SECUESTRO

25-Sorpresa

No se que nos dieron de beber pero Antonella está como zombie, yo fingí tomarme ese liquido y estoy actuando como ella, la clase expres de Sabina está rindiendo muy bien sus frutos, me advirtió de todo esto que he pasado.

Lo único bueno de todo esto es que la fiesta es dentro de la hacienda, tengo que encontrar cuanto antes el lugar de los prisioneros, me escondo entremedio de la multitud intentando que no me vean para que no me lleven a ese terror, salgo hacia las afueras en busca de la supuesta bodega.

Joder esto no me rinde, solo me queda idear un plan que debería resultar, me gano al lado de uno de los guardias.

-Ves el chico pelirrojo que está al lado del bar?.

-Así es.- habla con su voz grave.

-Pues el jefe manda a decir que te lo lleves de aquí, el luego se encarga.

-Le voy a preguntar.- saca su teléfono.

-Lo vas a interrumpir justo en el momento que él más disfruta.- indico la puerta del cuarto donde se van a acostar con las chicas.

Observo como toma al pelirrojo, lo sigo con discreción hasta que llega a la que creo es la misteriosa bodega, está todo tan oscuro que con suerte puedo ver mis manos, siento como si estuviera en una película de terror, me escondo a esperar que salga.

Por fin sale, entro sin hacer ruido, los pelos se me ponen de punta al ver que esto es una prisión, está lleno de celdas con chicos atados de pies, mano y boca, todos están torturados con quemaduras, disparos, mordeduras, es un verdadero horror, recorro de lado a la lado pero no hay rastro de ella.

Casi me da un infarto al sentir que alguien está detrás de mi, me giro lentamente y veo una pistola apuntando mi cabeza, tiene que ser una mala broma, otra vez lo mismo.

-Por favor no me hagas daño.- suplico levantando mis manos.

-Que haces acá?.- me interroga uno de los hermanos, creo que este se llama Mateo.

-Supongo que buscar el baño.- río sarcástica.

-Si hasta tienes sentido del humor, lástima que tenga que matar a alguien tan bonita.

-Espera.- me acerco un poco.- Al menos déjame besar esos labios, eres el chico más guapo que he visto.- sonrío de forma coqueta.

Oh Sabina espero tus trucos funcionen.

-Acercate.- llego hasta su lado, pone una de sus manos en mi cintura y baja su pistola guardandola.- Quién crees que es mejor yo o mi hermano.

-Sin duda tu, mírate eres magnífico y por ahí he escuchado que eres mucho mejor jefe que él, la ventaja de ser la nueva chica es que te cuentan todos los chismes.

-Piensas que voy a creer lo que sale de tu linda boquita.- pone un dedo en mi labio.

Trago saliva respirando profundo, por favor no de nuevo.

-Estaba buscando un imbécil que intentó abusar de mi y supe que lo trajeron, solo quiero que muera.

Si me escuchara mi madre me manda a la iglesia por un mes seguido, siempre me dice que no debo desear la muerte.

-Interesante, comprobemos si es verdad.

Me toma de la mano haciendo que pasemos calabozo por calabozo buscando al supuesto chico que acabo de inventar, me detengo al ver al pobre chico que torturaron ayer, básicamente se está desangrando vivo no sé como resiste tanto.

-Es él.- evito mirar los ojos de ese pobre.

Saca las llaves y abre el candado haciendo que entremos.

-Toma.- me da la pistola.- Disparale en la cabeza.

Empiezo a temblar son control pero es la única forma de que confíe en mi.

-Aquí voy.- apunto a su cabeza, jalo del gatillo cerrando mis ojos.

Se comienza a reír y me la quita.

-Tienes agallas, no estaba cargada porque lamentablemente ese idiota tiene que seguir vivo.- pone su mano en mi hombro.- No será necesario que le des placer a los otros hombre, desde ahora vas a ser mi acompañante.

-Supongo que eso es bueno.

Sonríe con su perfecta dentadura.
Oh vaya ni se imaginan la sensación de tranquilidad que siento en mi pecho.

Me toma de la mano llevándome por entremedio del campo hasta hacer que entre en una casa más pequeña, quedo anonadada por la belleza de esta es perfecta, abre un armario lleno de vestido muy finos.

-Elige uno para esta noche, mereces ser la mejor vestida.- se sienta en el sofá.

Elijo uno largo de color rojo, tiene una tajo que deja ver mi pierna derecha, me indica el baño para que me cambie. La verdad es que este chico parece ser un caballero, si hubiese querido ya me habría violado y hasta matado pero en cambio ha sido agradable, además admito que está buenísimo su rostro es de dioses.

Abro la puerta saliendo.

-Como me queda?.

-Diablos señorita, estás preciosa.- hace que de una vuelta.

-Gracias.- sonrío algo sonrojada.

Hace que lo tome del brazo, nos vamos a la fiesta que está en su máximo punto, bailamos y bebimos un poco dejándonos llevar por el ambiente, me toma de la cintura haciendo que quedamos pegados el uno con el otro, mi pulso se acelera, nota mi nerviosismo y pone las manos en mi hombro haciendo que me relaje, asiento en forma de agradecimiento, ve a una pareja.

-Llegó mi padre te lo quiero presentar.

-Creo que es muy luego, primero sería necesario una cita.- le guiño un ojo.

-Ya tendremos tiempo para eso bonita.

Caminamos hasta ellos, logro ver que la chica se va a la barra, quedo pálida al estar en frente del hijo de puta que mandó a matar a mis ojitos de cielo.

-Padre ella es Carla, mi acompañante.

Me analiza de pies a cabeza con una mirada que me da asco.

-Muy hermosa para ti.- toma mi mano dando un beso en esta.- Encantado soy Hugo García, el líder de esto.

-Mucho gusto señor.- a penas hablo.

Conversan un rato de negocios, esto da mucho sueño y pereza.

-Querida ven a conocer la acompañante de Mateo.- le toma una de las copas que trae.

Se da la vuelta a saludar y prácticamente casi muero de un infarto ahí mismo, no me lo puedo creer, es ella en carne y hueso, mi corazón se acelera y a penas saco la respiración, esto no puede ser verdad, está viva aquí justo a mi lado, no lo entiendo.
Esta cabrona me la jugó pero bien feo, vaya sorpresa me ha dado.

Acaba de colmar mi paciencia, es la novia del líder y fue capaz de hacernos creer a todos que la habían matado, te vas a enterar de quien soy maldita perra, conmigo no se juega.

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A que no se esperaban esto!!

Mateo en multimedia