Capítulo 3: Madrid es ella

2.1K 156 2
                                    

Capítulo 3: Madrid es ella.

P.O.V Vini

Al salir de Granada, me puse muy triste personalmente, es decir, siempre tendría los recuerdos de la Alhambra, pero lo vivido allí no era nada comparado con otros lugares. Granada fue especial tanto para Jay cómo para mí, será un sitio difícil de olvidar.

La semana siguiente seguimos viajando por otras Comunidades Autónomas, cómo Extremadura o Galicia. También pasamos por Castilla y León, dónde estuvimos bastantes días en una provincia concreta, Segovia.

Cuando llegamos enseguida empezamos la visita guiada. Vimos el acueducto de Segovia, que era enorme, nada comparado con las fotos vistas antes. Nos explicaron que las piedras no están unidas entre sí con cemento o algo por el estilo, sino están simplemente apiladas, sin nada que las fije unas a otras. Era increíble cómo habían pasado cientos y cientos de años y seguía en pie.

Vimos también grandes Catedrales y parques. Fue divertido y Jay y yo éramos inseparables.

P.O.V Jay

Después de Segovia llegamos a Madrid, la capital, la última parada de nuestro viaje. Nos habían hablado muy bien de ella y nos aconsejaron visitar la puerta del Sol y la Plaza Mayor, pasando por el Bernabéu, el estadio del equipo de fútbol el Real Madrid.

Era verano y hacia calor, por lo que sólo íbamos con los guías a hacer excursiones turísticas por las tardes. Quería aprovechar al máximo el tiempo con Vini. No quería separarme de él, mejor dicho, no podía separarme de él.

La noche siguiente Vini y yo volvimos a pedir que las habitaciones fueran comunicadas, cómo en Barcelona.

Nos sentamos los dos con la espalda apoyada en la misma puerta pero cada uno en su habitación correspondiente. Me estaba empezando a entrar sueño, pero quería seguir hablando con él.

-Jay, una cosa, ¿sigues ahí? -cuestionó desde el otro lado.

-Sí, sí, dime.

-Pues verás, se me ha ocurrido una cosa muy loca -hizo una pausa-. Jay, no me quiero separar de ti, no puedo, vente conmigo a Italia, por favor, te llevaré a la Fontana di Trevi.

Me quedé helada. ¿Qué hacía? ¿Le decía que sí o qué no? Al final opté por la mejor opción, no responder para que creyera que ya me había ido a dormir.

-¿Jay? ¿Estás ahí? -al ver que no obtenía respuesta continuó-. Piénsalo, por favor, Jay. Dame una respuesta antes de que te vayas a USA otra vez. Jay, te quiero.

Me quedé pasmada. O sea, no porque me lo haya dicho. Yo también tenía bien claro que le quería, incluso estuve a punto de contestarle lo mismo yo también, pero eso sería hablar sin haber respondido a su pregunta.

Vini, ten por seguro que antes de volver y terminar este viaje tendrás mi respuesta.

Cuando desperté bajé directamente a buscarle. En el comedor no estaba y en los pasillos tampoco. En su habitación no podía estar ya que había oído cómo se cerraba su puerta poco antes de levantarme yo. Finalmente decidí subir a la azotea para ver si estaba allí. Y estaba, asomado viendo las vistas de la ciudad. Me acerqué y le abracé por la cintura apoyando mi cabeza en su espalda.

-Buenos días -dije aún un poco adormilada.

- Hola Jay -respondió girándose rápidamente y abrazándome hasta levantarme un poco del suelo. Poco a poco me fue bajando mientras escondía la cabeza en el hueco entre mi cuello y mi cara.

-Hoy estás muy cariñoso -hablé peinando y despeinando su pelo.

-Jay, hoy es el último día -contestó con tristeza-. Me voy a pasar todo el día abrazado a ti, quiero que se quede tu perfume en mi ropa.

Yo también estaba triste. Mi Vini, habíamos estado en tantos sitios juntos que se me hacia imposible marcharme. Sin duda, volvería a España para recordar todo lo ocurrido. Todavía rondaba por mi cabeza la pregunta que me formuló ayer por la noche. Aunque creo que ya tenía una respuesta, no muy clara, pero la tenía.

-Aprovechemos el tiempo al máximo, venga, vamos por la ciudad, no pensemos en esta tarde -dije animándole.

Toda la mañana estuvimos fuera, paseando por Goya, visitando el templo de Debod, la Puerta del Sol y la Plaza Mayor. Todo era tan bonito, que hacía los momentos aún más mágicos. Fuimos a comer a un restaurante llamado Cuarto y Mitad. Era un pequeño chalet adaptado para ser un restaurante, dónde principalmente se comía carne. Vini y yo hablábamos sobre todos los lugares en dónde habíamos estado en vez de pensar en lo que iba a ocurrir a escasas horas.

Al final el momento llegó. Nos avisaron a cada uno para que subiéramos a la habitación a hacer la maleta. Cada vez estaba más nerviosa, había decidido ya mi respuesta, y esta vez si que estaba segura de ella.

Cogimos el autobús para llegar al aeropuerto de Madrid. Finalmente llegamos allí, el momento había llegado, todo el mundo se abrazaba, no nos volveríamos a ver. Me acerqué a Mara para despedirme de ella, pero creo que seguía enfadada conmigo.

-Mara, este tiempo ha sido genial, te voy a echar de menos -dije con amabilidad.

-A mi me da igual lo que pienses, me has quitado a mi Vini y eso no lo perdono -respondió enfadada.

-¿Qué tal chicas? -cuestionó Vini mientras pasaba un brazo por mis hombros.

-Muy bien, por supuesto, nos estábamos despidiendo, echaré mucho de menos a Jay -añadió con una sonrisa falsa.

En cuanto oí eso agarré a Vini del brazo y me lo llevé lejos de Mara.

-¿Por qué has hecho eso?

-Pues porque, aunque no lo hayas visto, me ha echado en cara que empecé a salir contigo cuando tú le gustabas a ella -expliqué enfurecida.

-Hey, y tranquila, no pasa nada -contestó tranquilizándome y dándome un fuerte abrazo-. Nada va a amargar este día, es nuestro y nadie podrá hacer nada para que se fastidie.

-Vini, te quiero -vi que iba a contestar algo pero le detuve-. Te quiero, quiero que sigamos viajando juntos, quiero que sigamos compartiendo momentos, ¿sabes? Se me ha ocurrido una cosa muy loca -tomé aire-, también quiero irme a Italia contigo.

-¿Sí? -preguntó anonadado.

-Sí.

-¿Sí?

-¡Sí! -añadí felizmente besándole.

-¡Chicos, el avión va a salir ya! -se oyó cómo nos llamaban para coger el avión de vuelta.

-En realidad, no subimos con vosotros. ¡Nos vamos a Italia! -respondió alegre Vini.

Sabia que había tomado la dirección correcta, nunca me lamentaría de ella. Fue la decisión que me unió a Vini para siempre.

---------------------------------------

¡Tercer capítulo subido! Queda el último.

El título del capítulo es porque hay un texto precioso que me enseñó una compañera el otro día que se llama precisamente así, Madrid es ella. Personalmente me gustó mucho y me emocionó, ya que habla sobre todos los sitios de Madrid y me hacía recordar momentos bonitos :')

Por ejemplo, una de las frases es: Madrid es ella, y yo, sólo una de sus calles.

Si queréis buscadlo, es sólo una sugerencia :)

Nada más por ahora

Se despiden LittleDreamersCM

Besos xx

Nuestro viaje -True ColorsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora