Hoseok, que en ese momento estaba despidiéndose de Namjoon después de insistirle una vez más que tomara su dinero y el chico volviera a decirle que no aceptaría nada hasta que el auto pudiera encender; Hoseok, que observaba y le sonreía a Namjoon con una mirada aparentemente tranquila y las manos en los bolsillos de sus pantalones, pero que su mente no se encontraba en ese sitio en ese instante, de hecho, todo su pensamiento se lo había llevado Yoongi en su motocicleta y él no había sido capaz de recobrar la concentración durante el tiempo que estuvo trabajando con el otro menor. Hoseok estaba en blanco y al mismo tiempo no, su mente fabricaba toda clase de pensamientos y él trataba de hacerlos a un lado, pero ni siquiera de eso tenía control, también lo tenía Yoongi aparentemente, puesto que cada pensamiento empezaba y terminaba con él.

Se dio la media vuelta y regresó al garaje sólo para cubrir el auto otra vez y cerrar la puerta, pero estando ahí se congeló en la entrada, contrastando completamente con el calor que se apoderó de sus mejillas y las puso rojas, el mismo calor que también se esparció en las palmas de sus manos y las hizo sudar. Hoseok parpadeó rápidamente y juró poder sentir un cosquilleo apenas perceptible sobre sus labios, uno que no se parecía en nada a la sensación extremadamente placentera de la boca de Yoongi sobre la suya, pero que le hizo recordar ese momento. La forma en la que sus dedos se hundían en la pequeña cintura de Yoongi y sus labios se movían como si hubieran cobrado vida propia hizo que Hoseok terminara mirando al suelo como si estuviera avergonzado, como si alguien estuviera ahí para presenciar cómo había terminado tan afectado sólo por recordar los labios de Yoongi, su mirada llena de determinación y la calidez emanada de su cuerpo.

Y Hoseok cubrió el auto, cerró el garaje y regresó al interior de su casa, saludó a su hija y habló un poco con ella mientras le preguntaba qué quería cenar, pero Yoongi no salió de su mente. Hoseok preparó una buena comida para ambos y lavó los platos hombro a hombro con Minhee, se sentó un rato a fingir que la programación presentada por la televisión era interesante, dejó que las horas pasaran hasta que la chica se acercó para decir que se iría a dormir y él hizo lo mismo.

Pero mientras se daba una ducha, mientras se vestía con ropa mucho más cómoda para dormir y mientras acomodaba una sábana sobre su cuerpo después de apagar las luces, Yoongi no salió de su mente.

Hoseok miró el techo algunos minutos y cerró los ojos, pero ni siquiera así Yoongi salió de su mente.

Hoseok se fue a dormir con la imagen de Yoongi en su cabeza y ese cosquilleo delicado en sus labios.



2

Habían pasado un par de horas desde que Hoseok tomó el desayuno junto a Minhee, después de eso se fue a su habitación y se deshizo de la pijama. Al aparecer nuevamente en la sala principal de la casa, Minhee despegó los ojos de la pantalla de su teléfono celular y lo observó con el ceño fruncido. — ¿Irás a algún lugar? —preguntó.

—Estaba por decírtelo. Yoongi y yo iremos a comprar el abono para el jardín —Hoseok estaba abrochando su cinturón mientras hablaba, pero sus ojos estaban puestos en su hija, de ese modo pudo darse cuenta de que sus palabras no la hicieron para nada feliz. Minhee suspiró y rodó la mirada con fastidio, mirando su teléfono otra vez mientras una mueca amarga aparecía en su rostro—. ¿Pasa algo?

Su padre le había prometido no seguir desapareciendo todo el día para después no decirle nada, pero ahí estaba de nuevo, estaba a punto de hacerlo otra vez. Minhee recordó lo que le dijo su tía esa noche, ella aseguró que su padre lo haría otra vez y que lo seguiría haciendo durante el tiempo que pasara con él porque no le interesaba realmente, Minhee se propuso desechar ese pensamiento, pero era más que obvio que ella estaba en lo cierto, su padre iba a irse todo el día. —Piensas desaparecer de nuevo.

El Infierno y la Gloria (y todo lo que hay en medio) [HopeGa]Where stories live. Discover now