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Era de tarde ChanYeol fue a la habitación de Xiumin donde escuchaba sollozos, miró en su buró pastillas, infusiones y podía oler el incienso que tanto le gustaba a su hermano mayor.

ㅡ Xiumin...

ㅡ Quiero estar solo. ㅡ dijo el chico apenas en un hilo de voz, ChanYeol dio dos pasos atrás sintiéndose impotente.

ㅡ Lo siento. ㅡ se dio vuelta, se disponía a salir, pero la voz de su cuñado lo hizo detenerse d e nuevo volteando a verlo.

ㅡ ¿Porqué? Tu no hiciste nada, tu no dijiste nada... cómo siempre, deja de disculparte por las cosas que hace él ㅡ decía con cierta molestia el chico. ChanYeol bajó el rostro y asintió, sin decir nada salió de ahí.

Mientras caminaba por los pasillos se encontró a su esposo el cual caminaba con un consejero.

ㅡ ChanYeol, todos están esperando al rey en la reunión para degollar a esos ladrones.

ㅡ ¿Qué? Te dije que no íbamos a hacer eso. ㅡ dirigió la mirada al consejero ㅡ Seo, los del consejo no pueden tomar esta decisión.

ㅡ Disculpe Rey Park, pero como usted dijo que las decisiones del príncipe Sam también debían ser tomadas lo hicimos, además, usted no dijo nada después de aquella decisión. ㅡ dijo con la cabeza inclinada mientras se dirigía a su rey.

ㅡ Bien, vamos. Todos están esperando.

ㅡ ¿Y lo piensas hacer público?

ㅡ ¿Qué mejor? Así se darán cuenta que nadie roba aquí. ㅡ los tres salieron y se dirigieron al lugar donde se haría esa acción sin compasión.

Habían algunas personas reunidas, los consejeros y los bandidos que no pasaban de veinte años.
ChanYeol al verlos se sorprendió y tomó a Sam d ela mano, el otro no pudo hacer nada porque estaba frente a personas del pueblo, los cuales sabían de la bella relación entre la pareja real.

ㅡ ¿Ya viste que son unos niños? ㅡ susurró el rey agobiado.

ㅡ Se ven mayorsitod para saber lo que hacen, no vengas con peleas o con cosas absurdas, estas delante de muchas personas y no querrás que todos se enteren que tu no tienes los suficientes pantalones como para tomar esta decisión de advertencia ㅡ decía mientras hacía muecas de sonrisas y gracia para que nadie se diera cuenta de esa pequeña discusión. ChanYeol no sabía que hacer, realmente quería alzar la voz, pero no podía, se expondrían los problemas de la familia real, siempre tenían una imagen perfecta y pulcra, ChanYeol no debía ser la excepción, se lo había prometido a su padre.

ㅡ Señor, por favor... tenga piedad de nosotros, por favor... no volveremos a hacerlo. ㅡ decía uno de los rebeldes rogando por la vida de sus compañeros y la suya misma.
ChanYeol se quedó helado, Sam le dio un golpe en la espalda para que despertara y ChanYeol negó.

ㅡ Han estado robando durante mucho tiempo cultivos de mi reino, nosotros no perdonamos a bárbaros ladrones. ㅡ los ladrones comenzaron a llorar, ChanYeol sentía un nudo en la garganta y ganas de llorar por esos pobres chicos.
El verdugo tomó a uno y lo coloco en la guillotina, el condenado volteó a mirar al rey el cual también lo miraba.

ㅡ Perdón... perdone lo que hicimos algún día, señor. ㅡ sangre corrió en seguida, ChanYeol pasó saliva al escuchar esas palabras mientras los otros ladrones corrieron con la misma suerte.

****

Ya más tarde, casi llegando la noche ChanYeol estaba en el balcón mirando hacia el cielo, no podía sacar de su mente las imagen horribles de esa tarde, sus ojos brillaron anunciando lágrimas.

ㅡ ¿Vas a quedarte mucho aquí? ㅡ se escuchó atrás suyo, era su hermano menor que cargaba su violín.

ㅡ No... yo, me voy. ㅡ dijo restregando su rostro para borrar todo rastro de tristeza y cobardía.

Puny Crown Where stories live. Discover now