y buscaba al par de personas que no se habían atrevido a entrar todavía en el ritmo y las impulsaba a meterse en el baile, y, si eran realmente pésimas en la danza, se ponía a bailar él de las formas más estúpidas para darles seguridad, hasta que el desconocido que fuera se veía obligado a detenerse porque la risa le sacudía el cuerpo.

Alcohol de celos [Naruto: Naruto × Sasuke]Where stories live. Discover now