Demonios;; Eren Jaeger x Lectora | Shingeki no Kyojin

·•❃•18. Hogar.

—Así que pensó en una posibilidad que sí era cierta —centró la mirada en las tablas pulidas del suelo, segundos más tarde la volvió a alzar y su ceño se arrugó en señal de confusión—. ¿Qué le dijiste para tranquilizarla? Ella no suele desistir de una idea tan fácil.

Annie ya no estaba en el lugar. Desde el principio les otorgó la privacidad correspondiente y se dirigió a las escaleras sin decir una sola palabra, en ese minuto sus intereses iban más allá de compartir oxígeno con el resto de seres vivos, en especial con ellos dos.

—Bueno... me sentía más calmado sabiendo que seguías con vida y venías hacia acá, entonces le dije que a los novatos enseguida nos asignan tareas para familiarizarnos con este nuevo entorno, que por ese motivo debías estar ocupada —bajó su tono de voz—. Además, tampoco es una novedad el que algunos superiores le dejen todo el trabajo a los más jóvenes. Fue una verdad a medias, ¿no? —formó su característico gesto socarrón.

Ella afirmó con la cabeza. Ambos jóvenes se movilizaron a las escaleras.

—Debo confesar que muy pocas veces me cuestioné por qué me invadió la maldita necesidad de hacer eso —emitió un «heh» bastante seco—. La conclusión es que huí porque no soportaba estar aquí y entre más me alejaba... era como si pudiera volver a respirar. Una extrema insensatez, ¿no lo crees? Pero en ese momento no me importaban las consecuencias, no mientras sintiese lo que es caminar en medio de la gente sin ser apuntada con el dedo y sin recibir miradas juzgadoras. —Gregory le envió a su hermana una mirada consternada, ella le respondió con una de aparente indiferencia ante lo que acababa de soltar—. Tú lo sabes mejor que nadie.

—(Nombre)...

—No voy a negar que sí hubieron personas que me miraban raro, pero toda la culpa se la echaré a esa vibra que les daba de no pertenecer a aquellos rumbos.

—No debí permitir que te fueras por tu cuenta —agarró el hombro de la chica, los dos frenaron y se miraron uno al otro—. El riesgo no habría disminuido si hubiésemos estado juntos, pero... ¿no se supone que los hermanos se cuidan entre sí? Además, casi me quemé el cerebro pensando en la excusa que le daría a mamá y, a pesar de que pude idear algo, en el fondo aún me siento un poco preocupado. 

—En primer lugar, hermano, tú no permitiste que me fuera. Yo soy la que desapareció como fantasma —retomaron el paso al escuchar voces adultas aproximándose, evitando que quienes se tomaban el trabajo en serio les dieran una amonestación—. Sé que esto no arreglará la situación, pero te debo una disculpa por haberte dejado solo e involucrarte en un problema en el que no deberías estar.

Él esbozó una sonrisa más relajada a modo de contestación.

—Está bien. Aún así déjame agregar que si mamá se entera, lo que quizá terminará pasando porque hay gente muy bocona, entonces vamos a enfrentar las consecuencias juntos. —Ella le dio un vistazo con el ceño fruncido y Gregory se adelantó a hablar antes de que se opusiera—. Una vez hiciste lo mismo por mí.

Hubo un lapso de silencio que se desarrolló cuando pasaron al lado de un par de oficiales, un fuerte aroma a tabaco y alcohol los golpeó en la nariz, causando que los mellizos se mirasen compartiendo el mismo pensamiento irónico. Definitivamente los civiles estaban en muy buenas manos.

—Aquello no lo hice esperando a que me debas algo a cambio.

—Ya está decidido de cualquier manera —subió los hombros en un claro gesto de «da igual», (Nombre) se limitó a resoplar—. Nuestro padre dijo que nos teníamos que cuidar uno al otro, tal como lo mencioné antes, aunque no creo que eso incluya que cometamos una cagada y luego la vayamos encubrir... pero no hay nada de malo en aceptar ayuda de vez en cuando.