『𝖢𝖠𝖯𝖨́𝖳𝖴𝖫𝖮 𝖳𝖱𝖤𝖲』

183 12 1
                                    

Capítulo tres.

La mañana del 12 de septiembre era en la que comenzaba el aire fresco de la temporada; el invierno se adentraba por las puertas abiertas de las casas y las chimeneas que no tenían una fogata encendida.

Se suponía que nadie debía estar afuera a esa hora, pues con el clima inestable y la fuerte brisa helada las escuelas habían cerrado por seguridad y algunos trabajadores de la ciudad tenían descanso en horario para evitar accidentes.

Era peligroso salir en cuestión de pescar un resfriado o resbalar en la acera mojada; pero a SeokJin le había importado poco al salir de su casa y caminar con firmeza en el pavimento húmedo, acomodando la bufanda en su cuello con la mano derecha, y con la contraria sujetando un par de bolsas.

Las calles vacías estaban ya cubiertas de escarcha y él pensaba en que quizá no era tan buena idea ir a la casa de NamJoon con la temperatura por debajo de los 10 grados. Ni siquiera sabiendo con exactitud si su amigo Kim estaría en su casa ese día. Y joder, porque su nariz estaba ardiendo por el viento congelante y estaba seguro de que ya lucía roja. Las piernas le temblaban por el frío mientras que sus manos casi perdían la circulación por el peso puesto en ellas. Aún así quería llegar definitivamente al hogar de su amigo para felicitarlo por sus 18 años recién cumplidos. Así que apuró su caminata cuando las pequeñas gotas incrementaron su fuerza. Una cuadra a otra, fingiendo normalidad y no el querer regresar a su propia casa.

Finalizó la caminata, con el corazón latiendo rapidísimo, frente a la casa de NamJoon. El sudor frío cayó en su nuca, sus brazos tiritando e intentando proteger las bolsas de plástico lo más que podía mientras tocaba el timbre con esfuerzo, manteniendo presionando el botón hasta que vio abrir la puerta.

Alzó la vista y se tranquilizó cuando vio a NamJoon; éste frunciendo las cejas y ayudándolo en cuanto vio lo pesado en sus brazos. En realidad Jin podía llevarlo a dentro de la casa, pero le agradeció al sentir la sangre comenzar a circular de nuevo en sus dedos.

—Buenos días. —Dijo Jin a la nada cuando NamJoon desapareció en la cocina, quitó la bufanda de su cuello y sus guantes para después dejarlos a un lado de la puerta.

Su amigo regresó con rapidez, encarándolo y pellizcando su mejilla con suavidad—. Estúpido, ¿Qué piensas con salir a esta hora y más con este clima?

SeokJin chasqueó la lengua, empujando la mano ajena de su rostro y mirando la cara del otro Kim.
—Vengo a felicitarte, pero si me dices otra cosa, te informo que me voy.

—Ah, ¿Enserio tenemos que ser orgullosos? Vi algo delicioso en una bolsa y quiero probar —dijo intentando quitar el abrigo del cuerpo de Jin —. Quédate y celebremos sin pelear.

SeokJin se puso rojo.

Cedió a quitarse el abrigo y siguió a NamJoon, quien entró al cuarto de lavandería. Luego murmuró, concentrado en programar la secadora: —Busca algo de ropa en mi habitación, ya subo.

Siguió las indicaciones del peligris, subiendo al cuarto ajeno y yendo directamente al armario, sacando únicamente un suéter y un pantalón de pijama en conjunto. Casi al terminar de colocarse la prenda inferior, NamJoon entró y lo miró por unos segundos, desviándose a la pantalla que estaba encima del mueble más grande de la habitación. Presionó un botón y después se sentó en la cama (frente al televisor) con el control remoto en mano.

Jin se quedó tieso en su lugar, pensando en qué hacer hasta que se topó con los ojos penetrantes de su amigo.

—¿No vas a venir? —Cuestionó con tono sugerente, o al menos así lo escuchó el mayor, quien asintió y se acostó en la cama con los hombros rígidos.

Pieces in the air | NamJin.Where stories live. Discover now