Lo último no era del todo mentira, Hoseok no pensaba hacerle algo como eso a Yoongi por la misma razón que no lo había hecho con Namjoon aunque era testigo de literalmente un delito. Si lo pensaba bien, Hoseok no los conocía bien a ninguno de los dos y eso podría traerle represalias en algún momento, pero por más que analizaba las situaciones y pensaba en cómo habían interactuado con él, más se daba cuenta de que no eran malas personas, sólo eran chicos a los que la vida los había puesto en los lugares equivocados; había pasado poco tiempo, pero antes de eso Hoseok creía que conocía bien el panorama, estaba convencido de que la pobreza y los problemas no eran una excusa para terminar haciendo cosas ilícitas, que siempre se puede salir adelante aunque la luz al final del túnel no aparezca por ningún lado, pero como había dicho Namjoon, es fácil hablar cuando siempre se ha tenido todo, es fácil hablar cuando no naciste destinado para el fracaso.

—Sí, papá, lo entiendo —respondió Minhee detenidamente—. Aunque no entiendo una cosa... Quiero decir, de todos los lugares del mundo a los que su... No sé, ¿instinto? Pudo llevarlo, Yoongi terminó viniendo aquí... Tiene que estar realmente enojado contigo, ¿no crees?

Hoseok quiso responderle algo simple y que lo sacara de la situación, quiso reafirmar que al final de cuentas estaba ebrio y que las personas cometen muchas idioteces bajo la influencia del alcohol, pero entendía perfectamente ese enojo, ese rencor y esa frustración por parte del Yoongi, es más, podía sentirla en carne propia porque él no se encontraba mucho mejor que eso. Hoseok estaba casi tan enojado y frustrado como Yoongi, la diferencia era que con el paso del tiempo había aprendido a canalizar esas emociones en acciones calculadas, lo que lo convertía exactamente en el polo opuesto de Yoongi, que aunque tratara de ocultar sus emociones detrás de una fachada fría y desinteresada, éstas terminaban desbordándose. Tal vez Yoongi no había aprendido tanto de la vida como decía, todavía no llegaba a esa parte donde se aprende a tragar las palabras hirientes en lugar de hablar para resolver un problema y éstas terminan siendo expulsadas por sí solas de una, todavía no le tocaba vivir esas ocasiones donde parece mejor pretender de forma permanente para poder salvar un matrimonio, una familia y una reputación.

—Sí... —murmuró—. Está realmente enojado conmigo.

Afuera de la casa, Yoongi no había sido capaz de moverse después de presenciar el desastre que había provocado; el jardín delantero de la casa de Jung Hoseok estaba hecho trizas, las pocas plantas que antes estaban ahí habían sido prácticamente demolidas por las llantas del auto de Sihyuk, el buzón había sido arrancado de su sitio y algunas porciones de pasto recibieron el mismo trato, lo cual hizo que Yoongi pensara que habían sido plantadas recientemente. Yoongi tuvo que acomodar sus mechones de color azul de manera que le cubrieran la mirada y le sirvieran como refugio cuando algunos vecinos que pasaban por la calle lo miraron de forma desaprobatoria, reconociéndolo como el causante de los destrozos. Dando otra mirada alrededor, Yoongi pudo ver la pequeña casa de madera que fungía como garaje en la casa de los Jung y cuya pared tenía un agujero, después notó que el auto de Sihyuk estaba estacionado cerca y que no lucía muy bien en la parte delantera. Yoongi sintió algo de alivio y se dijo a sí mismo que lo del auto podría ser peor, al parecer los verdaderos daños habían sido a la casa de Hoseok.

La puerta de la casa fue abierta y Yoongi se dio la media vuelta para observar a Hoseok, que iba saliendo. —Yoongi, ¿por qué no estás en el auto? —preguntó.

—Yo... Estaba viendo lo que hice... —respondió, poniendo su mirada sobre el jardín una vez más. Hoseok asintió pausadamente y avanzó hasta pararse al lado del muchacho. Yoongi estaba sorprendido de que Hoseok no estuviera enojado con él, de cierta forma hasta parecía entenderlo, lo cual era raro porque la gravedad de la situación era mayor a lo que le había pasado a su auto cuando alguien le había robado las llaves de la Ducati—. Lo siento...

El Infierno y la Gloria (y todo lo que hay en medio) [HopeGa]Where stories live. Discover now