05. Diamantina

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—Me gusta ese coso.

—¡A mí también!

Peter ignoró a ambas pulgas que estaban dentro del carrito de supermercado y fingió observar con detenimiento el estante lleno de papel craft.

—Tío Pet-Pet ¿Podemos comprar uno de esos?

—Papi ¿Nos compras uno?

—O dos, tío Pet— Derek estiró uno de sus dedos. —¿Podemos tener tres? O uno de cada color.

Stiles asintió. —Sabemos que si te alcanza.

—No.

Derek frunció su ceño y se acomodó mejor en el carrito. —¿No te alcanza? ¿No nos quieres comprar?

Peter suspiró rendido, esos niños son el amor de su vida, pero a veces siente que ese par de pulgas lo llevaran a la quiebra, sin más que hacer recurrió a su única opción; preguntar y preguntar hasta que se olviden de lo que quieren.

—¿Saben cómo se llama eso que quieren?

Ambos niños se miraron por un par de segundos, Stiles fue el primero que hablo. —Sí sabemos.

—¿Ah, sí? — Ambos niños asintieron muy seguros. —¿Cómo se llama?

El moreno carraspeo un poco. —Esos cosos que queremos se llaman "Brillitos" ¿Verdad, Sti?

—Ajá, lo sabemos porque tío Darren nos maquilló con brillitos.

Peter miró al par de pulgas dentro del carrito y volteo hacia otro lado, Darren llevaba la delantera en la escala Likhert de los consentidores de la manada Hale, ¿Cómo se atrevía esa insensata luna de su manada a quitarle su lugar como el más cool? Eso Peter no lo iba a dejar así, como siempre hizo lo que creyó más prudente.

Acercó el carrito al estante de la diamantina, poco le importaba sí casi chocó con una señora que hacía su despensa tranquilamente, él tenía un puesto que defender.

—De hecho, mis queridas pulgas, estos, —Peter tomó una bolsa de diamantina azul. —No se llaman "brillitos" se llama diamantina, ¿Qué colores quieren?

Stiles enarcó sus cejas. —Me gusta más como suna brillitos.

—A mí también. —Peter está seguro de que su pequeño sobrino no se perdió el movimiento de sus cejas que indicaba que podía retractarse, porque el pequeño Derek se apresuró a decir. —¡Queremos colores para hacer un arcoíris!

—¡Quiero color café!

Peter y Derek miraron a la par a Stiles, el pequeño se estiraba lo más que podía para tratar de alcanzar la bolsa del color que quería.

—Ese color no me gusta. —Derek pasó uno de sus bracitos por el hombro de su primo. —Es un color horrible, pero a ti te quiero.

Stiles abrió su boca completamente, lleno de indignación. —Es un color precioso ¿Verdad que sí, papi?

—Eh, no. —Peter le hizo una mueca a la bolsa de diamantina café, pero aun así la tomo. — A Derek y a mí no nos gusta ese color, pero sí a ti te gusta lo llevamos también.

Derek asintió lleno de pena, Peter ama a ese mierdecilla dramático. —Es color pou brilloso, es un poquito bonito.

—Sip, —Stiles asintió orgulloso y se pegó más a su primo. —Es color pou brilloso.

Peter observó con detenimiento el estante delante de ellos y tomó una bolsa de cada color, pasándoselas a sus pulgas y ellos se encargaban de acomodarlas en el carrito. Cuando tuvieron todas las bolsas, se apresuró en tomar una botella de resistol líquido, ambos niños lo vieron extrañado por ello, pero no dijeron nada solamente siguieron en su labor de "lobitos encargados del carrito".

—¿Necesitan algo más, pulgas?

—No tío Pet-Pet.

—Papi, no.

—De acuerdo, entonces sigamos con las compras ¿Les parece? —Ambos niños asintieron así que Peter se apresuró en seguir empujando el carrito. —¿Quieren galletas?

[...]

—Esto pesa mucho. —Stiles se dejó caer en el pasto ante el "gran" peso de la bolsa de diamantina. —¡Dedek ayudeme!

Derek, quién de hecho estaba cargando dos bolsas de diamantina alzó una de sus cejitas. 

—Sti, eres un lobito fuerte, parate. 

—No quiero cargar Dedek. 

—Lobito flojo. —Y sin más el pelinegro se metió a la mansión con su carga de brillitos. 

Peter le quitó la bolsa de diamantina a su hijo. —Bueno es una pena, los lobitos que no carguen diamantina no podrán usarla. 

Eso fue más que suficiente para que el pequeño Stiles se pusiera de pie en menos de dos segundos, arrebatándole la bolsa a su papá y tomando una extra de la camioneta. 

—¿Quién no va a usar brillitos? Seguramente tú, papi no vas a usar brillitos porque Dedek y yo estamos cargando como lobitos fuertes, tú deberías de cargar brillitos. 

Y se fue aún refunfuñando sobre que él y Derek son las personas más fuertes y las más bonitas. Peter rodó los ojos y se tomó su tiempo para poder cargar todas las bolsas de la compra y así meterlas a la casa. Antes de poder entrar su celular sonó así que bajó su carga con un suspiro, sonrió cuando vio que era su esposo el que llamaba. 

—¿Bueno? Se comunica con el sexy Peter Hale ¿Con quién desea hablar?

Un bufido se escuchó del otro lado de la línea. —Oh, número equivocada, lamento molestarlo viejecito. 

—¡Hey! Grosero, dormirás en el piso.  

 —Que terrible, todo sea por no dormir en el piso. Quise decir, ¿Cómo estas, amor mio?

Peter se recargó en la camioneta, vigilando la puerta de la mansión. —Bien, justamente regresamos del supermercado ¿Tú cómo vas? ¿Ya comiste? ¿Te estás hidratando? ¿Me extrañas?

La risa de Bobby fue como música para los oídos de Peter. —Bien, sí, sí, nop. Siguiente pregunta corazón. 

—Já, te voy a colgar. 

—Claramente todo esto era broma mi vida, la verdad jamás creí que los guías de Alaska fueran tan exigentes, necesito un descanso pero la verdad es que lo estoy disfrutando y claramente los extraño, ¿Cómo están las pulgas?

 Fue entonces que Peter cayó en cuenta, que ninguno de los niños habían salido y que estaban misteriosamente silenciosos, miró un segundo al cielo implorando que no sea lo que estaba pensando. 

—Eeh bien, muy bien, mi amor te voy a colgar porque ehm, los niños tienen ¿Hambre? Te amo, te marcó en media hora, cuidate. 

Y sin tomar las bolsas corrió hacia el interior de la casa, rezando porque sus pulgas no hayan hecho nada. 

Oh, Peter deseó haberse quedado afuera. 

—¡Mira papi, decoramos la casa con brillitos! 

—Oh, mierda. 

xxx


Espero que les haya gustado. 

Ily, Pickly.  

Criando a una ManadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora