Capitulo 9

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Mi cuerpo cayó al suelo antes de lo que hubiera querido, apenas sentí el tacto de Pantalone alejarse de mí, me dejé caer hasta que mis rodillas chocaron con el piso y abracé mis brazos,hecho un ovillo en mi lugar, desee que de una vez me dejaran tranquilo, desee morirme deuna maldita vez y detener esos acosos, esos abusos ¿Por qué tenían que meterse conmigo deesa forma? Nunca les hice nada, solo soy una persona que cometió un jodido error, eso noles da derecho de nada.

Intenté pensar en cosas felices, en cosas buenas, deseaba alejar esas horribles ganas de vomitar que me estaban volviendo loco, pensé en Heizou, pensé en Kuki, pensé en el hermosochico de ojos rojos que deseaba continuar viendo diario; pensé tanto en las cálidas manosde Cyno, que una triste sonrisa apareció en mi boca, definitivamente jamás había sido máspatético en mi vida.

Pasaron unos segundos en los que solo oí golpes, en realidad tampoco me importó lo suficiente como para moverme de mi lugar, estaba asustado y no dejaba de temblar, sentía a miomega como un pequeño cachorrito presintiendo su final cerca, cuando unos brazos me tomaron y fue diferente, ese no era Pantalone.

Esos fuertes brazos me alzaron hasta que estuve completamente parado, ni siquiera alcé lamirada, solo bastaron unos segundos para que el temor dejara de nublar mis sentidos y permitir que aquel delicioso aroma inunde mi olfato, cerré mis ojos y mis brazos rodearon la cintura de aquel firme cuerpo, mientras sus brazos hacían lo mismo conmigo, pegándometanto a él que pensé en lo mucho que deseaba fundirnos en uno.

Mi Cyno. Cyno vino por mí

Restregué mi cara contra su cuello, sin detenerme, ya no me importaba absolutamente nadamás, e incluso olvidé mi nombre cuando sus labios besaron suavemente la piel de mi cuelloy liberé un ronroneo, eso se sentía muy bien.

"Hueles mal."

Escuché sus dulces palabras y quise alejarme, aunque por como sus brazos me atrajeron denuevo y soltó un ligero ronroneo, comprendí que no era que yo oliera mal, él tenía la cabezaenterrada del mismo lado donde Pantalone me había estado besando, obviamente no olía comonormalmente debía hacerlo.

"Cyno, yo..."

"Tranquilo, yo me encargo." 

Aunque no comprendí a lo que se refería, mi cuerpo obedeció y me relajé en sus brazos, hastaque sentí como sus labios de nuevo tenían contacto con mi piel, al igual que la punta húmedade su lengua pasaba por esta e incluso sus dientes rozaban mi cuello, haciéndome estremecer. Mis manos subieron hasta aferrarse a la tela de su remera, camisa, lo que fuera, apretémis parpados cerrados y jadee una vez mordió justo en los mismos lugares donde Pantalone anteriormente había hecho de las suyas.

"Cyno." Gemí, eran mordidas suaves, dulces, pasaba su lengua con tal cuidado que sentí merompería ante el dulce contacto, e incluso sus finos labios buscaban llenarme de tantos besoscomo le fuera posible.

En ese momento desee que el mundo se detuviera, que solo fuéramos Cyno y yo, que tododejara de existir y vivamos este momento eterno en el que él se estaba encargando de limpiarme, de quitarme aquel olor para impregnarme con el suyo. Y definitivamente yo preferíaoler a Cyno, amaba oler a Cyno.

En el segundo en que giré mi rostro, observé al fin la escena que tanto había ignorado en miataque de pánico, Pantalone estaba en el suelo, sin embargo ya se encontraba incorporándose,observé la línea de sangre escurriendo desde su boca, por todo su mentón, y aquellos moretones apenas rojos por todo su rostro, además de como él tenía una mano sosteniendo sucostilla; los demás ya no estaban, no dudé que fueran tan cobardes para abandonar a uno delos suyos ante el peligro, pero de igual forma me sorprendió lo patéticos que eran. 

The Perfect Omega | CynonariWhere stories live. Discover now