Capitulo 22

2.4K 236 264
                                    

"¿Novios?" Murmuré, sentí que mi corazón se detuvo cuando Cyno llevó nuestras manosentrelazadas hasta sus labios y le dio un suave beso al dorso de mi mano, regalándome otrade sus preciosas sonrisas. Estaba seguro que me iba a desmayar en cualquier momento. 

"Sí, novios." Confirmó, aunque ambos sabíamos que yo lo había escuchado muy bien. "Yantes que digas algo más, estoy preparado para un "No" como respuesta, la cosa es que... Nosoy alguien que se rinda tan fácil, menos cuando algo le importa, así que aunque digas queno..." 

"Sí." 

"...Pienso preguntártelo a cada hora de cada día de cada sem- Espera ¿Qué dijiste?" 

"Sí. Sí. ¡Sí! ¡Que sí quiero!" 

Por primera vez en mucho tiempo tanto mi omega como yo estuvimos de acuerdo en algoque tenga que ver con Cyno, llevé mis manos a sus mejillas y tiré de su rostro para atraparsus labios en un beso, uno que él no tardó en corresponder, rodeándome por la cintura mientras alejaba mi cuerpo de los azulejos y me presionaba contra el suyo, soltando un suavegemido. Sonreí cuando él gruñó, su pierna ya había escapado de entre las mías y ahora fuiyo quien impactó contra su entrepierna debido al agresivo movimiento. 

Dejé que su lengua hiciera de las suyas en mi boca hasta robarme el aliento por completo,separándonos para jadear sobre el otro. Sentí como el ambiente se iba calentando y aunqueuna parte de mí indicó peligro cuando su mano fue bajando por mi espalda, volví a besarlosin preocuparme en nada más.

Mi alfa, mío. Todo mío.

"Mi omega" lo oí murmurar cuando rompió un beso antes de iniciar otro, sus dedos tanteaban por mi parte trasera hasta que jadee apenas ubicaron mi trasero, dejando que roce unazona tan cercana a mi entrada que mis manos bajaron a sus hombros, enterrando mis uñas.Solté un gemido separando nuestras bocas, alejándome el poco de distancia que su posesivoabrazo me lo permitía. 

"Cy-Cyno." Gemí, sintiendo mis labios tan calientes como empezaba a sentir todo mi cuerpo.No podía, aunque deseara tanto que nos quedemos ahí y que me hiciera suyo como aquellanoche en su penthouse, una pequeña imagen de Heizou teniendo que aguantar a mi madre seencargó de desconcentrarme. Eso y que no quería avergonzarme teniendo que pasar por lasala para llegar a mi habitación y cambiarme los pantalones. "No se puede." 

"¿Por qué no? Eres mío ahora. Puedo." Intenté no derretirme con sus palabras.

"Sí, pero tengo un hijo afuera que está soportando a mi madre, tenemos que salir."

"¿Luego?"

"Está Heizou..."

"Sal conmigo."

"¿Qué?" 

"Que salgas conmigo. Mañana, hoy no se puede porque está Heizou y lo entiendo, pero quieroque tengamos una cita mañana, en mi apartamento." Me mordí el labio, nunca creí que fueraa regresar a ese lugar, o al menos no tan pronto. 

"¿Y si me sale un trabajo para el domingo?"

"Lo cancelas." 

"Me despiden." 

"No importa." A pesar de su tono tan despreocupado que tanto odiaba, la enorme sonrisa ensu rostro y como se le formaban pequeñas arruguitas a los lados de sus ojos era más quesuficiente para tenerme suspirando. Gemí, no podía decirle que no. "Es broma, bebé." Murmuró, acercándose para besar cada uno de mis párpados, eliminando los rastros de lágrimasque mi muñeca no había podido. "Pero en serio me muero por tenerte conmigo... A solas." 

The Perfect Omega | CynonariWhere stories live. Discover now