—¿Te mudas? Eso es bueno, ¿Falta de espacio?

Asentí. Justo entró otro cliente. Liam miró tras de él viendo a una mujer rubia buscando algo en una estantería.

—Debería irme, cuídate Alcott.

Jungkook se acercó tras la ida de Hudson. Se cruzó de brazos mirando la puerta por la que antes se fue su posible nuevo rival.

—¿Qué os pasa a los dos?

—Quiere algo contigo, se le ve en la cara y yo no voy a permitir que coqueteen con mi novia en la cara. Una cosa es interesarse y otra lanzarse, y ese tenía hasta las gafas puestas para tirarse a la piscina.

—Te ves lindo celoso—pellizqué su mejilla sacándole una enorme mueca—Pero no montes esas escenas.

Jungkook desvío la mirada, no estaba muy contento. Besé su mejilla, no me prestó atención. Di la vuelta al mostrador y besé castamente sus labios.

—Mi novio eres tú, confía en lo idiota que me tienes y deja a ese estúpido intentar lo imposible.

Rodó los ojos negando con la cabeza.

—No me ruedes los ojos, mírame.

Bajó la mirada, me quedé divagando en sus oscuros ojos durante mínimo veinte segundos.

—Me voy a vivir contigo, ¿Crees que un chico que bebe cerveza me va a hacer cambiar de opinión?

La sonrisa de su rostro le delató, no estaba enfadado realmente. Golpeé su hombro antes de volver al trabajo.

Me senté en las sillas que proponía para el pequeño comedor que pensábamos poner en un lado del salón. Me hacía ilusión escoger muebles, hacer la casa completamente nuestra.

—Ya hablé con los de la tienda, nos montarán las estanterías también. ¿Te gustan las sillas?

Se sentó a mi lado y miró la mesa de un marrón oscuro que estaba justo en frente de nosotros.

—Me gustan—afirmé acomodándome de nuevo.

—¿No te gusta esa cómoda de allí?

—Jungkook, lo esencial; sólo lo esencial.

Se cruzó de brazos sobre la mesa.

—Tengo miles y quiero gastarlo en nosotros, Avery. En nuestra casa, nuestras citas...porque ese dinero te pertenece, porque lo recaudé en mi última carrera; porque lo gané pensando en tí. Así que déjame gastarlo en lo que más quiero.

—¿Y si ahorras para el nosotros del futuro?—pregunté apoyándome también en la mesa.

—Te he dicho unas palabras bellísimas.

—Yo también —respondí bajándome de la silla—Me voy a ver lámparas.

Me subí sobre unos sofás sorprendiéndome por lo cómodos que eran. Jungkook en cambio miraba sillas unos metros más adelante. Estaba metido en lo que la chica le rstaba comentando sobre su repertorio de sillas. Me imaginé unos segundos cómo sería el estar en nuestro salón, lleno de sus fotos de familia y las mías con Alice. Los libros en las estanterías y sus maquetas por todas partes. Era algo simple, pero me hacía extremadamente feliz el hecho de que el nosotros fuera tan real.

—¿Te gusta este?

Se sentó a mi lado sorprendiéndose por la comodidad, tocó con asombro la tela y asintió complacido. No aparte mi mirada de él, de su alegría, de su aura. Por dentro sentía como mi estómago daba vueltas y una sensación de vértigo azotó mi fugura cuando sus ojos se posaron en los míos.

Giants - JungkookOnde histórias criam vida. Descubra agora