Capítulo 21: Divorcio

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Wei Ying gimió

El olor de su esposo era realmente bueno, podría considerarse adictiva, su cabello olía muy bien, los aceites que usaba en su cabello lo dejaban muy bien perfumado. Wei Ying amaba ayudarle a peinar su cabello, usando cualquier aceite que encontraba que a su parecer oliera muy bien, para ponerlos en su esposo y dejarlo muy suave.

Wen Ruohan nunca se quejó de esto, se dejaba hacer de su esposa lo que quisiera.

Al poco tiempo una incomodidad se creó en el cuerpo de Madame Wen, quejándose audiblemente, rodo sobre la espaciosa cama, quedando boca arriba, para proceder a aflojarse un poco más sus túnicas.
Se sentía...lleno.

Al hacer esto sintió como se alivió la sensación incómoda, pero no fue suficiente, se quitó los pantalones, quedándose únicamente con su túnica interior que era corta, lo suficiente para sentirse menos sofocado.

Llevo una mano acariciando su vientre, sintiéndolo muy abultado. Sabía lo que era, pero no se atrevía a quitarse el falo de jade, y dejar salir ese precioso liquido en su interior. Quería que su esposo lo hiciera, que le felicitara por mantener toda su semilla en su interior en todo ese tiempo.

Mientras Wei Ying tocaba su vientre, pudo imaginarse por primera vez el estar embarazado. Estar muy grande y que le sea difícil moverse, no sonaba muy mal. Teniendo en cuenta lo protector que era su esposo, sabía que le cuidaría muy bien. Wei Ying deseaba pronto tener vida formándose en su cuerpo. Ante la idea una sonrisa se dibujó en su rostro, tenía mucha ilusión al respecto. Imaginaba a A-Chao y A-Xu jugando con el pequeño hermanito que les dará.

Se volvió a dar la vuelta a enterrarse nuevamente en ese olor exquisito que le recuerda de su marido, frotando su rostro en las sábanas como si de un gato se tratase.

No paso mucho tiempo en quedarse dormido.

El tiempo había transcurrido muy rápido, como el cuerpo de Wei Ying estaba muy magullado y en extremo cansado, hizo que durmiera sin problemas hasta el anochecer. Ni siquiera había soltado las cortinas del dosel. Dejando a la vista un hermoso cultivador dulcemente dormido siendo una visión angelical ante una bestia sedienta de deseó que recién había entrado.

Wen Ruohan había llegado.

Solo ver ese pequeño cuerpo tan indefenso le enterneció el corazón, pero cuando sus ojos llegaron a otra parte, algo más se encendió en su parte baja...

El mundo de la cultivación sabe, que él líder Wen nunca fue un hombre paciente...

Y el mundo le está poniendo a prueba su paciencia.

Su bella esposa estaba en una posición muy seductora, su túnica apena le cubría sus carnosos glúteos, luciendo respingados dejando muy poco a la imaginación. Los ojos lujuriosos del líder no se detuvieron en pasar por toda la piel de su esposa, no dejando ninguna parte de su esposa sin observar.

¿Es acaso una prueba de los dioses? ¿Acaso quieren poner a prueba su autocontrol? ¿Es un castigo o un regalo divino?— Wen Ruohan divagaba comenzando a respirar pesadamente, temiendo que al acercase más, se lanzaría sobre su esposa.

¿Pero que más podía hacer? Cuando se sentía atraído por ese indefenso cuerpo ajeno a su mirada hambrienta como el de una bestia, como un depredador a su presa.
Un depredador que tenía muchas ganas de alimentarse.

Como si su cuerpo se moviera por sí solo, ya se encontraba caminando hacia la cama donde se encontraba su amado.

Los únicos sonidos que reinaban el ambiente eran los pasos del Líder y la respiración de su esposa indicando que se encontraba en un profundo sueño.

El sol de QishanWen☀️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora