Muchachita de cabello castaño

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La bebé ha nacido bien, no necesitó incubadora y se la han llevado a la madre, ella decidirá sí le da pecho o fórmula.

Mijaíl se quita la ropa de quirófano, mete algunas cosas en su casillero y se termina de poner los zapatos, sale a la recepción y se despide de Samantha, se sube al coche y conduce a su casa.

Piensa en Charlie, y se reprende de nuevo, definitivamente no debió de habérselo dicho tan pronto, ni siquiera él, un hombre de 28 años, comprendía realmente la situación.

Mete el coche en el garaje y se bajá de el, toma su bata blanca y la cuelga al entrar en casa.

Le duelen los hombros del cansancio, antes de reunirse con Charlie, había echo una cirugía muy larga, de corazón abierto, al final todo había salido bien.

Se quitó la ropa pensando en aquella muchachita de cabello castaño, caderas anchas y bajita.

Era muy guapa, y única entre sus hermanas, sus rasgos eran todos iguales, las hermanas se diferenciaban por los ojos, pero Charlie también tenía otra diferencia, sus precioso cabello castaño, tenía unos destellos rojos que se intensificaban ante el sol.

Recuerda que cuando la vio por primera vez en esa pelea, se le cortó la respiración, se le secó la boca, las rodillas le temblaron.

Amaba sus ojos azules, brillaban con cualquier cosa, le encaraba la vitalidad que tenía, joven, radiante.

Meneó la cabeza, debía de alejarse, dejar que otros muchacho se acercaran, el tenía 28 años y ella apenas 16 años.

Se alejaría de ella, él tenía responsabilidades que no podía dejar, ella no podía estar con él.

Era cierto que inexplicablemente ella llenaba algo en el que no sabía que estaba vacío, pero tendría que renunciar a ello, era mejor que se mantuviera alejado mientras pudiera.

No volvería a cometer el error de dejarse llevar por sus sentimientos, pero algo dentro de su cabeza le decía que lo había vuelto a cometer ese mismo día, se dejo caer en la cama, se tapó los ojos con el brazo y se quedo dormido.

***
***

-Lo llamaré- mis hermanas me sonrieron y asintieron.

Le había contado todo a mis hermanas, ellas suspiraron de amor y me incitaron a llamarlo.

-Ten, ¿tienes el teléfono de Mijaíl?- Milenka me pasó el teléfono.

Me tape los ojos con las manos, no recordaba que me hubiera dado su teléfono.

-No

-¿Y entonces como piensas llamarlo Charlie?, piensas que el señor mágicamente te mandara un mensaje de él-me riñe Akemi.

-Cállate no la regañes, yo tengo su teléfono- Ágata me lo dicta y lo llamo, tras tres pitidos contesta, mis hermanas me indicaban que lo pusiera e altavoz, eso hice.

-Mijaíl, soy Charlie

-¿Qué necesitas?- su voz suena adormilada pero eso no impide que su severidad se omita.

-Este...quería preguntarte sí podemos vernos mañana a las 3 de la tarde

-No puedo me voy a ir de viaje, es más te pido que olvides mis palabras, te pudo disculpas por mi comportamiento, que le vaya bien señorita Jacometti- colgó, se me hundieron los hombros, mis hermanas me veían, solté el teléfono, ¿que había hecho?, Me enderece y sonreí, simplemente era un hombre que me gustaba y que me había dicho que no, el punto era, dejaría que se me escapara.

-¿Qué vas a hacer?- me pregunto Milenka

-Es muy guapo como para dejarlo ir, ¿no creen?- mis hermanas rieron.

Siempre túWhere stories live. Discover now