02. Aromas

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—¿Por qué nuestra casa huele a pachuli?

Thalía miró a su hermano como si le hubiera salido un ojo extra. —Claro, buenas tardes hermanito ¿Cómo estuvo mi día? Excelente y cansado cuidando a los cachorros, gracias por preguntar maldito perro maleducado.

—Ah. —El rubio salió de la casa y cerró tras él, Thalía ya se imaginaba lo que su hermano iba a hacer así que solo se recargo en la pared y sonrió cuando la puerta fue abierta nuevamente. —Buenas tardes hermana preciosa, ¿Cómo estuvo tu día? ¿Por qué diantres nuestra casa huele a pachuli?

—Te odio tanto.

—Yo también.

—Aparentemente, Stiles y Derek están aprendiendo a diferenciar aromas, si me lo preguntas lo odio, —Thalía miró a su hermano a punto de refutar. —Ni me veas así, también lo odiaras. ¡He olido cosas raras todo el día! Porque las pulgas quieren saber si olfateamos lo mismo.

Peter rio, como si le hubieran contado el mejor chiste. —Justicia divina, papá tenía razón.

—No entiendo.

Con toda la calma del mundo, Peter se sentó en la sala. —Ya sabes, papá toda su vida uso el "Como me ves, te verás, como te veo, me vi" Cuando tu olfato se estaba desarrollando eras una mierdecilla molesta.

—¡Oye!

—Shh, — Peter alzó un dedo. —Los grandes estamos hablando, como te decía antes de que me interrumpieras groseramente. Yo tenía doce horrorosos años y un olfato muy bien desarrollado, la pequeña Thalía tenía cinco años y una nariz curiosa. —Thalía rodó los ojos, y se sentó a lado de su hermano, subiendo una de sus piernas en al regazo de este. —Te quería aventar un zapato cada vez que llegabas con una nueva poción hecha por ti con ingredientes dudosos que encontrabas en el bosque y decías "Mira Pet-Pet, ¿A que huele? Verdad que huele bonito"

—Awww, que bonita era.

—Cállate. Como te decía no me agradabas, esas pociones eran las cosas más apestosas que mi respingada nariz había olido jamás, papá siempre que me veía con ganas de golpearte por ello solo me abrazaba y me decía "Como la ves, te viste y como te ves ella se verá" —Peter pellizco la pierna de su hermana. —Deje de tener esperanza de que ello se cumpliera cuando creciste con un olfato más fino y siendo la más consentida del condado.

—No era la más consentida.

—Ajá, lo que digas. Me hace feliz que tu nariz este agonizando. —Peter se recargó en el costado de su hermana y sonrió. —Soy muy, muy feliz.

—Yo no.

—Pues no me importa, —Peter aventó a su hermana cuando escucho las pisaditas atravesando el patio y se paró a recibir a su pequeña lunita, Thalía lo miro ofendido medio recostada en el suelo. —¡Ya llegué lunita!

—¡Papi! ¡Papi! —Stiles saltó a los brazos de su papá y este sin pensarlo lo alzó. —Textañe

—¡Tío Pet! ¡Te olfadeamos desde allá! —Derek alzó sus bracitos para que su tío Peter también lo cargara. —Gacias, estaba cansado.

—Oh sí, me imagino. ¿Están muy cansados? —Ambos niños asintieron, Stiles dramatizó de más y saco la lengua como si estuviera muerto. —Es una pena, tendrán que quedarse con Thalía mientras yo voy por mi esposo, tal vez nos compremos un helado en el camino.

—¡No estoy cansado! ¡Tampoco Dedek!

—Miren que bonitos, niños. —Thalía rodó los ojos cuando ambos pusieron ojitos de perro. —¿Quién les va a dar permiso de fugarse, pulgas?

Derek miró mal a su mamá. —Tío PetPet nos lleva mami, no hay que pepir perrmiso.

Peter sonrió triunfante, Thalía de verdad quería aventarle un zapato a su hermano para borrarle esa sonrisa engreída. Pero si lo pensaba mejor, su nariz tendría un descanso y por muy bonita que estuviera la anécdota con mensaje semi motivacional que le sonaba más a un "Maldita Thalía, Selene te está dando tu merecido" no le gustaba olfatear cosas raras, así que hizo lo más sensato, solo asintió.

—Tienes razón Derek. —Derek asintió complacido de tener razón. —Váyanse con Peter y me traen un helado.

Stiles negó. —No tía Thali, si no vas, no te taemos helado.

—¿Por qué?

—Mida, —Stiles se zafó de los brazos de su papá. —Sí vamos Dedek, Papi y yo pod papá, tu te tienes que quedar aquí poque seguro espedras a que llegue tu esposo el tio darrren, entonces nosotos nos tardamos mucho y el helado se dedrite. No podemos traerte helado, ¿Ya entrendiste tía Thali?

Thalía paso la mirada de su sobrino al traidor de su hijo, negó con la cabeza cuando vio a Derek darle la razón a su primo como si hubiera dicho la verdad más absoluta del planeta.

—Bien, váyanse bola de tacaños.

—Bueno. —Derek saltó de los brazos de su tío y se agarró de la manita de su primo. —Adiós mami.

Los dos niños se encaminaron y sin voltear atrás abrieron la puerta, ambos adultos se quedaron parados, hasta que Stiles volteó. —Vámonos papí, hay que id porr papá y por helado.

—¡Helado! Yo quiero helado de chocolate con olor a chocolate.

Eso parecía activar la memoria de Stiles. —¡Papi! ¡Papi! Tía Thali ya sabe que nuesta nariz sirve.

—¡Sí tenemos que olfatearte! ¡Acércate tío PetPet!

Peter se acercó a sus niños y se agacho, no tardaron ni un minuto en estar pegados a él olfateándolo, a Peter le recordaron a un par de cachorros, sonrió ante eso.

—¡Ya sé a qué hueles papi! ¡Hueles a pasto y cosas bonitas!

—No, el tío PetPet huele a cidrarros y tío Bobby. ¡Yo huelo a madriposa monarca!

Peter miró a Thalía interrogante, ella solo se encogió de hombros, ¿Por qué Derek creía que olía a mariposa? No lo sabía, pero no le iban a matar la ilusión.

—Papá ¿Hay helados aroma flores?

—Sí, sí hay lunita.

—¿Podemos comprad uno? —Derek asintió como si él fuera el que da permisos. —Gracias Dedek.

Thalía miró su reloj y asintió feliz para ella mismo. —Bueno, ya váyanse. —Peter miró mal a su hermana, ella solo lo empujó hacia la puerta. —No me traigan helado, pero no vuelvan en dos horas ¿De acuerdo?

Derek asintió. —Sí mami, adiós.

—Thalía hija de nuestros padres, que Selene tienen en su santa gloria. Donde me dejes hedionda la casa llegó y te parto tu horrible cara.

—Sí, sí. —Thalía abrió la puerta y se despidió de sus cachorros, luego le sonrió maliciosa a su hermano. —Que dejemos todo nuestro aroma en la casa, hecho.

—¡Thalía no seas puerca!

—¡Diviértanse!— Y sin más le cerró la puerta en la cara a su hermano


Criando a una ManadaWhere stories live. Discover now